De fiesta con las estrellas de las series españolas
Reunimos a los protagonistas de grandes éxitos de la cosecha audiovisual de 2018. Gracias a las plataformas de 'streaming', las ficciones televisivas españolas se ven por todo el mundo. Las tramas más arriesgadas han encontrado su hueco en este nuevo mercado. Y la industria abre la puerta a jóvenes valores que conviven con actores y actrices consolidados que por fin han encontrado su sitio.
Auténticas pioneras
Ana Fernández recuerda perfectamente el momento en que se enteró de que sería una de las protagonistas de Las chicas del cable. Fue en un avión recién aterrizada en París cuando viajaba con su madre y sus hermanos a Disneyland. "Recuerdo que me puse a llorar de la alegría", rememora la actriz madrileña, de 29 años. Las chicas del cable cuenta la historia de cuatro jóvenes que, en los años veinte, comienzan a trabajar como telefonistas en una gran empresa de telecomunicaciones de Madrid. Fue la primera serie original que Netflix produjo en España. "Nosotras fuimos las primeras, eso no nos lo va a quitar nadie", resume Fernández con orgullo. La actriz supo que aquello sería algo grande cuando vieron el despliegue promocional previo al estreno de la primera temporada: "Fue alucinante. Con aquellos carteles gigantes en la Puerta del Sol… Me daba vergüenza pasar por delante".
Ana Polvorosa, que también participa en esta ficción, cuenta que cuando se empezó a emitir en abril del año pasado ya se decía que las plataformas de streaming eran el futuro. "Pero realmente eran el presente. Se está produciendo mucho más, se están dando más oportunidades a muchos más actores y actrices. Es muy necesario todo este movimiento", comenta la intérprete madrileña, de 30 años. Polvorosa acaba de cambiar su media melena pelirroja por un corte a lo pixie que su personaje lucirá en la cuarta temporada, que pronto comenzará a grabarse. Reconoce que el de Las chicas del cable es uno de sus papeles favoritos hasta la fecha: "Me está enseñando mucho".
También Nadia de Santiago, la protagonista más joven de esta serie de Netflix, con 28 años, dice estar aprendiendo valiosas lecciones de su alter ego en la ficción. "Me ha hecho tomar conciencia de cómo ha cambiado la figura de la mujer a lo largo del tiempo y también empoderarme", resume la actriz madrileña. De Santiago explica que en una serie el personaje se va descubriendo con cada capítulo. En una película, en cambio, sabes lo que va a pasar de principio a fin y hay más tiempo para pensar. Eso no ha cambiado, lo que sí ha mejorado es la calidad de la ficción por entregas que poco tiene ya que envidiar a la gran pantalla. "Tiene mucho que ver con que los espectadores exigen una mayor belleza visual", opina.
Historias de juventud
La vida de los protagonistas de Élite ha cambiado en un abrir y cerrar de ojos. Un día eran actores desconocidos con carreras incipientes, al otro su drama adolescente había alcanzado éxito internacional. "La opción de que tu trabajo se conozca en todo el mundo tan rápido es genial", resume Ester Expósito. La actriz madrileña, que acaba de cumplir los 18, tenía en septiembre 30.000 seguidores en Instagram. Ahora esa cifra es el número de fans que gana cada día (ya ha superado los dos millones). Un asesinato, corrupción, drogas y sexo forman el cóctel explosivo de esta serie adolescente. "Poder actuar en mi país y que la gente aprecie mi trabajo es increíble", comenta Miguel Bernardeau, otro de los protagonistas. Este valenciano de 22 años reconoce que es muy obsesivo a la hora de preparar sus papeles. Se imagina qué haría su alter ego en cada momento, qué comería, hasta qué música escucharía. En su móvil lleva una lista de reproducción con las canciones preferidas de su personaje en Élite, Guzmán. Por su parte, Mina El Hammami, de 24 años, se inspiró en sus propias vivencias para construir a Nadia, una joven musulmana que se enfrenta a los prejuicios de sus compañeros. "Yo nací en Madrid, pero mis padres son marroquíes. Viví mi adolescencia entre dos mundos, una cultura en casa y otra fuera. Sentía una falta de identidad. Por eso he conectado tanto con mi personaje".
Un mes antes del estreno de Élite, Movistar+ había lanzado Skam. Dirigida al mismo público pero con un formato totalmente distinto. Una adaptación de una serie noruega que fue todo un éxito en el país escandinavo. La historia de Eva y sus compañeros de clase se puede descubrir viendo los capítulos de manera tradicional en la plataforma o a través de los clips que se van colgando durante toda la semana en la web de la serie y las publicaciones en las cuentas de Instagram creadas para los personajes. Para que resulte más realista se buscaron actores casi desconocidos y se cerraron sus perfiles en redes. Apenas se hizo promoción. La idea es que los espectadores tengan la sensación de estar viendo la vida real de un grupo de adolescentes. Y por eso su protagonista, Alba Planas, madrileña de 18 años, no había dado una entrevista hasta ahora. "Yo me había visto la serie noruega cuando tenía 15 años, la edad perfecta. Y era muy fan, así que ha sido una experiencia muy guay ser la Eva española", comenta con timidez. Planas sigue con su vida de siempre. Quiere terminar bachillerato, el año pasado le quedó Historia, y estudiar una carrera. Quizás Comunicación Audiovisual o Periodismo.
Supervivientes de ficción
Maggie Civantos está marcada por las series. Empezando por su nombre: se llama así por uno de los personajes del éxito estadounidense de los años ochenta, Falcon Crest. Durante años la actriz malagueña encadenó papeles secundarios en una decena de producciones televisivas. Justo antes de que le anunciasen que sería la protagonista de Vis a vis, Civantos estaba a punto de tirar la toalla. "Supongo que es un pensamiento común entre la mayoría de actores. Es una profesión muy complicada", reconoce. Ahora, con 33 años, protagoniza dos series: Vis a vis (Fox) y Las chicas del cable (Netflix). "Con las nuevas plataformas hay más movimiento en la industria y se está generando más trabajo para los actores".
Su compañera en la ficción de Fox, Berta Vázquez, coincide en que el momento es excepcional: “La ola de las series de sobremesa se ha acabado, toca hacer cosas potentes”. La actriz, de 26 años, comenta que en estas cuatro temporadas interpretando a Rizos, su papel en este drama que transcurre en una cárcel femenina, a veces se descubre adoptando posturas o formas de hablar de su personaje. “Se te pega algo de su energía. Es mucho tiempo siendo otra persona”.
El drama más oscuro
Tristán Ulloa tuvo claro desde el principio cómo quería que fuese su personaje en Fariña. Propuso un Darío Castro, el sargento que persigue incansable a los narcos gallegos, más oscuro, menos evidente. Él lo define como un kamikaze que no tiene nada que perder. Fariña cuenta la historia del narcotráfico en las costas de Galicia durante los años ochenta y cómo se gestó la Operación Nécora para tratar de acabar con él. Está basada en el libro homónimo del periodista Nacho Carretero, que durante meses estuvo secuestrado por la justicia. "Las prohibiciones y las denuncias se han convertido en un tsunami que ha hecho más grande a Fariña. Nos han hecho una campaña fantástica", comenta el actor, de 48 años. Ulloa nunca pensó que una cadena en abierto (la serie se estrenó en Antena 3 y posteriormente la compró Netflix) fuese a emitir una producción así. "Es de los trabajos de los que más orgulloso me siento. Que coincida lo que estaba escrito con lo que se emitió no siempre es fácil, y en este caso se ha dado".
También Isak Férriz habla de libertad creativa. La que tuvo el director Enrique Urbizu a la hora de crear Gigantes (Movistar+). "Es un goce cuando te llegan estos guiones tan brutales en los que no hay ningún tipo de concesión a nada que no sea la historia", resume el actor, de 39 años. Férriz interpreta a un hombre que acaba de salir de la cárcel decidido a hacerse con el control del turbio negocio familiar que erigió su padre y que ahora controla uno de sus hermanos menores. "He intentado que hubiera siempre fuego en su mirada, que supieras que en cualquier momento te puede salir por cualquier lado. Y jugando con el humor negro, Enrique consigue que te caiga bien. Le convierte en un sádico entrañable". El intérprete reconoce que trabajar en esta serie con el director vasco ha supuesto el mayor placer de su carrera. "Es un genio, un maestro".
Sofía Oria, la benjamina del reparto de Gigantes, también tiene halagos para Urbizu: "Es brutal trabajar con él". Oria tiene 16 años y aún no ha decidido si quiere dedicarse a la actuación en un futuro. "Primero de bachillerato me está costando siete vidas", se lamenta la joven madrileña, que debutó en el cine con ocho años en la película Blancanieves de Pablo Berger. Reconoce que se lo ha pasado estupendamente haciendo de mala: "Siempre he tenido que hacer papeles de niña sufrida, y este que era de hacer sufrir a los demás me ha encantado".
Comedia para grandes minorías
El piloto de Vergüenza se rodó hace ya 10 años. Pero ninguna cadena se atrevió a producir una serie que busca incomodar al espectador con las meteduras de pata de su pareja protagonista, Nuria y Jesús (interpretados por Malena Alterio y Javier Gutiérrez). Hasta que no llegaron las plataformas de streaming esta comedia de Juan Cavestany y Álvaro Fernández Armero no encontró su hueco en Movistar+. "Pensé que la iban a ver cuatro gatos, que era un producto para minorías. Nunca me imaginé que fuese a tener tanta repercusión", reconoce la actriz argentina, de 44 años. En la segunda temporada, que se acaba de estrenar, la ecuación se complica porque Nuria y Jesús deciden ampliar la familia. Alterio cree que el éxito de Vergüenza está en el morbo. "Quieres comprobar hasta qué punto pueden llegar esos dos impresentables, quieres saber cómo termina la situación. Además, la cámara no pasa por encima. Se queda ahí quieta, mirando. Aguantando el silencio incómodo".
También Paco León encontró la oportunidad de crear su serie gracias a las nuevas plataformas. El actor y director sevillano, de 44 años, tiene claro que Arde Madrid "no se hubiese podido hacer en una televisión en abierto". Los ocho capítulos de la primera temporada se estrenaron a principios de noviembre en Movistar+ y ya se ha anunciado una segunda entrega. Todo surgió a raíz de una anécdota que les contaron a él y a su mujer, Anna R. Costa (juntos han dirigido y escrito la serie): en 1961, el expresidente argentino Juan Domingo Perón vivía en Madrid y su vecina de arriba era la actriz estadounidense Ava Gardner. Él no soportaba sus fiestas. Y mientras Perón ensayaba sus discursos, Gardner le gritaba por el balcón: "¡Perón, cabrón! ¡Perón, maricón!". Arde Madrid es una comedia en blanco y negro que transcurre en la España de los sesenta. La actriz Debi Mazar interpreta a Gardner, y Anna Castillo, Inma Cuesta y el propio León son los empleados domésticos de la diva de Hollywood.
La triple tarea del sevillano como actor, director y guionista ha supuesto un reto en el rodaje. “Una vez, durante una escena, Paco me hizo un gesto con la mano y yo automáticamente retomé. Pensaba que me estaba diciendo que lo hiciera más despacio. Él se empezó a reír. No era un gesto de Paco como director sino de Manolo, su personaje”, recuerda entre risas Inma Cuesta. La actriz valenciana, de 38 años, interpreta a Ana Mari, una institutriz de la sección femenina que entra a trabajar en la casa de Ava Gardner para espiarla. Durante el tiempo que pasa al servicio de la actriz estadounidense, la conservadora Ana Mari vive una transformación personal. “Este ha sido sin duda uno de los rodajes más divertidos de mi vida”, asegura Cuesta.
Asistentes de fotografía: Jorge Galindo y Pedro Urech. Asistentes de estilismo: María Pinto, Nicolás Almazán y Laura Salaver. Maquillaje: Roberto Siguero y Kley Kafe. Peluquería: Manu Moreno y Olga Holovanova. Producción: Sara Cuesta y Lighthouse Photo Agency. Agradecimientos: Sala Equis y El Imparcial.
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