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Lácteos: ni tres al día como norma general, ni los quesos cuentan

Si has visto la tele últimamente, te habrás cruzado con un 'spot' en el que se recomienda tomar tres lácteos al día mientras se muestra un vaso de leche, un yogur y una cuña de manchego. Quisimos saber más

Forman parte del listado de productos que se incluyen en lo que conocemos como alimentación saludable. Que quede claro. "La leche y sus derivados presentan un perfil nutricional muy interesante", introduce Giuseppe Russolillo, presidente de la Academia Española de Nutrición y Dietética. Y tiene muchas bondades. Desde BUENAVIDA, hemos ayudado a difundirlas y a acabar con los mitos que la rodean. A partir de aquí, todo son matices a la recomendación de tomar tres lácteos al día que hace la FEN a través de un simpático 'spot' televisivo.

La organización trata de que recordemos quiénes son a través del anagrama que representa sus siglas (que responden a Fundación Española de Nutrición, "una institución sometida al Estatuto de las Fundaciones culturales privadas, de acuerdo con la normativa española vigente", tal y como reza en su página web) y las iniciales de una tal Fátima Espinosa Novoa, la protagonista del anuncio y ficticia beneficiaria de un consumo de tres lácteos diarios.

Lanzada por la Organización Interprofesional Láctea (Inlac), la iniciativa busca "recordar a los consumidores la importancia de consumir leche y productos lácteos como fuente de nutrientes esenciales para el organismo, dentro de una dieta variada y saludable", aclaran en YouTube. Azorados por el recuerdo de que no siempre es tan fácil incluir al menos cinco raciones al día entre hortalizas y frutas, y por la amenaza de que cada grupo alimentario reivindique su mínimo de consumo… saltaron las preguntas. ¿Tres raciones no serán demasiadas…? ¿De dónde sale esta recomendación? ¿Vale cualquier alimento que tenga que ver con la leche? Y, si tan imprescindibles son, ¡¿qué van a hacer los veganos…?! Se lo preguntamos a Russolillo.

No es una recomendación como la de 5 al Día (de hortalizas y frutas). Haciendo caso a la pirámide alimenticia de la SENC (Sociedad Española de Nutrición Comunitaria) para la NAOS (Estrategia para la Nutrición, Actividad Física y Prevención de la Obesidad) –la pirámide es el sistema más generalizado de recomendación para la alimentación saludable y cuenta con distintas versiones, según quién la promocione–, los lácteos se incluyen en el segmento de consumo de 2 a 4 al día. El mínimo, para niños de 1 a 6 años y hombres de más de 65 años; entre 2 y 3 para escolares y adultos en general; 3 o 4 para adolescentes y 4 para embarazadas y lactantes. Deben ser de buena calidad, priorizando las preparaciones bajas en grasa (aunque hay indicios de que la saturada de los lácteos podría no estar asociada a un mayor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, la prudencia manda), y sin azúcares añadidos. Y siendo una ración entre 200 y 250 mililitros de leche (un vaso), de 200 a 250 gramos de yogur (2 unidades), 40 de queso semicurado o 75 de queso fresco.

La Fundación Española del Corazón lo limita en su web a 1 o 2, de 120 a 150 gramos, sin entrar en más detalle. Y Russolillo, como portavoz de la mayor comunidad de dietistas nutricionistas declarados libres de conflicto de intereses, entre 2 y 3 indicando que cada una supondrá como referencia 200 gramos de leche y 250 de yogur, y excluyendo la mantequilla y el queso, que están considerados en los grupos de las grasas y proteínas respectivamente.

Sabiendo que su horquilla se sustenta en la evidencia científica, ¿por qué hay tantas diferencias? "No se ha podido verificar que la recomendación de la SENC/NAOS hayan sido generadas en base a las recomendaciones de desarrollo de guías alimentarias [avaladas por la ciencia]", apunta el experto. ¿Y la de la FEN? "En mi opinión, situar la recomendación en 3 en lugar de entre 2 y 3, basándose en las pruebas existentes, es un aumento que no está justificado".

La leche se recomienda por el calcio, pero el deporte (y no beber ni fumar) es más importante para los huesos. "La justificación del consumo de lácteos se basa principalmente en la salud ósea. Esta viene determinada por un amplio abanico de factores, algunos relacionados con el estilo de vida. Pero, aunque sí se puede establecer un orden en importancia, ninguno tiene la capacidad para producir ni evitar fracturas osteoporóticas. […] Y la actividad física es uno de los más fuertemente asociados a su prevención, incluso llegándose a considerar la baja ingesta de calcio como un factor de riesgo pequeño en comparación al atribuible a la inactividad y al consumo de tabaco y alcohol", aclara el dietista-nutricionista. Una bomba que matiza: "Pese a esto, y debido a que el sendentarismo, alcoholismo y tabaquismo están tan instaurados culturalmente en nuestra sociedad, parece razonable fomentar y asegurar una ingesta adecuada de calcio".

El queso no cuenta. En el anuncio se ve un gran vaso de leche, un horizonte infinito de yogur y un cuchillo laminando una apetecible cuña de queso. Si bien puede considerarse una licencia de la creatividad publicitaria, el hecho de pasar las imágenes por duplicado podría interpretarse como su estrategia para que lo aprendamos a fuego. "El queso no debería ser equiparable al consumo de leche y yogur pese a su contenido en calcio, ya que la cantidad de proteínas y grasas hace de él un alimento proteico de valor nutricional en términos de proteínas y grasas parecido a la carne, los pescados y los huevos [cuyo consumo no debe exceder de 3 a 4, de 100 a 125 gramos de la primera, si es magra, –ocasionalmente si es grasa–, un máximo de 600 gramos de los segundos y hasta 8 huevos cada 7 días], con perfiles de grasas claramente diferenciados y aportes de vitaminas y minerales diversos. Esto significa que los únicos que cumplen son la leche y los yogures naturales". No, nada de azucarados ni de sabores… "Es importante avisar a la población de que cualquier yogur que no sea natural contendrá cantidades de azúcar importantes. Recordamos que la Organización Mundial de la Salud recomienda que no se sobrepase el consumo del 10% de la energía total diaria en forma de azúcares libres, entre los cuales se computarían estos lácteos azucarados".

Y ninguno es imprescindible. "El consumo de al menos cinco raciones entre hortalizas y frutas variadas se asocia con un menor riesgo de enfermedades crónicas como la diabetes, la obesidad, el cáncer y las cardiovasculares. Aportan fibra, vitaminas y compuestos fitoquímicos que difieren en tipo y cantidad entre ambos grupos, incluso en frutas y verduras entre sí", recordaba en esta revista Manuel Moñino, presidente del Comité Científico de la Asociación 5 al Día y miembro del Centro de Análisis de la Evidencia Científica de la Academia Española de Nutrición y Dietética. ¿Hay un argumento parecido para los lácteos? Parece que no. "De hecho, los veganos no tienen que cumplir la recomendación de lácteos porque no es imprescindible". Para hacernos una idea: el objetivo de consumo de calcio se ha situado tradicionalmente entre los 800 y los 1.000 miligramos por persona y día, sin embargo, estos requerimientos se han visto disminuidos en los últimos años, hasta entre 525 y los 904 miligramos por adulto y día, dependiendo de la actividad física y la vitamina D.

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