El mítico Cadillac de Perón vuelve a la Casa Rosada
El auto de colección que usaron los presidentes pero recorrió solo 18.000 kilómetros es restaurado tras décadas de abandono
Lo usaron Charles De Gaulle, Dwight Eisenhower y el Príncipe Felipe de Edimburgo. También Jorge Rafael Videla, Hugo Chávez, Ricardo Alfonsín, Carlos Menem y Fernando De la Rúa. El único que no llegó a manejarlo fue quien lo compró. El gobierno argentino ha recuperado un viejo valor patrimonial de un país al que, por lo general, le cuesta apreciar su historia. Se trata del Cadillac modelo 50 que adquirió Juan Domingo Perón a meses del golpe militar que puso fin a su primera presidencia en 1955. El lujoso automóvil estuvo abandonado durante décadas en uno de los galpones de la quinta presidencial de Olivos, casi a la intemperie y con palomas ensuciando su costoso tapizado. Su restauración, que corrió por cuenta de la Fundación Museo del Automóvil, demandó 11 meses y el trabajo de más de 50 personas que lo dejaron como nuevo, aunque el Gobierno ha decidido no usarlo y dejarlo en exhibición en el museo de la Casa Rosada.
“Fue un ejemplo más del descuido en que encontramos gran parte del patrimonio cuando asumimos el Gobierno, lo que, a su vez, ilustra el estado de descuido en que encontramos el país”. Así describió el secretario general de la Presidencia, Fernando de Andreis, la puesta en valor de un automóvil que fue adquirido con la idea de utilizarlo para las asunciones presidenciales y algunos actos oficiales. Sin embargo, apenas recorrió 18.000 kilómetros en seis décadas. Fue el presidente Mauricio Macri, fanático de los autos de colección, el principal impulsor de su restauración, aunque, por ahora, no lo usará. “Este proyecto es un ejemplo de eso que remarca el Presidente y que es tan importante para hacer realidad el cambio que queremos para el país: trabajar juntos, haciendo cada día mejor lo que sabemos hacer”, sostuvo de Andreis.
El auto tiene el estilo de los viejos clásicos americanos, está pintado de negro, con terminaciones en plata y llantas cromadas, aunque su estado era de total abandono. Por eso se removió toda la pintura vieja y se retiraron todos los accesorios para su restauración en forma independiente. Pero también se fabricó de nuevo el motor eléctrico de arranque; se reemplazó el viejo alternador por uno nuevo de origen americano fabricado en la actualidad especialmente para este tipo de motores; y se reparó el sistema de dirección hidráulica. Los tanques fueron limpiados, al igual que el panel frontal, para conservar el radiador original. Se arregló la bomba de agua, los rulemanes fueron reemplazados junto con los dos caños de escape y cuatro silenciadores por nuevos en acero inoxidable, entre otras cosas.
Luis Spadafora, presidente de la Fundación Museo del Automóvil, lo calificó como “el automóvil más importante que tiene el país”, pidió que lo declaren Patrimonio Nacional y se quejó de que no se vaya a arrancar: “Es una picardía que no lo usemos porque es hermoso cuando está quieto, pero en movimiento es una obra de arte”. Mauricio Macri quiso usarlo para su acto de asunción, el 10 de diciembre de 2015, pero los técnicos que trabajaron en él no llegaron a tiempo. Quisieron reemplazarlo con uno similar al que dejaron a punto un día antes del acto, pero al despertar, y con el mandatario y su mujer, Juliana Awada, a bordo, el muletto no quiso arrancar, por lo que la caravana oficial se realizó en modernas camionetas.
La anécdota la contó Osvaldo Cocho López, referente del automovilismo en Argentina, quien además opinó que “no tiene valor comercial, es histórico y tiene que perdurar para todos nosotros” y describió el vehículo a EL PAÍS: “Son motores americanos, de cilindradas grandes -unos 6.000 centímetros cúbicos-. Creo que nunca anduvo rápido, como mucho a 120 km/h. Es un auto muy pesado y el motor gira muy lentamente, de tres a 5.000 revoluciones por minuto. Consume mucho y anda poco”. Los detalles técnicos y el hecho de que, como recuerda Spadafora, “lo han usado militares, peronistas y radicales”, puede convertirlo en un resumen perfecto del Estado argentino, gobierne quien lo gobierne.
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