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Rossana Orlandi, la gurú del diseño que quiere reconciliarnos con el plástico

Tras propulsar con su galería milanesa la carrera de varias generaciones de creadores, esta milanesa quiere demostrar que el plástico puede salvar el mundo. Empezando por los muebles

Rossana Orlandi, entre dos sillas de plástico reciclado ‘Chubby’, de Dirk Vander Kooij.
Rossana Orlandi, entre dos sillas de plástico reciclado ‘Chubby’, de Dirk Vander Kooij.Foto: Sara Magni

Pocos profesionales del mundo del diseño poseen una visión del futuro tan clara como Rossana Orlandi. La proverbial habilidad de esta galerista milanesa para detectar el talento roza lo místico. “Me guío por la emoción. No es cálculo ni estrategia”, dice sobre ese sexto sentido que ha lanzado la carrera de nombres como Formafantasma y Piet Hein Eek. Un toque de la varita mágica de Rossana Orlandi puede marcar la suerte (o su reverso) de la carrera de un diseñador: entrar en su exclusivo círculo casi siempre es el anticipo de un reconocimiento más amplio. Desde hace años, sin embargo, en un mundo que parece siempre a punto de ebullición, el éxito comercial ya no sabe como antes.

“No puedo mantenerme impasible ante el desastre medioambiental”, admite preocupada. Orlandi ha definido el canon del diseño de galería, pero no se conforma. Por eso ha empezado a interesarse por un asunto que, para ella, define nuestra época: el rechazo al plástico. Ha lanzado RoGUILTLESSPLASTIC (es decir, plástico sin culpa), un proyecto internacional que incluye el Ro Plastic Prize, una serie de exposiciones y reconocimientos que quieren poner en valor los usos creativos de los residuos plásticos. “Este material es demasiado importante como para abandonarlo de un día para otro; basta mirar lo que sucede en el sector sanitario y hospitalario”, apunta.

RoGUILTLESSPLASTIC pretende fomentar en el mundo del diseño la reutilización del plástico procedente de los residuos de la industria. “La idea de hacer algo al respecto me vino tras pasar un día en la playa con mis sobrinos”, explica reconstruyendo el origen de este nuevo proyecto que ha comisariado. “La arena estaba llena de residuos de plástico de colores, arrastrados por las olas. Comenzamos a usarlos para jugar y construir esculturas. Y en ese momento pensé: ¿por qué no pedir a artistas y diseñadores que utilicen plástico reciclado en sus obras? Por un lado, serviría para reducir los residuos en el entorno y, por otro, para mostrar nuevas formas de reciclaje”.

Rossana Orlandi lanzó su nuevo proyecto durante el Salone del Mobile de 2019. Entre los 26 diseñadores y arquitectos que participaron en el Ro Plastic-Master’s Pieces había famosísimos amigos de la galerista, como Jaime Hayón, Patricia Urquiola, Barnaba Fornasetti y Marcel Wanders. En todo caso, estar a la vanguardia también conlleva problemas. “Cuando monté este proyecto en 2018 recibí muchas críticas”, explica. “Pocas empresas estaban dispuestas a emprender este cambio. Hoy, sin embargo, poco tiempo después, me alegra ver que hasta las multinacionales están siguiendo las indicaciones de los diseñadores para crear nuevos materiales y objetos con plástico reutilizado”.

Su segunda edición, actualmente en curso, ha ampliado el foco a otros materiales reciclables y a la producción de “espacios habitables completos” que conformarán un proyecto experimental llamado TrashFormation Village. Otro pilar de esta iniciativa es un Hall of Waste, un salón del despojo “dedicado a las organizaciones y a las empresas comprometidas en el reciclaje de materiales con fines educativos y de utilidad pública”, comisariado por su hija, Nicoletta Orlandi Brugnoni. “Tiene dos hijos y está muy comprometida con el equilibrio natural”, señala. “Los jóvenes están muy concienciados. Tenemos mucho que aprender de ellos”.

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