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Yolanda Díaz y Ada Colau se erigen en la garantía para frenar a la derecha

El republicano Ernest Maragall alerta del “riesgo de la suma sociovergente de PSC y Junts”

La vicepresidenta Yolanda Díaz (d), abraza a la alcaldesa de Barcelona y candidata de BComú a la reelección, Ada Colau (i), en el mitin de Nou Barris.
La vicepresidenta Yolanda Díaz (d), abraza a la alcaldesa de Barcelona y candidata de BComú a la reelección, Ada Colau (i), en el mitin de Nou Barris.Lorena Sopêna (Europa Press)

En el primer fin de semana de campaña electoral, los comunes elevan el tono y se erigen en garantía para frenar a la derecha. Un mensaje al que este fin de semana se ha sumado la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz. El viernes lo defendió en Montcada i Reixac (Barcelona), durante un acto en el que apoyó a la alcaldesa y candidata de En Comú Podem, Laura Campos. Y este sábado insistió en un mitin en Barcelona junto a Ada Colau. Ambas llamaron al electorado progresista para que “concentre” el voto en torno a la candidatura que lidera la alcaldesa el próximo 28-M. Para “no dejar Barcelona en manos de la derecha”, pidieron, en referencia a Junts pero también a un PSC que cada vez más hace referencia al “orden”.

Tanto Díaz como Colau colocaron al candidato de Junts, Xavier Trias, como el enemigo a batir, y más ante la posibilidad de una eventual alianza con el socialista Jaume Collboni. La vicepresidenta cargó contra el exalcalde después de que este afirmara que con 3.000 euros la gente “no puede” llegar a final de mes. “Estando en Marte, fuera de la realidad de su gente, no está preparado para gobernar”, reprendió la vicepresidenta, que señaló que la mediana salarial en la ciudad es de unos 1.700 euros al mes.

Colau, por su parte, acusó a Trias de “querer volver a poner alfombras rojas a quienes tienen privilegios” a los que la gestión de los comunes ha puesto un freno, dijo. E interpeló también a su exsocio: “En esta campaña ha pasado algo preocupante: Trias se presenta para hacer políticas de derechas y Collboni no ha descartado pactar con él y dice que hay que frenar las transformaciones que hemos hecho, como si no formara parte del gobierno de coalición que nosotros sí defendemos”. “Pedimos a las fuerzas progresistas que no miren a la derecha, sino a la izquierda”, clamó.

La vicepresidenta y también líder de Sumar lució durante un mitin en Nou Barris (uno de los bastiones de los comunes) una camiseta con mensaje irónico que forma parte del merchandising de Barcelona en Comú (“La culpa de todo la tiene Ada Colau”, frase tomada de la canción de Def Con Dos La culpa de todo la tiene Yoko Ono). Díaz propuso poner en marcha un “observatorio de márgenes empresariales” que vincule las subidas salariales a los beneficios de las empresas, una iniciativa que fue recibida entre aplausos por una plaza Major de Nou Barris llena, pero no abarrotada como en actos de los comunes en otras campañas.

La también ministra de empleo tiene previstos otros dos actos con Colau en esta campaña: el próximo sábado y en el cierre, coincidiendo en Barcelona con el presidente Pedro Sánchez. Cataluña es un territorio prioritario para la vicepresidenta. Además de ser Barcelona la ciudad más relevante que gobierna el espacio, los comunes forman parte troncal de su proyecto para las próximas elecciones generales y buena parte del equipo que la rodea en Madrid tiene sus raíces políticas en Cataluña.

Los comunes no son los únicos que agitaron la posibilidad de que “la derecha” llegue al Gobierno municipal. El candidato de ERC, Ernest Maragall, intentó en un mitin frente al Hospital Clínic hacer el mismo discurso de concentración de Colau, para frenar “el riesgo de la suma sociovergente de PSC y Junts”, pero su cuarta posición en los sondeos resta tirón al llamamiento.

“Junts, que por mucho que lo esconda es su fuerza política, ya lo ha decidido: ha decidido entregar Barcelona al socialismo español conservador, ha decidido entregar Barcelona al señor Collboni”, insistió el republicano. En ERC creen que en la capital catalana, como allí donde lo vean posible, socialistas y neoconvergentes pactarán para echarles del poder.

Collboni, por su parte, evitó entrar en la discusión sobre su eventual pacto con Junts, aunque quiso marcar distancias en un punto muy importante: la unión de los dos tramos de tranvía. Trias es el único que mantiene que no piensa seguir con las obras en la Diagonal y el socialista había abogado hace días por “dejar reposar” los trabajos en el Eixample durante el próximo mandato. “Nosotros sí que uniremos los tranvías”, aclaró en un acto en Sant Martí.


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