Eduard y Greta Fernández: cine navideño, sobremesas pacíficas y nueva nominación al Goya

Hay algo en la Navidad que no deja indiferente a nadie, por eso la consulta era necesaria. ¿Cómo pasan los famosos unas fechas tan señaladas? El actor Eduard Fernández (Barcelona, 57 años) y su hija Greta (Barcelona, 25 años) aceptan el reto y posan ante un fotograma de Qué bello es vivir, pelícu­la navideña por antonomasia —que Eduard ha visto pero no recuerda y Greta nunca vio— porque se desarrolla precisamente el día de Nochebuena. El filme, dirigido y producido por Frank Capra en 1946, es un clásico del cine y la película de la Navidad.

Aunque para clásicos del cine, al menos en España, los Premios Goya, cuyos nominados anuncia la Academia de Cine nada más empezar la sesión. Eduard está contento. Ha sido uno de los candidatos a mejor actor por su papel de Òscar Camps en Mediterráneo, la cinta sobre la ONG Open Arms. “Recuerdo la primera vez que me nominaron, por Los lobos de Washington. Estaba requetenervioso en la butaca. Ahora estoy más bregado”, cuenta el actor, que ya atesora tres de estos galardones y una Concha de Plata. Y evoca aquella noche que, tras los Goya, se fue a tomar algo con Javier Bardem, su hermano Carlos, su madre, Pilar, y Juan Diego Botto. “Ninguno se llevó el premio, así que ahí, en el bar, decidimos dar los discursos que teníamos preparados. Fue muy gracioso”. Eduard ha dejado de fumar hace solo cuatro días, tiene pinta de querer marcharse desde la primera pregunta. Así que, al turrón, nunca mejor dicho.

¿Cómo son las Navidades en casa de los Fernández?

Eduard: Tranquilas. Mi madre falleció en pleno covid. Supongo que por la enfermedad, aunque no lo sabemos. Me despedí por móvil y fue duro. Yo soy muy de tocar. Cuando murió mi padre, dos años antes, le daba besos en la calva. Mis hermanos me decían: “¿No te da apuro?”.

¿Discuten de política o es un tema tabú?

Eduard: En mi familia siempre hemos sido mucho de hablar y de argumentar, y cada uno tiene su opinión. Los que no somos independentistas nos cuesta mucho hablar públicamente sobre este tema y mucha gente te aconseja que no te pronuncies.

Greta es la única hija de Eduard y la escritora Esmeralda Berbel, que se divorciaron tras 25 años casados. Con 24 años ganó la Concha de Plata a la mejor actriz por su papel en La hija de un ladrón, que protagonizó junto a su padre y que reflejaba una relación paternofilial desastrosa, en las antípodas de la suya. Porque si algo destaca entre Eduard y Greta es cómo se cuidan. Durante la entrevista, él le hace discretas señas para que su hija no se abra demasiado en sus repuestas; ella le puntualiza cuando hablamos de feminismo o del movimiento MeToo. “Me ha ayudado a ser consciente de lo poco consciente que era de algunas cosas. A pesar de ser de izquierdas y feminista, puedo meter la pata…”, confiesa el actor.

Ahora Eduard se está preparando para rodar la segunda temporada de la serie 30 monedas, de Álex de la Iglesia, en la que interpreta a un sacerdote boxeador y exorcista. Por eso lo de dejar de fumar, porque también se está entrenando. “Una o dos horas al día. Las paso canutas. Pero me encanta. Me siento más feliz y lo noto mental y físicamente”.

Si los Fernández pasan la Navidad en familia, la Nochevieja está reservada para los amigos. A Eduard no le gustan las aglomeraciones y prefiere cenas tranquilas con poca gente: “Cuando me divorcié, incluso pasé dos o tres años solo y uno me metí en la cama sin tomar las uvas”. Greta, por su parte, lo celebrará con sus amigos en su casa, que comparte con los actores Brays Efe y Lola Rodríguez, protagonista de La Veneno, y por donde pasa gente como C. Tangana y su novia, la fotógrafa Rocío Aguirre, o la actriz Anna Castillo. A la cena, por cierto, no faltará su íntima amiga Úrsula Corberó y su novio, Chino Darín. “Ya hemos comprado las gambas y tenemos el menú pensado”.