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3.500 Millones
Coordinado por Gonzalo Fanjul y Patricia Páez

Lo que está en juego en la votación de presupuestos

La derrota del Gobierno supondría tumbar un modo de concebir a España en el mundo

Gonzalo Fanjul
Cuando el voto sirve para algo más que para decir no.
Cuando el voto sirve para algo más que para decir no.ULY MARTÍN/EL PAÍS

Contra todo pronóstico, la Gran Recesión no supuso un colapso de la ayuda internacional. El desplome presupuestario de España y las caídas de Bélgica, Grecia y algún otro donante fueron, de hecho, la excepción a una tendencia de estabilidad en esfuerzo sobre RNB y subidas constantes en valores absolutos. El año 2016 marcó el récord de la OCDE desde 1960, con un total agregado de 145.000 millones de dólares (ver gráfico adjunto). El resultado es histórico en términos de vidas salvadas, niños educados o futuros reconstruidos.

Lo que no tumbaron el déficit fiscal y las políticas de austeridad podría ahora tumbarlo ahora el huracán populista que recorre los países desarrollados. Como expresó con lucidez un analista en un reciente encuentro sobre la Agenda 2030, “podríamos encontrarnos con que la izquierda se apropia del discurso del desarrollo sostenible y la derecha del de la Constitución, cuando ambos asuntos deberían ser cuestión de interés público”.

No estoy seguro de que este dilema encaje bien en los esquemas ideológicos convencionales. Pero sí lo hace en la división entre partidos tradicionales y nuevo populismo. Para Trump, esta es una batalla sobre los recursos que su país malgasta fuera y podrían ser invertidos en casa; para los brexiteers, la ayuda debe formar parte del arsenal de influencia exterior de un Reino Unido liberado; para los xenófobos, la cooperación es solo otro instrumento para poner freno a los flujos migratorios.

Este es el dilema que se dirime en el tablero político contemporáneo. Y se encarna en ocasiones tan concretas como la votación presupuestaria de esta semana en el Congreso. La posible derrota del gobierno de Pedro Sánchez va mucho más allá del modesto incremento previsto en los presupuestos de la Ayuda Oficial al Desarrollo. Lo que está en juego es una manera de concebir la política exterior y la responsabilidad de España en el mundo. Más aún, nos jugamos la posibilidad de incorporar a nuestro país al eje de resistencia que alemanes y franceses han planteado dentro de una UE cada vez más hostil a este mensaje.

Comprendemos las razones existenciales por las que cada grupo de la oposición va a emitir su voto. Esperemos que ellos comprendan quién paga las consecuencias.

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