Guerra a los pantalones blancos en el fútbol femenino
Jugadoras de varios clubes y selecciones alrededor del mundo piden que se cambie el color de los uniformes para evitar molestias cuando tienen la regla
En el primer partido del Mundial de fútbol femenino que comienza este 20 de julio, las anfitrionas neozelandesas debutarán ante Noruega utilizando un pantalón verde azulado. Se trata de una variación con respecto al uniforme masculino, que tiene pantalón blanco. Este aparentemente nimio cambio, en realidad representa una victoria de las jugadoras en un debate que lleva tiempo vivo en todo el deporte femenino: cambiar el color del pantalón para evitar molestias al jugar con la regla. Y esta revolución va mucho más allá de Nueva Zelanda. En el tercer día del Mundial, las jugadoras de Inglaterra saldrán al campo con pantalón azul porque este año también pidieron deshacerse del blanco por exactamente la misma razón.
Las futbolistas profesionales están ya más que acostumbradas a tener que librar batallas para dignificar su trabajo. Este nuevo frente de los pantalones blancos y la menstruación surgió hace algunos meses cuando jugadoras de varios clubes y selecciones alrededor del mundo comenzaron a pedir este cambio en sus uniformes. El Manchester City fue el primer club grande que escuchó a sus jugadoras y buscó un acuerdo con Puma, su patrocinador, para que las deportistas cambiaran el blanco por uno rojo a partir de la temporada 2023-2024. En los meses posteriores, clubes como el West Bromwich Albion y el Stoke City (ambos de la tercera división inglesa) o el Orlando Pride (primera división estadounidense) hicieron el mismo cambio. La delantera de la selección inglesa Beth Mead ha sido una de las figuras más visibles en la lucha por el cambio en los uniformes.
Amanda Gutiérrez, presidenta de Futpro, una organización española que lucha por los derechos de mujeres futbolistas, indica por teléfono que el debate de los pantalones blancos aún no ha llegado a los clubes españoles, pero que desde su asociación ven lo que sucede en otros países como un primer paso para que se empiece a hablar sobre esto aquí. “Ahora el tema está llegando al ámbito de las selecciones y creemos que eso va a ser muy positivo”, explica, y agrega que el problema histórico con los uniformes femeninos es que siempre han sido exactamente iguales a los de los hombres y nunca han tenido ninguna consideración por la menstruación.
El debate, por supuesto, no es único del fútbol. Se ha dado también en el rugby —la selección irlandesa pidió que se elimine el pantalón blanco— o en el tenis —la jugadora Rebecca Marino dijo que la peor pesadilla de todas las tenistas era tener la regla en Wimbledon, aunque el torneo finalmente flexibilizó su reglamento de vestimenta este año, permitiendo culotes oscuros siempre que no sean más largos que los pantalones o las faldas—. “Es fundamental que tengamos en cuenta que las mujeres pueden tener la regla cuando compiten y es necesario un pantalón que no haga de la experiencia algo degradable”, señala Gutiérrez.
Un estudio realizado por Puma en 2022 reveló que una de cada dos adolescentes deja de practicar deporte por causas relacionadas con la menstruación. Para muchas jóvenes, de acuerdo con la investigación, hacer deporte con la regla es algo vergonzoso. Silvia Flor, directora en España y Portugal de la empresa Modibodi, especializada en ropa deportiva menstrual, que recientemente ha comenzado a colaborar con Puma, explica que las firmas deportivas tienen la responsabilidad de contribuir a acabar con el tabú de la regla: “Una deportista debe estar concentrada en la competición y no en la regla. Es importante que enseñemos esto a las niñas”.
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