Menú semanal de El Comidista (23 a 29 de julio)

Cuando suben las temperaturas las cremas frías empiezan a cotizar al alza en el recetario comidista. La de hoy lleva zanahoria pochada, caldo de verdura, cebolleta, jengibre y un toque untuoso de leche de coco.

Saca la ternera del plato, métela entre dos panes y fúndele encima un poco de queso. Solo puede mejorar con una mayonesa amostazada y unos encurtidos.

Esta fruta es rica en vitamina C y conserva un punto ácido incluso cuando está madura del todo, lo que la hace interesante tanto en platos dulces como salados.

Tiene un altísimo poder hidratante para combatir el calorazo, y está tiradísima de hacer. El plato también gana puntos si el melón está fresco de la nevera.

En la prohibición italiana de mezclar lácteos y frutos del mar en platos de pasta hay una excepción consensuada: las anchoas con mantequilla. Añadimos muchos tomates cherry, algo de ajo, y tenemos un platazo.

¿Harto de los que presumen sin parar de sus helados caseros? Tú también puedes hacerlo sin necesidad de comprar máquina ni de tener mil cacharros.

La falsa morcilla sin carne es un aperitivo murciano para los meses de calor sin nada que envidiar a su prima cerdícola. Con un buen pan y algo rico para beber, ¿quién necesita la versión de invierno?

Una ensalada fresca, vegetariana, ligera y verde como los mismísimos Alpes suizos, la cáscara de una sandía o la rana Gustavo.

Más que un postre completo, esta receta es una propuesta de acompañamiento para helados, yogures o quesos frescos bien fríos.

Picar, formar y a la sartén: hacer una hamburguesa casera no tiene más dificultad, y sí muchas ventajas. Márcate una de bonito tan buena como esta.

El relleno hace que esta parte del pollo, de natural sosa y tendente a quedar bastante seca, salga jugosa y rebosante de sabor.

Los yogures caseros están buenísimos. Te explicamos cómo prepararlos de tres formas distintas y así puedes elegir la que más te convenza.

Si crees que la expresión “ser la guinda del pastel” debería sustituirse por “ser la banderilla del aperitivo”, y el vermut es tu credo y tu religión, tienes que probar estas gildas caseras.

Para superar todas las veces que en hostelería nos dan pota por calamar, preparamos en casa una dignificadora versión crujiente aderezada con ralladura de lima y con salsa tártara para mojar.

Aunque de factura un tanto rústica, la versión casera de la clásica pasta de cacao y avellanas supera en sabor y calidad a las industriales. La excusa para pecar a la hora de la merienda está servida.

No nos gusta hacerlas muy pequeñas porque nos da la sensación de que quedan menos cremosas, y no pasa nada por comérselas de dos bocados.

Primas de los melocotones y las paraguayas, son perfectas para comerlas cuando te da el ataque de vagancia y pasas de pelar fruta, porque su piel no da cosica.

En esta receta te damos las técnicas, los pasos y los ingredientes necesarios para conseguir una paella valenciana de manual.

Seguro que el pijama, ese mítico postre ochentero con de todo, os persigue en sueños. La buena noticia es que se puede perpetrar en casa con muy buenos resultados y mil combinaciones posibles.

Blancos, tintos, manzanillas, espumosos o cavas. Casi cualquier tipo de vino, en su versión más ligera, es apto cuando aprieta la canícula.