Tras el asesinato de Mariano Isacama, las comunidades amazónicas refuerzan las guardias indígenas para defenderse ante el acecho del narcotráfico y la ausencia del Estado
La Guardia no es una ni tampoco existió siempre: tiene 22 años, está conformada por distintos grupos étnicos y sus miembros se forman desde niños en una labor voluntaria que los ha puesto en la mira de los grupos armados
El coordinador nacional de la Guardia Indígena cuenta a EL PAÍS cómo se ganaron la confianza del Amazonas e hicieron una alianza excepcional con el Ejército colombiano para encontrar a los cuatro pequeños que estuvieron perdidos durante 40 días. “Tenemos que conocer el corazón de la Guardia Indígena, pero también el del Ejército”, dice.
Más de 600 guardias indígenas se reunieron este miércoles en la Plaza de Bolívar, en Bogotá, para respaldar las reformas que el gobierno ha presentado en el Congreso