Pablo Iglesias deja el Gobierno para ser candidato en Madrid y ofrece a Errejón un frente común
El líder de Unidas Podemos ha propuesto a la ministra Yolanda Díaz como vicepresidenta segunda y como futura candidata en el momento que haya elecciones generales
Al guionista loco que dirige la política española desde hace varios años aún le quedaba un giro final. Pablo Iglesias deja el Gobierno para competir en las elecciones a la Comunidad de Madrid y de paso reunificar todo lo que hay a la izquierda del PSOE. Con esta decisión inesperada, que Pedro Sánchez no ha sabido hasta este mismo lunes y que ha descolocado a todos, algo en lo que Iglesias era especialista, pero llevaba tiempo sin practicar, el líder de Unidas Podemos está haciendo tres cosas muy relevantes. Por un lado sale del Gobierno en su momento más polémico, cuando la coalición vive las mayores tensiones internas. Por otro, se concentra en su especialidad, las campañas electorales, con un enfrentamiento cuerpo a cuerpo contra la máxima representante de la derecha madrileña, la presidenta Isabel Díaz Ayuso, y con el intento de galvanizar a la alicaída izquierda de la comunidad, mientras el PSOE ha optado por la apuesta conservadora de Ángel Gabilondo. Y por último, y tal vez más importante para el futuro, Iglesias abre de forma sorpresiva la sucesión en Unidas Podemos, de la que ya se había hablado en varias ocasiones, y coloca a Yolanda Díaz como vicepresidenta y futura candidata en el momento que haya elecciones, algo que en principio no será en 2021, pero sí podría llegar en 2022.
Iglesias inicia así su salida del liderazgo del partido que creó con Íñigo Errejón —al que fuerza ahora a aceptar una candidatura conjunta o ver cómo le derrota en su plaza fuerte—, Juan Carlos Monedero y un pequeño grupo de profesores de la Universidad Complutense, y que ahora se enfrenta al momento más difícil, el que no parece estar logrando superar Ciudadanos: el cambio de la cara más visible. Aun así, ese proceso dependerá mucho del resultado que obtenga Iglesias en Madrid.
Si la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, aprovechó la oportunidad de la moción de censura de Murcia para hacer algo que venía pensando hace tiempo, adelantar las elecciones, Iglesias también aprovecha la ocasión para forzar esa sucesión que parece evidente que ya estaba en sus planes. Y la justificación política no puede ser más sencilla para los votantes progresistas: la necesidad de dar la batalla con todo el caudal político posible para intentar que en Madrid no gobierne el PP con Vox. La campaña ya está hecha.
Iglesias, según fuentes de Unidas Podemos, quería dar un golpe en la comunidad después de que el PSOE renovara a Gabilondo e intentó que el ministro de Consumo, Alberto Garzón, aceptara ser el candidato, pero ante el rechazo de este último ha decidido echar toda la carne en el asador, presentarse él mismo y precipitar así su sucesión en Yolanda Díaz, una ministra que no es miembro de Podemos, ni siquiera de Izquierda Unida, y que solo mantiene su militancia en el PCE, pero ha logrado una muy buena imagen pública con su gestión en Trabajo y los siete pactos que ha alcanzado en estos meses con la patronal y los sindicatos.
Todo se ha hecho al estilo Iglesias: en secreto, con impacto, y con un vídeo en las redes, como cuando anunció en julio de 2019 que renunciaba a estar en el Gobierno si a cambio el PSOE aceptaba la coalición que pedía Unidas Podemos. “Madrid necesita un Gobierno de izquierdas y creo que puedo ser útil. Lo he estado meditando mucho y hemos decidido que, si los inscritos quieren, voy a presentarme”, ha asegurado en esa grabación difundida después de que La Vanguardia adelantara la información.
Iglesias ya se lo ha comunicado al presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, al que le ha propuesto que la ministra Díaz asuma esa vicepresidencia segunda, pero sin perder las competencias de Trabajo; y que Ione Belarra, actual secretaria de Estado, sea ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, una forma de no perder la cuota de cinco ministros que corresponde a Unidas Podemos. El acuerdo de coalición incluye que cuando haya un cambio de Gobierno se mantendrá la proporción pactada, pero es previsible que Sánchez acepte el cambio porque se mantiene la cuota de poder negociada entre ambos partidos.
Sánchez se ha referido a la salida de Pablo Iglesias del Gobierno desde Montauban (Francia), donde este lunes se ha reunido con el presidente francés, Emmanuel Macron. “Le he deseado suerte, un poquito menos de suerte que al candidato socialista, Ángel Gabilondo”, ha señalado Sánchez sobre Iglesias. El presidente ha apuntado indirectamente que acepta el planteamiento del líder de Unidas Podemos de que Díaz sea la nueva vicepresidenta segunda. “Yolanda Díaz cuenta con todo mi apoyo. Soy una persona que cumple los acuerdos de coalición. Hay una vicepresidencia segunda que representa a Unidas Podemos en el Gobierno. No va a haber ningún problema con eso, no habrá malentendidos, habrá continuidad”, ha señalado Sánchez, que en cualquier caso ha aclarado que en los próximos días tomará las decisiones para reajustar el Gobierno. “El trabajo y la coordinación [con UP] ha sido óptima”, ha subrayado el presidente. “Así lo he dicho en muchas ocasiones: que estaba satisfecho con el Gobierno de coalición”, ha sentenciado.
“Será un honor ocupar un puesto en el que ahora puedo ser más útil, como madrileño y como antifascista”, señala el líder de Unidas Podemos en el vídeo. El PSOE ha quedado totalmente desconcertado con la noticia, que no esperaba, y que ha sorprendido a Sánchez en una cumbre en Montauban con el presidente francés, Emmanuel Macron.
El actual vicepresidente, en una decisión completamente inesperada, se mete así de lleno en la política madrileña con el objetivo de vencer a la presidenta regional. Para ello, Iglesias confía en volver a reunir alrededor de su figura a la izquierda madrileña. “La enorme oportunidad requiere la responsabilidad y la altura de miras necesaria para ir todos unidos en una candidatura de izquierdas que sea capaz de ganar a Ayuso. Voy a proponer a los compañeros de Más Madrid una candidatura única para ganar”, subraya el aún vicepresidente en la grabación difundida este lunes. “Es lo que nos está pidiendo la gente de izquierdas”.
La unión de Podemos y Más Madrid volvería a juntar los caminos de los dos fundadores de Podemos. Su relación acabó devorada por las luchas cainitas en una batalla a muerte por el liderazgo del partido. Iglesias acabó ganando y la salida de Errejón de Podemos, en brazos de Manuela Carmena y bajo las siglas de Más Madrid, amenazó con romper el partido. Hace solo unos días, cuando Díaz Ayuso anunció la convocatoria de elecciones anticipadas, los diputados de Más Madrid aseguraron que su candidata sería Mónica García. Pero entonces nadie contaba con el desembarco de Iglesias en la política madrileña. Este lunes, después de conocerse la noticia, García ha dicho a La Sexta: “Estamos dispuestos a hablar de todo, a ser posible sin mucha testosterona ni imposiciones”. La portavoz de la formación ha explicado que le hubiera gustado que Iglesias se lo hubiera propuesto antes de hacer el anuncio, pero se ha reafirmado en su disposición a llegar a un acuerdo: “Nos vamos a sentar, vamos a hablar, nos vamos a entender”.
La decisión del vicepresidente es una sorpresa tanto para el PSOE como para su formación. Iglesias, que asumió su cartera en enero de 2020, se había convertido en estos 14 meses que lleva en marcha la coalición en protagonista de los mayores desencuentros entre los socios. Consciente de su debilidad como socio minoritario, se apoyó en una estrategia de confrontación para lograr sacar adelante algunas de las medidas clave para su electorado. Justo ahora estaban en plena negociación de una de las cuestiones más relevantes para Unidas Podemos, la ley de vivienda. La batalla interna en la coalición seguirá, aunque ahora Iglesias se concentrará en la campaña madrileña.
Algunos dirigentes de Unidas Podemos creen que un buen resultado de Iglesias en Madrid, una comunidad donde este grupo tenía el riesgo serio de no llegar al 5% y desaparecer, supondrá un gran impulso para ellos en un momento de gran debilidad. El resultado madrileño, donde Ciudadanos corre un alto riesgo también de no llegar al 5%, marcará así por completo la legislatura, pero es difícil calcular en qué sentido y, sobre todo, si habrá algún otro giro de guion sorpresivo. Todo es posible en el mundo eléctrico de la política del posbipartidismo.
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