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Kara Swisher: “Silicon Valley no es capaz de responsabilizarse de lo que ha hecho: un desastre”

Esta periodista intuyó que la historia de los gigantes de la tecnología no iba de 'gadgets', sino de poder emergente. Lleva dos décadas advirtiendo de sus excesos

La periodista Kara Swisher, en su casa en Washington DC el pasado 20 de febrero.
La periodista Kara Swisher, en su casa en Washington DC el pasado 20 de febrero.OLIVER CONTRERAS

Sheryl Sandberg, la número dos de Facebook, contó una vez que, cuando en una empresa de Silicon Valley circula algún documento interno, suele decirse en broma: “Espero que Kara nunca lo vea”. La periodista Kara Swisher (Pensilvania, 1963), apodada La Gruñona de Silicon Valley, mantiene a raya a los gigantes de la tecnología a golpe de exclusiva desde hace más de dos décadas. Temida y respetada, es una de las pocas personas con acceso a personajes escurridizos como Mark Zuckerberg: “Cada vez que habla conmigo dice algo que lo mete en un lío”.

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De Facebook, pero también de Uber o Google, dice que están gobernadas por “niñatos”. A pesar de que su visión sobre el futuro de Internet se ha ensombrecido, mantiene la esperanza de “proteger” la Red de su cara oscura: “Todos los grandes inventos tuvieron un comienzo feo”. Recibe a EL PAÍS en las oficinas de la web de noticias que cofundó, Recode, en Washington, donde pasa cada vez más tiempo siguiendo de cerca el escrutinio del Congreso estadounidense a plataformas como Facebook, Google y Twitter.

PREGUNTA. En los últimos años ha calificado a los CEO de las grandes tecnológicas como bebés, niños-reyes, críos… ¿Me dejo algo?

RESPUESTA. ¿Sabes qué? Es un insulto a los niños.

P. ¿Será 2019 el año en que veamos a esos CEO responsabilizándose del efecto de sus creaciones?

R. Espero que sí. Creo que ahora están empezando a comprender lo que han hecho. Han causado un desastre. Pasaron por un periodo de fingir que no iba con ellos y que todos deberíamos arreglarlo. No estoy interesada en arreglar lo que rompieron unos milmillonarios. Quiero que lo hagan ellos. Y creo que son incapaces de hacerlo. Por algún motivo, la autorreflexión es muy difícil para esta gente.

P. ¿Cree que vamos a ver algún tipo de regulación que finalmente afecte a las grandes tecnológicas?

Las personas ricas podrán optar por pagar por apps sin publicidad. Los pobres usarán Internet gratis, pero tendrán que dar sus datos

R. Están pensando en ello, sobre todo los demócratas. Es un problema, porque en el Congreso de EE UU no se ponen de acuerdo ni para comer. He escrito sobre la necesidad de crear una declaración de derechos de Internet, que podrían ser 20 leyes distintas. ¿Cuál vendrá primero? ¿Será la privacidad, las acciones antimonopolio, la protección de datos o la neutralidad de la Red?

P. ¿Piensa pasar más tiempo en Washington siguiendo este proceso?

R. Sí, pero con Trump todo es un circo de tres pistas. Nos pasamos el día hablando de la locura del muro en la frontera y eso absorbe todo el oxígeno, lo cual beneficia a las compañías tecnológicas, porque nadie presta atención a los temas importantes. Mientras, China está aterrizando naves y plantando algodón en la Luna. ¡Oh! Nuestro Gobierno está totalmente desconectado de cualquier esfuerzo científico y tecnológico.

P. Hablando del nuevo Congreso, ¿qué opina de cómo usa las redes la congresista Ocasio-Cortez? ¿Le ha salido competencia a Trump?

R. Trump es un megáfono, solo grita. No reacciona ni se mueve con Internet como lo hace ella. Ella nada en el río; él chapotea haciendo ruido. Ambos pueden ser efectivos, porque Trump está saltándose a los medios, marcando la conversación, y funciona. Lo que ella hace es mucho más poderoso. Yo lo comparo con cómo JFK usó la televisión. El problema es si es demasiado superficial, si lo único que hace es hablar online. Pero sacó el tema de la desigualdad salarial en los ingresos, y ahora todo el mundo está hablando del tipo impositivo.

P. Usted consigue que magnates como Elon Musk y Zuckerberg sigan hablando con usted. ¿Cómo lo hace?

R. Entablo conversaciones inteligentes. No soy cruel, pero soy dura. Prefieren conversaciones difíciles a que alguien les haga la pelota. Muchos no se enfrenta a debates válidos e inteligentes, y les gustan. Aprenden algo.

P. ¿Vamos a ver más reacciones de oposición de los trabajadores de Silicon Valley, como las protestas de empleados de Google contra el trato del acoso sexual en la compañía?

R. Eso me alentó mucho. Dentro de estas compañías sí comprenden la responsabilidad que tienen. Algunos de los grandes cambios en la sociedad suceden gracias a las empresas. IBM fue una de las primeras en integrarse racialmente y cambió las cosas. Apple fue precoz en los derechos de gais y lesbianas y probablemente ayudó.

P. ¿Qué opina de la adicción a las pantallas y a los smartphones?

R. Es una adicción, no hay duda, como el azúcar u otra cosa. Debemos averiguar cómo controlar el tiempo que pasamos mirando pantallas, quizás creando herramientas para no usarlas tanto o distribuyendo la información de una manera que no sea tan nerviosa. Algunas empresas son conscientes; Apple ha tratado de entenderlo. Pero no sé cuánto se puede hacer. Es como una máquina tragaperras que en lugar de monedas consume nuestra atención.

P. Hay padres de Silicon Valley que temen el efecto de los teléfonos en sus hijos y abogan por una educación sin pantallas. ¿Una nueva brecha digital?

R. Las personas ricas podrán optar por salirse y pagar, digamos, por apps sin publicidad o que no recopilen sus datos. Los pobres usarán la Red gratis, pero tendrán que dar sus datos. Pero realmente no importa quién seas, todos somos adictos: cualquiera que tome crack se quedará colgado.

P. ¿Silicon Valley está atravesando un periodo de sequía en innovación?

R. No han surgido muchas nuevas empresas. Hay cosas interesantes pasando en áreas pequeñas, pero no hemos visto la próxima gran ola de innovación. La última fue impulsada por el iPhone, y partió de ahí: Uber, Airbnb… La pregunta es dónde está la próxima.

P. ¿De dónde espera que surja?

R. ¿Realidad virtual? Inteligencia artificial, aprendizaje automático, probablemente. Automatización, tal vez. Vehículos autónomos, coches sin humanos. ¿Qué va a pasar con el transporte? ¿Cómo vamos a desplazarnos por las ciudades? Solíamos tener caballos, después coches. ¿Cuál será el siguiente cambio y a qué afectará?

P. Hablando de esto, ¿cómo espera que afecten los robots o la automatización al mercado laboral?

R. Terriblemente. La frase que siempre uso es: "Todo lo que se puede digitalizar, se digitalizará”. ¿Puede ser digitalizado un abogado? Sí. ¿Un médico? Muchas de sus funciones, la radiología, el diagnóstico, pueden. Casi todos los empleados de oficina también. Tú tienes un trabajo que no es digitalizable, muchos de los trabajos creativos no lo son.

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