Guterres alerta de que la retirada de fondos de EE UU pone en riesgo la financiación de programas de la ONU en todo el mundo

Tras confirmarse el jueves la retirada de 377 millones de dólares de EE UU (363 millones de euros) a la agencia de la ONU para la salud sexual y reproductiva (UNFPA, en sus siglas inglesas), el secretario general, António Guterres, ha expresado este viernes su preocupación sobre “los graves recortes en la financiación” por parte del principal donante de la organización.

En línea con la retirada de fondos a USAID, la agencia estadounidense de ayuda al desarrollo, el incipiente desenganche de Washington de la ONU no afecta sólo a la agencia que vela por la salud y la seguridad de mujeres y niñas en todo el mundo, con programas de salud materno-infantil pero también de protección frente a la violencia y tratamiento de violaciones, sino a “programas críticos” en lugares como Sudán, Ucrania, Afganistán o Gaza, “desde la ayuda humanitaria para salvar vidas hasta el apoyo a las comunidades vulnerables que se recuperan de una guerra o una catástrofe natural”, ha dicho Guterres. También puede verse comprometida la viabilidad de programas de desarrollo, los de lucha contra el sida, la malaria y la tuberculosis o las iniciativas de lucha contra el terrorismo y el tráfico de drogas.

El recorte de fondos estadounidenses a la UNFPA no es el único que se ha hecho oficial. Hace diez días, la Organización Mundial para las Migraciones (IOM, en sus siglas inglesas) acometió el despido de 3.000 empleados que trabajan en un programa de reasentamiento de refugiados, muchos de ellos en EE UU, aunque no se descartan más bajas. Cada año, 100 millones de personas se benefician en todo el mundo del apoyo de las agencias y programas de la ONU.

La retirada de fondos de Washington se dejará sentir especialmente en las poblaciones más vulnerables, víctimas en parte de los numerosos conflictos en curso. En Afganistán, más de nueve millones de personas se quedarán sin servicios sanitarios y de protección, ha recordado Guterres. En el noreste de Siria, donde 2,5 millones de personas necesitan ayuda, “la ausencia de financiación estadounidense significa que los programas están dejando a grandes poblaciones en una situación de mayor vulnerabilidad si cabe”. En Ucrania, “la programación basada en dinero en efectivo —una característica clave de la respuesta humanitaria, que llegó a un millón de personas en 2024— se ha suspendido en regiones clave”. En Sudán del Sur, se ha agotado la financiación de la ayuda a las personas que han huido del conflicto en el vecino Sudán, con desplazamientos de población que han congestionado la frontera.

Además de conflictos bélicos, ha recordado Guterres, “la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito se verá obligada a interrumpir muchos de sus programas de lucha contra los estupefacientes, incluido el que combate la crisis del fentanilo, y a reducir drásticamente las actividades contra la trata de seres humanos”. La lucha contra el fentanilo es, paradójicamente, uno de los mantras de la Administración republicana, y sobre ella giran desde la imposición de aranceles a México hasta la ofensiva generalizada contra la inmigración, que los republicanos consideran, sin datos que lo avalen, vinculada estrechamente a los cárteles de la droga.

Guterres ha querido agradecer “el papel destacado [en la financiación de la ONU] que ha desempeñado Estados Unidos a lo largo de las décadas. Gracias a la generosidad de los donantes —liderados por EE UU— la ONU asiste y protege a más de 100 millones de personas cada año a través de nuestra programación humanitaria, de Gaza a Sudán, Afganistán, Siria, Ucrania y más allá”.

Pero ahora la retirada de fondos de Washington, ha subrayado, hará que el mundo sea “menos sano, menos seguro y menos próspero”. Ítem más, el secretario general ha advertido de que la reducción del papel humanitario y de la influencia de EE UU “irá en contra de sus intereses en todo el mundo”. La advertencia de Guterres podría interpretarse como un guiño sobre la creciente influencia de China, dispuesta a aprovechar cualquier resquicio de ausencia del escenario global por parte de EE UU.

Guterres espera que la decisión de Washington pueda revertirse “mediante revisiones más cuidadosas” de las necesidades y los intereses en juego —intereses también, en buena medida, estadounidenses— y para ello ha reiterado la disposición de las agencias a proporcionar “la información y la justificación necesarias de sus proyectos”.

En su comparecencia ante la prensa en la sede de la ONU en Nueva York, Guterres ha anunciado también su asistencia la próxima semana a la cumbre extraordinaria de la Liga Árabe sobre la reconstrucción de Gaza, que se celebrará en El Cairo.