El general Naranjo deja México para regresar a Colombia
El presidente Santos anuncia la vuelta a su país del exjefe de policía para trabajar por el proceso de paz con las FARC
La relación del general colombiano Óscar Naranjo (Bogotá, 1956) con México ha durado poco más de año y medio. El exdirector de policía de Colombia, que llegó a mediados de 2012 de la mano del entonces candidato presidencial Enrique Peña Nieto como asesor externo en temas de seguridad, volverá a su tierra dando por finalizado su servicio en México. El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, lo anunció este viernes a través de la red social Twitter: "Hablamos con el presidente Peña Nieto para que el general Naranjo se puede dedicar de lleno al proceso de paz y a la campaña".
La figura de Naranjo no tuvo a lo largo de este año el protagonismo que el anuncio de su llegada hacía prever, quizás como parte de su propia estrategia. El general llegó con la intención de desterrar el término "guerra" del discurso en materia de seguridad, repetido una y otra vez durante el sexenio del expresidente Felipe Calderón (2006-2012). "Instalar la palabra guerra en el marco de una política de seguridad es un error garrafal", dijo Naranjo a EL PAÍS en septiembre de 2012, meses antes de la investidura de Peña Nieto.
En parte ese fue uno de sus logros en México. Después de seis años de tener la guerra contra el narcotráfico como el discurso central del Gobierno, durante los primeros meses del PRI en el poder la agenda frenética de reformas del presidente arrinconó los temas seguridad y el general pasó prácticamente desapercibido. Los ataques diarios entre fuerzas del Estado y crimen organizado dejaron de ser publicitados, salvo un par de golpes maestros como la detención del líder de los Zetas, Miguel Ángel Treviño Morales, alias Z-40, en julio de 2013 y la del líder del cartel del Golfo, Armando Rodríguez Treviño, alias El Pelón, cuyos anuncios destacaron por su sobriedad, muy lejos del marcado exhibicionismo del periodo anterior.
El anuncio de su salida llega en un momento delicado en México por la crisis de Michoacán
El anuncio de su salida como asesor externo del Gobierno mexicano llega, sin embargo, en el momento más delicado que atraviesa el gabinete de Peña Nieto desde su llegada en materia de seguridad. La situación descontrolada en el Estado de Michoacán, donde desde hace meses grupos civiles armados se enfrentan al cartel de Los Caballeros Templarios, ha obligado a los dirigentes a volver a hablar de violencia.
Del conflicto de Michoacán, el general Naranjo tampoco ha salido indemne. En las últimas semanas, algunos políticos de la izquierda mexicana deslizaron la idea de una posible relación entre el colombiano y la aparición de estos grupos de autodefensas. El líder del partido del gobierno, PRI, en la Cámara de Diputados, Manlio Fabio Beltrones, tuvo que salir al paso, pero estuvo bastante lejos de sonar tajante: "Dudo mucho que el general Naranjo haya opinado a favor de las mismas, pero también estoy seguro que aún cuando lo hubiera hecho, lo cual dudo, no se le hubiera hecho caso".
Óscar Naranjo tiene una amplia experiencia en la lucha contra el narcotráfico. Durante sus 36 años de carrera ha participado en el desmantelamiento de las principales organizaciones narcotraficantes de Colombia, con hitos como la muerte de Pablo Escobar o el desmantelamiento de los carteles de Medellín y Cali. En mayo de 2007 se convirtió en director de la Policía Nacional de Colombia cuando Álvaro Uribe era presidente del país y Juan Manuel Santos el ministro de Defensa y en 2010 fue elegido Mejor Policía del mundo para la Asociación Internacional de Jefes de Policía.
Durante su estancia en México ha colaborado con el TEC de Monterrey como parte de un organismo que realiza estudios sobre mejoras sociales y el pasado mes de noviembre fue designado como uno de los hombres fuertes de la mesa de negociación que llevan a cabo desde hace poco más de un año el Gobierno colombiano y las FARC en La Habana (Cuba).
Cuando Naranjo presentó su renuncia a Santos en abril de 2012, el presidente colombiano calificó su trayectoria como "extraordinaria" y en mayo de 2013 lo invitó a revivir la Fundación Buen Gobierno que había creado en 1994 pero que cerró cuando asumió el poder en 2010. En ese momento, Naranjo confirmó que su ingreso a Buen Gobierno, que es la plataforma política de Santos para la reelección, era la formalización de su entrada a la política, aunque en varias ocasiones ha dicho que no aspirará a ningún escaño en el Congreso y que hablar de la vicepresidencia es prematuro, informa Elizabeth Reyes.
Ahora, volverá de la mano de Santos en un momento crucial para su país y para el presidente, inmerso desde hace un año en el incierto proceso de paz con la guerrilla y con la reelección en juego en los comicios generales que se celebrarán el próximo mes de mayo.
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