A favor del protocolo para embarazadas de Vox
Querer tener hijos en España es motivo suficiente para hacerse mirar. La maternidad penaliza a las mujeres, incluso cuando te embaraza tu marido, el niño viene de cabeza con los órganos intactos y llegas a fin de mes
Propone Vox que las embarazadas de Castilla y León puedan escuchar el latido de sus fetos, pedir ecografías 4D y atención psicológica por la Seguridad Social. Que, efectivamente, es un protocolo intimidatorio si lo que quieres es abortar. Pero quién sabe lo que quiere realmente una mujer. Somos criaturas volubles, indecisas, la mayor parte del tiempo no sabemos si estamos gordas o delgadas, si nos han violado o dijimos sí con el vestido, si necesitamos flequillo cortina para que no nos pongan los cuernos, separarnos los paletos frontales o una infiltración de botulismo supraorbital. Y el embarazo es una época tan confusa.
Leo en una conocida revista de estilo de vida que los altos niveles de estrógenos o progesterona, acompañados por el incremento de hormonas propias de la gestación, desencadenan fuertes desequilibrios emocionales. Hasta podrían querer abortar y no haberse dado cuenta, en lugar de al revés. Por eso creo que, si Vox consigue modificar el protocolo sanitario para que las embarazadas reciban atención psicosocial preferente y ecografías 4D, todas las embarazadas de Castilla y León deberían solicitarlo. Si luego no quieren abortar, les irá bien la terapia. Querer tener hijos en España es motivo suficiente para hacerse mirar.
La maternidad penaliza a las mujeres, incluso cuando te embaraza deliberadamente tu propio marido, el niño viene de cabeza con los órganos intactos y llegas a fin de mes. Dispara la brecha salarial entre hombres y mujeres al 37,5%. Los hombres que tienen hijos son percibidos como empleados con un mayor compromiso con la empresa, mientras que las madres son castigadas con menos oportunidades laborales y peor salario porque se vuelven menos productivas. Que tiene sentido porque las responsabilidades familiares y domésticas se multiplican cuando Dios otorga descendencia y son tareas que sigue asumiendo mayoritariamente la mujer.
Para colmo, el permiso de maternidad dura 16 semanas, dos meses menos del periodo de lactancia exclusiva que recomienda la OMS. A la degradación laboral se suma la degradación de la autoestima cuando descubres que abandonar la lactancia antes de tiempo es el equivalente maternal a un genocidio en Camboya. Una de cada tres mujeres en España condena a sus hijos a sufrir infecciones, diarrea, deshidratación, alergias, obesidad, diabetes y enfermedades cardíacas para volver al trabajo. Si por un milagro la criatura sobrevive hasta la adolescencia, es inevitable que se abandone a la delincuencia por el detrimento neurológico que sufrió al robarle los nutrientes esenciales que solo brotan del pecho mágico de la madre que lo desamamantó.
En este marco socioeconómico, las que no llegan desquiciadas al embarazo sucumben después, justificando de sobra una partida especial de atención psicológica. Y, como Castilla y León es la única comunidad que se ha negado a que Justicia derive a las víctimas de violencia de género a los servicios sociales, es de justicia poética que sea la primera región en ofrecer acompañamiento psicológico a las embarazadas que lo soliciten. Además, quién no quiere ecografías 4D desde el primer trimestre de embarazo. Una clínica privada te cobra entre 150 y 200 euros, más de la mitad de lo que cuesta un aborto privado con anestesia local.
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