Todo por los ‘followers’: Instagram y la era de la muerte absurda
La tragedia de Gigi Wu, una taiwanesa que publicaba fotos en bikini en cumbres montañosas, devuelve a la actualidad las peligrosas hazañas de algunos que buscan la gloria en redes sociales
Gigi Wu, originaria de Taiwán, tenía 36 años y cierta fama en Internet gracias a su costumbre de escalar a altísimas cumbres de su país y fotografiarse en ellas vistiendo únicamente un bikini. La imagen resultante era ciertamente chocante: rodeada de montañas que se adivinan gélidas, en algunos casos directamente cubiertas por la nieve, la muchacha posaba alegremente ataviada únicamente con un bikini y, en ocasiones y para más impacto, gorro y bufanda a juego.
Las muertes absurdas siempre han existido. De hecho, su cantidad ha dado para hacer libros recopilatorios. Pero en la era de las redes sociales, al simple despiste se le añade la voluntad de arriesgarlo todo a cambio de la gloria online
El pasado sábado, durante una de sus aventuras de ocho días de caminata solitaria, se cayó por un barranco en la montaña Yushan. La caída, de unos veinte metros, no la mató. Solo le produjo heridas importantes en una pierna. De hecho, pudo llamar a un amigo para informar de su caída y pedir que enviasen ayuda. Lo que pudo acabar con su vida, según medios como la CNN, fue la hipotermia a consecuencia de su vestimenta poco apropiada para unas temperaturas gélidas. Cuando los servicios de rescate llegaron, Gigi Wu ya estaba muerta.
Cada mes nos invade al menos una noticia de una muerte fácilmente evitable que siempre tiene la misma constante: la de alguien joven haciendo algo peligroso para trascender en las redes sociales. En julio de 2018 tres estrellas de un canal de YouTube centrado en experiencias extremas (Ryker Gamble, Alexey Lyakh y Megan Scraper) fallecieron tras caerse a una cascada en Canadá. Un año antes, en junio de 2017, un youtuber de Minnesota llamado Pedro Ruiz falleció cuando su mujer le disparó al pecho. Fue “accidental”: ambos grababan un vídeo en el que querían demostrar que un libro (que él tenía puesto en el pecho) detendría la bala. Pedro y su mujer tenían un hijo de 3 años y ella estaba embarazada de siete meses cuando tuvo lugar el disparo. Querían alcanzar con ello una legión de suscriptores en YouTube.
Las muertes absurdas siempre han existido. De hecho, su cantidad ha dado para hacer libros recopilatorios. Pero en la era de las redes sociales, al simple despiste se le añade la voluntad de arriesgarlo todo a cambio de la gloria online. La reciente película de Netflix A ciegas (Bird Box en su versión original), protagonizada por Sandra Bullock, desató a comienzos de 2019 una peligrosa moda de caminar por las calles con los ojos vendados (como deben hacer los protagonistas) y subir el resultado a la red con el hashtag #BirdBoxChallenge. El célebre youtuber Jake Paul llegó a conducir un coche con los ojos vendados en compañía de un amigo. Es el hermano del también youtuber Logan Paul, que sufrió una crisis de imagen y una fuga de anunciantes cuando grabó y subió a su canal un vídeo del cadáver de un hombre que se había suicidado en un bosque de Japón.
La caída no mató a Gigi Wu. Le produjo heridas importantes en una pierna. Lo que pudo acabar con su vida, según la CNN, fue la hipotermia a consecuencia de su vestimenta poco apropiada (un bikini) para unas temperaturas gélidas
YouTube, que ha vivido ya bastantes controversias por el contenido que algunos de sus más populares usuarios suben a sus canales, tiene unas normas comunitarias que prohíben el “contenido dañino o peligroso”, como denominan a aquellos “vídeos que animen a otras personas a realizar acciones que puedas provocarles lesiones graves”.
Unos cambios recientes añadían más detalles a estas guías: “Los retos que representen riesgo de muerte (tanto real como simulada) no están permitidos en YouTube. Del mismo modo, no se permite que participen menores en retos peligrosos que puedan suponer un riesgo inminente de lesiones o daño físico. Tampoco están permitidas las bromas que hagan creer a las víctimas que están en peligro físico o que puedan causar daño físico real. Además, están prohibidas las bromas peligrosas o abusivas que puedan causar daño emocional a menores”.
Un caso aparte son las muertes provocadas por el intento de algunas personas de hacerse un selfie espectacular. El número de fallecidos y heridos es tan alto debido a esta práctica en los últimos años que la circunstancia tiene ya su propia entrada en Wikipedia y un listado de accidentes, mortales o no. Es sorprendente que muchísimos de ellos hayan tenido lugar en la India, un país donde el ministerio de Turismo ha pedido ya que se establezcan áreas “libres de selfies” o donde se advierta del riesgo que conlleva esta práctica.
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