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Un mártir en tiempos de Trump

En el homenaje al activista conservador Charlie Kirk se fundieron el cristianismo y el más radical nacionalismo estadounidense en un multitudinario ritual

José Andrés Rojo

El domingo se celebró en Phoenix, Arizona, la despedida de Charlie Kirk. Asistieron unas 100.000 personas que llenaron dos estadios. Hubo mucha religión en las intervenciones de quienes participaron en el homenaje, en el que habló el propio Donald Trump, que aprovechó para señalar al gran demonio: la “izquierda radical”. Los mensajes principales subrayaron el componente cristiano que sirve de fermento a la gran cruzada del actual inquilino de la Casa Blanca. Hubo varias referencias a las enseñanzas de Jesús y de la Biblia, pero lo relevante de la cita no estaba tanto en los contenidos que se defendieron sino en el propio ritual y en la ceremonia. Muchas de las personas que asistieron vestían camisetas con un fragmento de la Epístola a los Romanos, y a la gente se le pidió que llevara cartulinas rojas, azules y blancas que exaltaban algunos lemas del nuevo conservadurismo que está calando en el país más poderoso del mundo. El espectáculo funcionó con la precisión y el ritmo de un gran show televisivo, duró cinco horas, sirvió de pegamento para unir a una gran multitud en torno al legado de Charlie Kirk, que fue comparado con san Esteban, el primer mártir del cristianismo. Kirk fue asesinado el 10 de septiembre en una universidad de Utah por Tyler Robinson, un joven de 22 años; era el líder de un movimiento juvenil que pretende hacer a América grande de nuevo y que busca encarnar un punto de inflexión, un nuevo espíritu.

Un nuevo espíritu que despierte a un país para que recupere su antigua grandeza. El cristianismo no viene mal como combustible. Ya lo utilizaron otros furibundos nacionalistas en los años treinta, mientras se esforzaban en destruir por dentro la República de Weimar. El partido nazi obtuvo un buen resultado en las elecciones de diciembre de 1929 en el Estado de Turingia, así que decidió pactar con los partidos de la derecha tradicional que necesitaban el voto de sus diputados para poder gobernar.

Hitler le escribe el 2 de febrero de 1930 una carta a un militante de su organización. Le explica que ha observado un gran cambio en la percepción que hasta entonces se tenía de los nazis. Resulta “asombroso cómo el rechazo arrogante, altanero y estúpido hacia el partido, que hace unos años era aún algo obvio, se ha ido transformando aquí en una esperanza”, le dice. En un escenario diferente, Charlie Kirk también debió percibir que las cosas estaban cambiando en su país y en 2019 dio el gran salto: “Decidí, básicamente, dejar de disculparme por mi cristianismo”.

En Turingia los nazis consiguieron colocar por primera vez a uno de los suyos, Wilhelm Frick, en el Gobierno de un Estado. Todo esto lo cuenta el periodista e historiador Volker Ullrich en El fracaso de la República de Weimar (Taurus). Su primer objetivo fue dar empleo en puestos importantes de la policía a gente de su partido. El segundo, imponer “un nuevo espíritu”. Así que en abril publicó un decreto que obligaba de nuevo a que se rezaran oraciones en los colegios. Poco después prohibió Sin novedad en el frente, la novela antibelicista de Erich Maria Remarque, porque debilitad la voluntad militar alemana. Luego cargó “contra la cultura negra” para favorecer la identidad nacional, arremetió contra el arte moderno y recortó los recursos financieros de la Bauhaus. Y aprovechó de paso para crear una cátedra de “cuestiones raciales” en la Universidad de Jena. Menos mal que eran otros tiempos, que las comparaciones son odiosas, y que Frick no tuvo ningún Kirk para elevarlo a la condición de mártir.

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Sobre la firma

José Andrés Rojo
Redactor jefe de Opinión. En 1992 empezó en Babelia, estuvo después al frente de Libros, luego pasó a Cultura. Ha publicado ‘Hotel Madrid’ (FCE, 1988), ‘Vicente Rojo. Retrato de un general republicano’ (Tusquets, 2006; Premio Comillas) y la novela ‘Camino a Trinidad’ (Pre-Textos, 2017). Llevó el blog ‘El rincón del distraído’ entre 2007 y 2014.
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