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Los políticos a los que siempre sonreía la Lotería de Navidad

Juan Antonio Roca y Carlos Fabra, entre los sospechosos de blanquear dinero con los premios

Un 'ninot' del expresidente de la Diputación de Castellón, Carlos Fabra, en las Fallas de 2016.
Un 'ninot' del expresidente de la Diputación de Castellón, Carlos Fabra, en las Fallas de 2016.Manuel Queimadelos Alonso (GETTY)

La probabilidad de que te toque 80 veces la lotería es una entre 43 cuatrillones. Pero si eres Juan Antonio Roca ninguna cábala resulta imposible. Los investigadores del caso Malaya determinaron en 2012 que el cerebro del mayor escándalo de corrupción urbanística de la historia de España había desafiado las leyes del azar con los cupones de la ONCE, las Bonoloto, los premios de la Lotería Nacional y las quinielas que cobró durante años. “A mi marido le perseguían los loteros”, llegó a declarar su esposa. Pero la justicia persigue mejor y el exasesor de urbanismo del Ayuntamiento de Marbella acabó condenado por el Tribunal Supremo a 17 años de prisión como cabecilla de una trama que defraudó 460 millones de euros.

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Roca, que reconoció haber comprado entre marzo y mayo de 2005 billetes agraciados con 646.000 euros para no pagar impuestos, no fue el primero en llamar suerte a lo que en realidad es corrupción. La tradición de blanquear dinero con los premios es tan vieja como los sorteos y tiene a los políticos como alumnos aventajados. O, al menos, como sospechosos habituales.

El caso del expresidente de la Diputación de Castellón, Carlos Fabra, es el más conocido. Hasta tuvo su ninot para las Fallas de 2016. En la figura se podía ver a Fabra, entre rejas y vestido de presidiario, con un billete de la suerte en la mano. El mensaje no podía ser más elocuente: “Siempre toca”. A algunos, claro está, más que a otros.

El exbarón popular fue investigado por la Fiscalía Anticorrupción tras embolsarse 2,2 millones de euros en siete grandes premios de la Lotería de Navidad y El Niño entre 2000 y 2011. Tres años después ingresaría en prisión por fraude fiscal, aunque el juez consideró que sus ingresos no se justificaban ni aun sumando los premios de la lotería. Tal era su fama que en 2008 llegó a anunciar el número que jugaba: 27.931. Sin embargo, en ese sorteo Fabra no fue agraciado y nunca pudo cumplir su delirante amenaza: “Si me toca, me sacaré la pirula y mearé en la sede de IU”.

Ángel Matanzo es otro de los nombres que siempre quedarán asociados a la suerte. A este controvertido concejal del PP en el Madrid de los años noventa, apodado el sheriff, le tocó tres veces la lotería, aunque es cierto que jugaba mucho e intercambiaba numerosas participaciones. En el sorteo de Navidad de 1991 se embolsó 30 millones de pesetas, después de que una lotera a la que le habían cerrado el negocio le regalase un décimo por haberla ayudado a seguir con su actividad. El número resultó premiado con El Gordo. Aunque fue denunciado por un posible delito de cohecho, la acusación no prosperó.

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También fue sonado el caso de José Luis Martín, exalcalde socialista de Seseña (Toledo), a quien supuestamente le tocó un cupón de la ONCE justo cuando Paco El Pocero decidió construir una gran urbanización en el pueblo. El regidor trató de justificar con ese premio que pudiera depositar entre 2002 y 2005 cerca de medio millón en fondos de inversión, cuando su sueldo anual como regidor era de 27.806 euros. La justicia nunca pudo demostrar el fraude.

Hoy ya no abundan personajes como aquellos. Desde 2013 las cantidades superiores a 2.500 euros ganadas en la lotería o en sorteos de la Once o la Cruz Roja pagan impuestos. El blanqueo, ese innoble arte para el que hasta los narcos gallegos usaron décimos de Navidad, resulta cada vez más complicado. Lejos quedan los tiempos en los que la fortuna se buscaba, aunque a veces se escondiese tras unas gafas opacas.

“Es muy probable que no tengan la suerte que tengo yo, al menos que les toque la lotería de la salud", se llegó a jactar Fabra ante los periodistas que le preguntaban por su potra. La probabilidad de estar sano se calcula muy superior a una entre 43 cuatrillones.

Los billetes 'dedicados' que costaron 15.000 euros

A Fabra le tocaba mucho la lotería. Tanto, que hasta llegó a salir en los billetes. En enero de 2011, la agrupación del Bloc —partido que se integra en Compromís— en Ontinyent (Alicante) vendió décimos del Sorteo del Niño con la cara del expresidente de la Diputación de Castellón. El objetivo: criticar al personaje y, de paso, financiar al partido. Tras una demanda del propio Fabra, la justicia obligó al Bloc a indemnizarlo con 3.000 euros y pagar otros 12.000 por las costas del proceso. Los billetes dedicados salieron prohibitivos.

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