Ada Colau: “Hemos hecho políticas que tocan privilegios que nadie había tocado”
La alcaldesa de Barcelona y candidata de Barcelona en Comú alerta de que “hay un riesgo de retroceso” si se produce un pacto entre Collboni (PSC) y Trias (Junts)
Ada Colau (Barcelona, 49 años) quiere gobernar Barcelona cuatro años más para después dejar la política institucional. La cita es en la imponente biblioteca Gabriel García Márquez, en Sant Martí, construida durante su gobierno. La batalla es reñida, no bastará con ganar y habrá que pactar. Dice que lo que peor que le puede pasar a Barcelona es un pacto entre Jaume Collboni y (PSC) y Xavier Trias (Junts).
Pregunta. ¿Qué se juega Barcelona en estas elecciones?
Respuesta. Se juega seguir avanzando o retroceder. Hemos transformado claramente la ciudad estos años y la hemos puesto en la vanguardia de la respuesta a la emergencia climática, en políticas sociales, de vivienda y progresistas. El resto de candidaturas se plantean frenar, retroceder, pero no hay modelos alternativos.
P. Pero es una ciudad difícil, con alquileres muy altos. ¿Está muriendo de éxito Barcelona?
R. Las grandes ciudades tienen problemas de especulación, de contaminación; Barcelona les está dando respuesta. Hemos peleado ocho años para conseguir la ley de vivienda que nos permitirá poner topes a las subidas abusivas del alquiler.
Reivindico la coalición progresista en Barcelona y en el Estado; Jaume Collboni no lo hace”
P. Estas elecciones parecen un ‘todos contra Colau’ y que cualquier fórmula puede valer para que no sea alcaldesa. ¿Es la misma medicina de hace cuatro años, cuando el objetivo de un sector fue que no hubiera un alcalde independentista?
R. El contexto es muy distinto, pero hay algo que siempre se mantiene: es una ciudad progresista. Durante estos cuatro años, las tres fuerzas progresistas hemos reunido 28 de los 41 concejales. Que yo quede primera con el máximo apoyo posible es garantía de que no haya un pacto entre Collboni y Trias, que es la amenaza y la sorpresa de la campaña.
P. Entonces Ernest Maragall (ERC) quedó primero y usted aceptó los votos de Manuel Valls para ser alcaldesa. Le podría ocurrir igual.
R. Maragall quedó primero por pocos votos y yo saqué los mismos concejales, y con toda la legitimidad hice un pacto que sumaba más concejales, él con Junts sumaba 15 y yo sumaba 18 con el PSC. Sumé una mayoría progresista.
P. ¿Ahora podría ser legítima cualquier otra suma?
R. Hay que esperar al 28. Hay un riesgo real de retroceso con un pacto Collboni-Trias, yo soy la fórmula para evitarlo. He gobernado cuatro años con Collboni, aunque ahora él sobreactúe y haya dimitido de sus responsabilidades a pocos meses e intente desmarcarse del Gobierno. Reivindico la coalición progresista en Barcelona y en el Estado, Collboni incomprensiblemente no lo hace. Si quedo primera y lidero puedo evitar ese pacto.
P. ¿Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, evitará ese pacto también?
R. Barcelona se decide en Barcelona, al menos por la parte que me toca a mí.
P. Igual Yolanda Díaz le echa un cable.
R. Está muy presente en la campaña, es la mejor ministra de Trabajo de la democracia española. En Barcelona tenemos el mejor dato de paro de los últimos 15 años.
Ha habido campañas financiadas para decir que la Barcelona de Colau era un desastre. Los datos lo niegan, dicen lo contrario”
P. ¿Debería gobernar la lista más votada?
R. Hay muchas hipótesis, habrá que hacer pactos y soy la más clara.
P. Dice que nota el apoyo de la gente. ¿Quién no quiere a Colau?
R. En la calle siento que recibo más apoyo y cariño que nunca estos días y que desde luego la realidad no tiene que ver con las redes sociales. Hemos hecho unas políticas que tocan privilegios que nadie había tocado, hemos regulado como nunca el mercado inmobiliario, por ejemplo, con la medida del 30% [obligar a los promotores a hacer un 30% de vivienda social].
P. Que se ha demostrado que no tiene efecto.
R. Ahora lo hablamos. Hemos regulado por primera vez el turismo para hacerlo sostenible, nos hemos atrevido a pacificar calles como Meridiana y sacar miles de coches de la ciudad para hacer ejes verdes, todo eso toca a determinados intereses. Estos años ha habido auténticas campañas financiadas para decir que la Barcelona de Colau era un desastre. Se les ha girado un poco en contra porque los datos lo niegan, dicen lo contrario. Tenemos el paro más bajo de los últimos 15 años, hemos reducido la contaminación un 30%, hemos duplicado la inversión en transporte público y hemos reducido las tarifas, somos líderes en inversión social, en parque público de alquiler social.
P. Hablemos del 30%.
R. Empieza a funcionar, ha generado 120 pisos protegidos. Me avisó el alcalde de Londres, Sadiq Khan, de que lo intentarían boicotear y que aguantáramos porque funciona. Hay que perseverar. Hay presión de intereses inmobiliarios, vengo de años de activista, sabíamos que los fondos buitre se iban a resistir y poner querellas, somos garantía de que estas políticas se mantendrán.
Soy la primera alcaldesa, de familia humilde, que no se ha relacionado con las élites y parece que es gratis meterse conmigo”
P. Hablando de los poderes, va y les hace un carril bici a dos semanas de las elecciones en la Via Augusta, en la zona alta.
R. El carril de la Via Augusta no es una ocurrencia mía, es una petición de las asociaciones del barrio, es una de las propuestas más votadas en los presupuestos participativos. Allí donde terminan las obras, el tráfico se reajusta, disminuye, hemos sacado 65.000 coches del Eixample, y los vecinos quieren más pacificaciones.
P. La peatonalización de la Superilla, ¿le puede pasar factura electoral?
R. Cuando hay obras es molesto, pero cuando terminan, nadie nos pide volver atrás en Sant Andreu, Meridiana, Glòries, Sant Antoni… Al contrario, por la calle me piden más, la gente es más consciente de la emergencia climática y hay que dar respuesta. No solo es reducir contaminación, es ganar espacio público y comunitario de calidad, ciudad mejor para todos.
P. ¿Lo hace demasiado rápido?
R. El informe de la Organización Meteorológica Mundial dice que la emergencia climática va muy rápida. Las administraciones vamos tarde y Barcelona está haciendo los deberes pendientes: más verde, refugios climáticos. Llamamos a otras administraciones a ponerse las pilas.
P. ¿Qué pasará con su partido si no gana?
R. Mi partido es un proyecto político muy sólido, con mucha gente, comprometido. Yo no pienso perpetuarme en la política institucional, es la última vez que me presento para culminar las políticas progresistas y de transformación, pero mi equipo es un grupo con mucha experiencia. Y en el espacio político tenemos muchos liderazgos.
P. Entonces, ¿no será eurodiputada como dice su madre?
R. [Risas]. No, es una broma familiar, me la hace mi madre, que tiene que asumir costes. Dice que si fuera eurodiputada tendría menos.
P. Esos odios... ¿por qué cree que genera tanto odio?
R. Soy la primera alcaldesa, de familia humilde, que no se ha relacionado con las élites y parece que es gratis meterse conmigo o insultarme, porque no habrá poderes fácticos que salgan a defenderme. A mí me defiende la gente, no tengo poderes fácticos que me hagan las campañas ni me endeudo con los bancos ni tengo padrinos. Nuestro gobierno ha recibido un nivel de beligerancia nunca visto, querellas que nadie había tenido. A los alcaldes les ponían denuncias los vecinos si veían operaciones especulativas, ahora los especuladores nos ponen querellas. O las fake news.
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