Modi apuesta por la inversión como motor económico

Si los inversores esperaban confirmar que el actual Gobierno indio había llegado para acometer una reforma radical de la economía, tendrán que esperar. Las primeras cuentas completas del Ejecutivo presidido por Narendra Modi pretenden impulsar el crecimiento con un aumento de la inversión en infraestructuras, pero sin introducir cambios sustanciales ni en la política de subsidios ni en el ámbito tributario. El ajuste del déficit público se relaja —del 3,6% del PIB previsto se apunta ahora al 3,9%— y eso, como ya advirtió el gobernador del banco central, puede poner en riesgo nuevas rebajas de los tipos de interés, actualmente en el 7,75%.

El presupuesto para el año fiscal 2016 —que arranca el próximo 1 de abril y abarca hasta el 31 de marzo del año próximo— recoge un aumento del gasto de 700.000 millones de rupias (algo más de 10.000 millones de euros) para invertir en ferrocarriles, carreteras y proyectos de riego, con lo que el presupuesto para esta partida alcanza el 14% del PIB, frente al 11% de este año. La tercera mayor economía de Asia presenta desde hace años un perfil de crecimiento moderado, en torno al 5%, lejos de los fuertes ritmos registrados por China y los expertos atribuyen esa diferencia a la deficiencia en infraestructuras del país. El Gobierno también apuesta por la inversión en energía y fuentes renovables y mejora las condiciones fiscales de la deuda dedicada a financiar infraestructuras.

“No es ningún secreto que el mayor retraso en las últimas décadas se ha producido en el ámbito de las infraestructuras. Nuestras infraestructuras no igualan nuestras ambiciones de crecimiento”, reconocía este sábado el ministro de Finanzas, Arun Jaitley, durante la presentación del Presupuesto en el Parlamento.

El presupuesto recoge, además, una rebaja del tipo máximo del Impuesto sobre Sociedades, del actual 30% al 25% en cuatro años. Pese a ello, aún quedará por encima de la media del 21,91% que aplican sus vecinos asiáticos o del 23,64% de la media mundial. Asimismo, ha eliminado el impuesto sobre el patrimonio, a cambio de un recargo del 2% en los impuestos de las rentas altas; ha incluido reformas para ampliar los mercados de capital y ha avanzado medidas para facilitar la inversión extranjera.

El Ejecutivo evita modificar los subsidios tras su derrota en las elecciones regionales

“La estrategia de dar muchos pequeños pasos [en las reformas] es un camino conocido, parecido al del presupuesto interino que presentó tras asumir la Presidencia, en mayo pasado”, explica por correo electrónico desde Bombay Sumedh Deorukhkar, economista de BBVA Research. “Sin embargo, los pasos dados en el nuevo presupuesto son de mucho mayor alcance, más pertinentes y de gran impacto a la hora de corregir las deficiencias estructurales que afectan a la economía india”, asegura.

Modi ha evitado un recorte significativo de los subsidios, que ascienden a 2,44 billones de rupias (35.360 millones de euros), después de perder inesperadamente las elecciones regionales en Delhi, lo que ha demostrado que el mayoritario respaldo recabado por su partido, el ultranacionalista hindú Bharatiya Janata (BJP), en mayo pasado no puede darse por seguro.

La aprobación de la ley del suelo, clave en el plan de reindustrialización

Pero, sobre todo, después de que su reforma de la Ley del Suelo haya provocado multitudinarias manifestaciones en los últimos días en la capital. Los cambios en esa ley se consideran decisivos para impulsar el plan de industrialización del Ejecutivo, al permitir la expropiación de tierras para uso industrial y empresarial en detrimento del uso agrícola que mayoritariamente tienen ahora. “Los problemas para la compra de terrenos son la principal razón detrás del frenazo en los nuevos proyectos de inversión”, explica Shilan Shah, de Capital Economics, en una nota a clientes. El sector industrial apenas supone el 17% del PIB de India, frente a más de un tercio en las economías de China, Tailandia o Corea. El BJP carece de mayoría absoluta en la Cámara Alta, lo que dificulta la aprobación de la nueva Ley del Suelo y pone en riesgo el plan de reformas de Modi.

Recientemente, el Gobierno ha llevado a cabo una revisión estadística, no sin discrepancias, que sitúan el aumento del PIB este año fiscal —que termina a finales del próximo mes de marzo— en el 7,4%, al mismo ritmo que China. El Ejecutivo estima un crecimiento de entre el 8% y el 8,5% para el próximo año, de confirmarse, el mayor entre las grandes economías emergentes. Al mismo tiempo, el Gobierno confía en contener la inflación por debajo del 5% (desde el 14% en 2013), gracias a la caída del precio del petróleo y la estabilización de la rupia. “India es el país más beneficiado del mundo por la bajada del precio del petróleo, porque importa todo lo que consume”, explica Didier Rabattu, jefe de Global Equities en Lombard Odier Investment Managers.