Cómo un cántaro de agua se convirtió en el regalo de boda más deseado en Cerdeña
Utilidad tiene ya poca, pero qué bien queda en cualquier sitio la cerámica nupcial sarda
Cuando el agua corriente llegó a la Cerdeña rural, la calidad de vida de los habitantes de esa isla que D.H. Lawrence había definido en 1921 como "un lugar fuera del tiempo y de la historia" mejoró considerablemente. Para todos menos para los alfareros, que hasta entonces habían vivido de elaborar cántaros de barro para almacenar el agua en las casas.
La tradición cerámica, sin embargo, encontró una vía de salida a través de elaboradas piezas decorativas destinadas al ajuar de las novias. La pieza que aparece en la imagen se llama Marria y es la versión del jarrón nupcial sardo que la directora de arte Valentina Cameranesi y el artesano Walter Usai han creado para Pretziada, un proyecto multidisciplinar que reivindica las tradiciones de la isla mediante una mezcla de artesanía, diseño, turismo y etnografía.
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