Cinco millones de niños en EE UU no van al cole
Algunas modalidades educativas que sustituyen la escuela tradicional por el domicilio o los viajes cobran fuerza en Estados Unidos.
En Estados Unidos, la pospandemia ha impulsado la revolución del sistema educativo. Las cifras de homeschooling (el colegio en casa) se duplicaron por la covid, pero, una vez superado, ha continuado siendo una tendencia en alza. Además de para escapar de un sistema opresivo y obsoleto, las familias prefieren educar a sus hijos en casa para evitar otros problemas en aumento; como el bullying, el racismo o los tiroteos en las aulas. Más de cinco millones optaron por el homeschooling en 2021, según el censo de Estados Unidos. Y muchas familias han optado por el unschooling (desescolarización) después de mudarse en busca de una mayor calidad de vida o estar más en contacto con la naturaleza.
Para Aurora Morfín, madre de un unschooler, lo que empezó como un reajuste temporal durante la pandemia se convirtió en un cambio radical de paradigma. “Con la libertad viene mucha responsabilidad”, explica, “cuando se empiezan a dejar ir los patrones y hábitos y a liberarnos de los condicionamientos, se descubre que hay que desaprender cosas incluso a un nivel ancestral. Se tiende a ir más despacio, con conciencia del impacto de cada acción. Eso complica seguir el formato convencional, que ya empezamos a entender que no funciona”.
Otra opción es el roadschooling, que consiste en educar en la carretera, mientras se viaja. “Nuestro estilo de vida genera habilidades más importantes que la memorización”, escribe Robyn, autora del blog Nomads with a Purpose. Es madre de cinco hijos. En 2015 ella y su marido decidieron vender su casa, comprar una caravana y lanzarse a la aventura. Viajan con cinco menores de edad. El movimiento contracultural que plantea confronta el sedentarismo familiar y las excusas que pretenden justificar la falta de creatividad y de iniciativa.
El worldschooling es otra opción, aunque requiere de un presupuesto planificado. Consiste en la educación mientras se viaja por el mundo. En la web planetaworldschool se publican eventos para que las familias nómadas se encuentren, creando puntos de convivencia. Lainie Liberti empezó a viajar con su hijo a mediados de 2008 y han visitado más de 36 países, basándose en la filosofía de aprender de forma natural a través de experiencias. También han creado el Project World School, ofreciendo experiencias temporales en distintas comunidades. Ya existen organizaciones como Unschool Adventures, dedicadas a llevar a grupos de jóvenes a explorar seis países durante siete semanas. “Me enseñaron a sentirme cómoda en situaciones incómodas. Me dieron la libertad de aprender, crear relaciones, vagar por las ciudades y cometer errores”, dice en los testimonios Emma G., una de las participantes.
En Estados Unidos, los niños que no han estado escolarizados siguen teniendo la opción de acceder a la universidad. En 2018, The Harvard Gazette, la revista de la Universidad de Harvard, dedicaba un reportaje a varios de sus alumnos con un pasado de unschooling. En él describían su aprendizaje previo como una experiencia desde la libertad de elección: lecturas ilimitadas (una de ellas terminó Hamlet a los nueve años), visitas constantes a museos y poder atender como oyentes a las clases que realmente les interesaban. Cuando llegaron a la universidad, tenían muy claro a lo que querían dedicarse.
En España estas opciones pedagógicas son minoritarias. En principio, son legales según la Constitución, pero ilegales sobre la base de la normativa de educación, lo que significa que para obtener títulos académicos hay que entrar en el sistema escolar en un momento dado o hacer el examen de la ESO por libre a los 18 años.
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