Garnatxa de Cérvoles 2015, sensualidad en boca

Por fin Cérvoles Celler ha elaborado un tinto de garnacha negra, variedad de arraigo en Costers del Segre, pero que, cual cenicienta vitivinícola, ha sido menospreciada en una denominación de origen que prefirió los varietales foráneos, como cabernet sauvignon o merlot, para marcar su impronta de calidad.

Nadie duda de la utilidad, y a veces la necesidad, de recurrir a las variedades francesas de mayor prestigio. Pero es bueno definirse enológicamente en los viñedos por aquello que tiene raíces históricas. Dicho lo cual, y sin desmerecer otros vinos de la bodega —como Cérvoles Estrats, elaborado con cuatro variedades—, este tinto es el más personal y atractivo. Tal vez porque su garnacha se beneficia de unos viñedos de montaña, situados en la sierra de la Llena, a más de 700 metros de altura.

Fruto de excelente calidad, muy maduro pero con buena acidez, lo que permite una elaboración mixta, con una parte fermentada en acero inoxidable y otra en barricas de roble francés. De ahí el expresionismo aromático de los frutillos silvestres, rojos y negros, macerados en licor, y sus luminosas pinceladas de hierbas y flores secas, levemente bañadas de especias. Y su sabrosa caricia sensual en la boca.