El fin de la neutralidad en Internet: el huracán desregulador de Trump se refuerza
El presidente republicano está congelando y eliminando reglamentaciones a un ritmo más rápido que Ronald Reagan y que George H. W. Bush
La decisión de la Administración de Donald Trump de acabar con el acceso neutro a Internet es el ejemplo más extremo de hasta donde el republicano quiere llevar la regulación, uno de los pilares sobre los que se sustenta su agenda económica. Es una batalla que se extiende al medio ambiente y la mundo financiero. Esa alergia a la burocracia la está llevando a desmontar leyes promulgadas con Barack Obama más rápido Ronald Reagan, que su guía político, y que George H.W. Bush.
El conservadurismo moderno en Estados Unidos se basa sobre la idea de que la libertad económica es necesaria para la libertad política. Nada más llegar a la Casa Blanca, el presidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva por la que requirió a todas las agencias federales que por cada nueva regulación que se promulgara, debían identificar al menos dos ya existentes que se pudieran revocar.
Los republicanos defienden que sin regulación, las empresas pueden invertir más en sus negocios y liberar crecimiento. La presidencia de Obama, sin embargo, se caracterizó, por ser muy prolija al escribir nuevos decretos. Fue una herramienta para esquivar a un Congreso hostil. Trump no solo está firmando menos normas, muchas de ellas están diseñadas para retrasar o debilitar las de su predecesor.
El magnate no tiene una ideología definida, pero es muy conservador en cuanto a la desregulación. Su arma más efectiva al ejecutar su visión está siendo los nombramientos. Scott Pruitt, negacionista del cambio climático, tiene congeladas las restricciones a las emisiones impuestas por la Agencia de Protección del Medio Ambiente a petroleras y eléctricas mientras revisa las reglas adoptas en la era Obama.
Algo similar hizo este jueves Ajit Pai al frente de la Comisión Federal de las Comunicaciones al desregular el acceso a Internet, dando vía libre a las compañías de telecomunicaciones para establecer peajes a las compañías tecnológicas que utilicen su infraestructura. También acaba de eliminar los límites de propiedad que impiden a las cadenas de televisión y radios locales controlar periódicos.
Wall Street
Es la misma fórmula que está siguiendo con la agencia que se creó tras la crisis financiera para proteger al consumidor frente a abusos como el de las hipotecas basura. A su frente acaba de poner a Mick Mulvaney, uno de sus grandes oponentes. Trump quiere relajar así la labor de policía del gobierno sobre Wall Street y los bancos. Pero el esfuerzo de la Casa Blanca en ese sentido es menos visible.
Cualquier cambio en la estructura de medidas legislativas que se adoptaron tras el derrumbe de Lehman Brothers debe pasar antes por el Congreso de EE UU. Lo que si está haciendo ya el Tesoro y otros supervisores es ser más permisivos a la hora de hacer cumplir las reglas. El nominado para presidir la Reserva Federal también está abierto a que se permita algo de laxitud a las pequeñas firmas bancarias.
“Hemos eliminado regulación que aniquila crecimiento y empleo a un ritmo que ningún otro presidente logró en todo un mandato”, presumía Trump en un discurso, “ni de cerca”. El proceso de desregulación está aún en una fase inicial y su táctica dilatoria sufrió ya algún revés legal. Eso no impidió que el presidente es que el incremento de las restricciones sea prácticamente nulo.
Lastre
Wilbur Ross es el gran escudero de Donald Trump en esa batalla para eliminar la “cinta roja”, como se denomina a las restricciones burocráticas. “Eliminando regulación y papeleo que es costoso, viejo e innecesario”, dice el secretario de Comercio, “se reduce un lastre innecesario para las empresas y los empleados”. En su departamento, dice, no se adoptó una sola nueva norma y se eliminaron siete.
El Competitive Enterprise Institute publicaba recientemente un análisis en el que mide este empuje desregulador de Trump. En los primeros nueve meses de su gobierno se promulgaron un 58% de menos leyes que con Obama y redujo el Registro Federal, el libro que aglutina todas las reglas que sigue el Gobierno, una tercera parte. Reagan tardó varios años en conseguir una reducción similar.
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