'All i pebre' de salmón
Una preparación tradicional de la Albufera que solía prepararse con anguila estofada durante largo tiempo con un refrito de ajo y pimentón, pero puede aplicarse a otros pescados y cocciones mucho más cortas.
Recuerdo la primera vez que me senté en una terraza en Valencia y vi que, en la carta, se repetía sobremanera la palabra “ajoaceite”. Sorprendido por ello, pregunté qué era y la respuesta fue concisa: “una salsa muy típica de Valencia que se hace machacando ajo y aceite”. ¿Ah, cómo el alioli?, pregunté ingenuamente yo. Es exactamente eso, no sabía que hablabas valenciano, me respondió. Y, entre tú y yo, no hablo ni papa de valenciano; pero el alioli es una salsa mundial. Ahí fue cuando me enteré de que no es una palabra, sino que son tres: “all i oli”, es decir, ajo y aceite.
Después de esta pequeña introducción lingüística, ya sabréis lo que significa entonces cualquier plato que vaya precedido de “all i”, ¿verdad? Es el caso de la receta de hoy: all i pebre. Ajo y… ¡pimentón! (pebre roig en valenciano). Son los dos ingredientes principales y fundamentales de un plato valenciano de pura cepa que tiene su origen en el Parque Natural de la Albufera. Es aquí donde se popularizó esta preparación básica para dar sabor a las innumerables anguilas que allí vivían (aunque utilizar ajo y pimentón para aderezar cualquier pescado es una costumbre habitual de la costa Mediterránea).
Como ya se ha dicho, la idea de este plato se extendió con la anguila, pero hoy en día son muchísimos los pescados que se elaboran de esta forma. Al fin y al cabo, se tomaba con eso porque era lo que abundaba, pero los pescadores, después de faenar, también elaboraban esta preparación con rape o raya, muy típicos de la zona. Al principio solo llevaba un refrito de ajo y pimentón junto con el pescado en cuestión; pero en muchas zonas de valencia le añaden patata y un majado de pan tostado y almendra para trabar el guiso; además de darle un sabor realmente bueno. Cuando se prepara de esta forma se conoce como “suc de (nombre del pez en cuestión)”.
Es un plato muy rápido y fácil de hacer cuya mayor dificultad radica en tener el cuidado y maña necesario para no quemar ni el ajo ni el pimentón, así que no hay que descuidar el cocinado ni un minuto para no fastidiar el resultado. Se trata de freír unos ajos en aceite, añadir pimentón al gusto y, cuando esté cocinado, chascar la patata y regar con agua. Añadir el pescado, tapar y dejar cocinar lo justo y necesario para que se cocine y se ligue la salsa. Al hacerse con anguila, un pescado muy duro, tenía que cocer un buen rato; pero, sin embargo, la preparación con salmón agiliza el proceso y basta con incorporarlo al final con el fuego apagado.
Si la preparación es especial -por la sencillez de la misma-, la forma de comerlo no decepcionará a nadie. Ya sabéis que era un plato muy típico de pescadores, pues bien, pese a tener bastante salsa; se dice que se debe comer sin cuchara. Mojando buenos trozos de pan y bebiendo un buen vino o no la furia de la Albufera caerá sobre vosotros.
Dificultad: Más fácil que el mecanismo de un palillo.
Ingredientes
- 1 cabeza de ajos entera (60 g aproximadamente)
- 1 cucharada llena de pimentón
- 2 guindillas cayenas
- 2 patatas medianas
- 400 ml de agua
- 30 de pan de hogaza
- 15 g de almendras
- Un puñadito de perejil
- 250 g de salmón limpio sin espinas ni piel
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal al gusto
Instrucciones
Si haces esta receta, comparte el resultado en tus redes sociales con la etiqueta #RecetasComidista. Y si te sale mal, quéjate a la Defensora del Cocinero enviando un mail a defensoracomidista@gmail.com
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.