_
_
_
_
Ciencia
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

A la espera del diagnóstico

EPS 2495 INTRO IMAGEN MILLAS
Lian Zhen (Xinhua / EPA / EFE)
Juan José Millás

Esa especie de tostadora chamuscada acaba de hacerse casi 400.000 kilómetros de ida y otros tantos de vuelta para acercarse a la Luna y extraerle dos kilos de tejido de su cara oculta al objeto de llevar a cabo algo parecido a una biopsia. La “tostadora” disponía de una caja de herramientas que incluía, entre otros útiles, un taladro con el que horadó la mejilla de ese rostro furtivo y una pala mecánica con la que introdujo las muestras en la sonda. Una hazaña, en fin, semejante a la que representa viajar al subconsciente y regresar a la superficie con un trauma reprimido.

Y es que se sabe poco de la parte de atrás de nuestro satélite como usted sabe poco de su espalda: si le mostraran una foto de ella, dudaría de la identidad del fotografiado.

La Luna es el resultado del choque formidable de dos cuerpos celestes, en principio antagónicos, aunque complementarios a la larga. El Gran Impacto, que es como solemos referirnos al suceso, produjo cantidades industriales de escombros que surcaron el espacio hasta que la gravedad los obligó a unirse para formar esa entidad que tanto juego viene dando a los poetas. El yin yang, como llaman los chinos a la unión de contrarios, es la madre de todas las dualidades de las que está compuesto el universo (interior/exterior; forma/vacío; duro/blando, etcétera). Ya conocíamos el yin lunar, es decir, su parte luminosa. Ahora se trata de estudiar las cicatrices y deseos furtivos del yang para averiguar de dónde venimos. Con ese objeto, la sonda china Chang’e 6 ha tumbado a la Luna en el diván. Quedamos a la espera del diagnóstico.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Juan José Millás
Escritor y periodista (1946). Su obra, traducida a 25 idiomas, ha obtenido, entre otros, el Premio Nadal, el Planeta y el Nacional de Narrativa, además del Miguel Delibes de periodismo. Destacan sus novelas El desorden de tu nombre, El mundo o Que nadie duerma. Colaborador de diversos medios escritos y del programa A vivir, de la Cadena SER.
Tu comentario se publicará con nombre y apellido
Normas
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_