La nueva tendencia ‘youtuber’: retar a sus seguidores a ser ecologistas
Los ecologistas del movimiento francés On Est Prêt hacen activismo desde las redes sociales y los canales audiovisuales
No todos los youtubers dedican su tiempo a videojuegos, humor negro o ingestas de comidas raras. También los hay que sueñan con cambiar el mundo. En Francia, donde el compromiso ecológico vive un momento dulce, los 62 más influyentes (gracias al impulso de dos militantes ecologistas, el joven activista político Elliot Lepers y la especialista en medios de comunicación Magali Payen) han acabado formando parte del movimiento On Est Prêt (estamos preparados), plataforma que, al margen de la política oficial, pretende sensibilizar a la audiencia sobre la importancia de comportarse ecológicamente.
Tras consultar a un grupo de expertos, convencieron a reputados youtubers, como el actor Baptiste Lorber o el instagramer El Hadt (entre los 62 participantes suman más de 35 millones de seguidores), para que en sus canales lanzaran desafíos. Repartieron sus objetivos en tres equipos: uno hacía hincapié en el cambio de alimentación; otro, en dejar de utilizar plásticos, y el último, en el abandono del coche. A su vez pedían a cada uno de sus seguidores que aportara pruebas de su revolución personal. Magali Payen declaró a Le Parisien que la idea era encontrar “una forma lúdica de comprobar qué medidas pueden hacer que la gente cambie de hábitos más fácilmente, y la franja de edad más susceptible de ser concienciada es la que se sitúa entre los 12 y los 25 años”. Para configurar este manual del buen ecologista necesitaron 30 días: “Es lo que suele tardar una persona en consolidar una rutina”.
En Francia cada vez hay más movimientos sociales que apelan a la conciencia y a la acción para la preservación del planeta. Proliferan iniciativas espontáneas como Il Est Encore Temps (todavía hay tiempo), proyecto de otros 20 youtubers para combatir el cambio climático; o el canal Partager C’est Sympa (compartir mola), de Vincent Verzat, joven activista convencido de que la suya será la última generación en poder luchar por un mundo sostenible. Entro en su vídeo viral Cinco propuestas para cambiar la ciudad y lo veo celebrando la acción de Éric Piolle, alcalde de Grenoble, que logró sustituir todos los paneles publicitarios por árboles, convirtiéndola así en la primera ciudad de Europa sin ese tipo de publicidad. O la puesta en marcha en Mouans-Sartoux (pueblo de la región de Provenza-Costa Azul) de comedores escolares en los que toda la comida que se sirve es 100% ecológica.
Miro en YouTube las lecciones del canal Professeur Feuillage (profesor follaje), irreverentes crónicas ecologistas. Me descargo 90 Jours, aplicación que puso en marcha el citado activista Elliot Lepers. Así oigo los dictados de un asistente personal que en tres meses quiere convertirme en buen ecolo. Intentaré estar a la altura.
El humorista El Hadj, cuyos vídeos reúnen 1,3 millones de abonados en Instagram, decidió apoyar el movimientoOn Est Prêt abandonando la carne, “porque es lo que más efectos negativos tiene sobre el clima”. Baptiste Lorber alertó sobre la importancia de vaciar la bandeja de entrada de e-mails, con el fin de ahorrar la energía que gastan los servidores que los almacenan, y añadiendo que si Internet fuera un país, sería el sexto más contaminante del mundo. Su colega Helen, del canal de YouTube Edeni, insiste en que comprometerse con la ecología no tiene por qué ser aburrido o deprimente. Y pone un ejemplo contra la sobreabundancia de residuos: “Que no queramos tazas desechables no significa que rechacemos el café”. Palabra de youtuber, nueva arma de comunicación masiva y de acción popular y juvenil.
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