Los socios de Gobierno reúnen este lunes a su mesa de crisis para aclarar quién lidera la negociación de la reforma laboral
El acuerdo es difícil: el PSOE exige que Calviño esté en la negociación y Díaz lo rechaza
Después de un fin de semana de tensión, la coalición de Gobierno afronta una semana clave para tratar de encauzar el conflicto entre el PSOE y Unidas Podemos (UP). Este lunes por la tarde está previsto que se celebre la reunión de la mesa de seguimiento del acuerdo entre los socios, solicitada el viernes por UP, según fuentes del Ejecutivo. La cita se centrará en la reforma laboral y las “injerencias” de Nadia Calviño denunciadas por Yolanda Díaz, porque el otro incendio, el que se desató por la retirada del escaño al diputado de Podemos Alberto Rodríguez, está casi apagado. Este ha decidido finalmente no presentar la anunciada querella por prevaricación contra la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, y seguirá la vía del amparo al Tribunal Constitucional, mucho menos agresiva políticamente y, según fuentes de su defensa, mucho más sensata jurídicamente. Rodríguez fue condenado a principios de octubre a un mes y 15 días de cárcel por darle una patada a un policía durante una manifestación contra la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (Lomce) en 2014. El Supremo le impuso una pena accesoria de inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el mismo tiempo.
Estas dos crisis desatadas el viernes han dejado en segundo plano los asuntos relacionados con la acción de gobierno, una cuestión que preocupa a ambos. Este mismo martes el Consejo de Ministros dará luz verde a la ley de vivienda, una de las principales banderas de UP, y que el domingo también ha reivindicado Sánchez como una reforma del PSOE.
Las fuentes de La Moncloa consultadas sostienen que la crisis se ha rebajado después de que alcanzase su cénit el viernes por la noche. El encuentro previsto este lunes debe abordar la cuestión central de quién dirigirá las negociaciones sobre la reforma laboral. Trabajo recuerda que las mesas del diálogo social se han reunido semanalmente de manera ininterrumpida desde el pasado 17 de marzo bajo su liderazgo, y reclama que siga siendo así.
El acuerdo en este punto es muy difícil. La Moncloa exige que Nadia Calviño entre en la mesa de diálogo con la patronal y los sindicatos con un representante, y Unidas Podemos solo contempla seguir como hasta ahora, con Trabajo sentada en la negociación pero consultando con los demás ministerios. La clave pues es quién se sienta a negociar y quién dirige por tanto la reforma. No es solo una cuestión de método. Calviño y Díaz tienen visiones muy diferentes sobre la reforma laboral y por tanto puede ir a un lado o a otro la negociación en función de quién la dirija.
Sin citar expresamente a UP, Pedro Sánchez trasladó el domingo, a lo largo de su intervención en la clausura del congreso del PSOE de Extremadura, la idea implícita de que las medidas de su Ejecutivo no son exclusivas de cada ministerio. Esto es, que la reforma laboral no atañe únicamente a Trabajo, sino que se trata de un proyecto compartido por los dos socios de la coalición en el que los ministerios no actúan como departamentos estancos. Y donde la última palabra la tiene el presidente. En medio de la peor crisis con Unidas Podemos desde la salida de Pablo Iglesias del Gabinete el pasado marzo, Sánchez insistió en la condición del PSOE como partido de Gobierno. “Hace muy poco tiempo nos criticaban por ser socialdemócratas y ahora algunos nos critican por ser supuestamente poco socialdemócratas. Somos el partido que ha logrado los avances sociales, las conquistas laborales, las libertades civiles y lo vamos a seguir haciendo. Le pese a quien le pese, aquí está el PSOE”, reivindicó. “Esta crisis exigía de un enorme esfuerzo de diálogo, por ejemplo, con los agentes sociales, a los que quiero dar las gracias porque hemos logrado 12 importantes acuerdos sociales, fundamentales para prolongar los ERTE o aprobar ayudas a los autónomos”, afirmó Sánchez obviando a Díaz.
Unidas Podemos, por su parte, cree que el cambio de estrategia tiene más que ver con una cuestión de fondo: hasta qué punto se quiere derogar la reforma laboral del PP; un término, el de “derogar”, del que ha huido sistemáticamente la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, propuesta por Sánchez para coordinar el diálogo. La Moncloa, sin embargo, confía en que se llegará a una solución. Esta semana, en todo caso, está prevista una nueva reunión de la mesa de diálogo en la que podrá verse el resultado de este último pulso entre los socios.
La otra polémica, la de la querella contra Batet, había ido perdiendo fuerza el fin de semana mientras varios sectores de Unidas Podemos se desvinculaban de ella y el propio Rodríguez anunciaba que abandona Podemos, todo un gesto de distancia con la dirección de esta formación. El domingo, además, el entorno de Rodríguez confirmó que no presentará finalmente la querella, con lo que la polémica queda en nada después de que la dirección de Podemos insistiera todo el fin de semana en que sí se presentaría. Rodríguez acudirá en amparo al Constitucional tanto contra la sentencia como contra la decisión de Batet, pero esa vía es muy diferente a la de la querella penal, que además tenía que resolver el mismo Tribunal Supremo que forzó la retirada del escaño.
Mientras el PSOE y Unidas Podemos se marcan de cerca, el Consell Nacional del PSC respaldó el domingo a la presidenta del Congreso por haber evitado, según Miquel Iceta, “un peligrosísimo enfrentamiento institucional” con el Supremo al acordar la retirada del acta. El ministro de Cultura inició su intervención explicitando su apoyo a Batet, que estaba presente en el acto. Los asistentes se pusieron en pie y le aplaudieron durante un minuto. “A veces se abusa de la expresión ser un hombre o mujer de Estado. Conozco a algunos, no tantos, y Meritxell ha demostrado una vez más que es capaz de asumir en primera persona las decisiones y dificultades, sin buscar excusas ni esconderse, y poner por delante de todo el interés general, de las instituciones”, aseveró Iceta. Illa, por su parte, destacó la “actitud serena pero clarividente y contundente” de Batet a la hora de defender “la separación entre instituciones” y el respeto entre los “diferentes poderes del Estado”.
Sánchez reivindica la ley de vivienda
El Consejo de Ministros aprobará este martes la ley de vivienda tras varios retrasos sobre el calendario previsto y una dura negociación entre los socios. El Ejecutivo aplazará a la próxima legislatura, una vez hayan pasado las elecciones generales de 2023, los límites a los arrendamientos para los grandes caseros. “Por fin, después de más de 40 años de democracia, vamos a aprobar la primera ley de vivienda de la historia para lograr convertir un derecho que está en la Constitución en un verdadero derecho para nuestros jóvenes y aquellas personas que se sienten excluidos de comprar o alquilar una vivienda”, reivindicó Sánchez, quien también enumeró otras medidas del Gobierno sin distinguir la titularidad del ministerio.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.