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Bernardo Quintero, el guerrero del ciberespacio

El ingeniero de seguridad Bernardo Quintero, retratado en su despacho de la sede de VirusTotal en Málaga.
El ingeniero de seguridad Bernardo Quintero, retratado en su despacho de la sede de VirusTotal en Málaga. Marcelo del Pozo
Mónica Luengo Montero

Es una pieza clave de la seguridad informática del gigante Google. Desde Málaga, lidera a un grupo de ingenieros que trabajan para identificar los virus que acechan a los usuarios de Internet.

BERNARDO QUINTERO aprendió a programar con 10 años. Su padre le regaló un Spectrum y, cuando ya se había pasado todas las pantallas del videojuego Manic Miner, quiso ir más allá. Se hizo con un libro para programar juegos sencillos y cada tarde al salir del colegio se sentaba delante de la máquina y copiaba códigos durante horas. Con 15 años, conseguiría su primer PC y la oportunidad de probar sus conocimientos: el equipo se infectó con el virus Ping Pong y él creó su primer antivirus para repelerlo. Ahora, con 45, Quintero dirige la oficina con más ingenieros de Google en España. La multinacional adquirió en 2012 su empresa VirusTotal, un agregador de antivirus que analiza archivos y URL y detecta si son seguros. Además, en las negociaciones con la compañía logró algo insólito: quedarse en su tierra, Málaga. A principios de año, Alphabet (empresa matriz de Google y YouTube) lanzaba su propio proyecto de ciberseguridad y la herramienta de Quintero era el único producto conocido de la iniciativa. Y lo sigue siendo hasta el momento.

La sede de VirusTotal se encuentra en un chalé de una urbanización acomodada de la ciudad andaluza. Desde el salón, una veintena de ingenieros teclean con unas espectaculares vistas a la bahía. La casa tiene piscina, barbacoa y gimnasio. Desde hace un tiempo cuentan también con cocinera. Hasta su llegada, el plato estrella era atún con queso calentado en el microondas. Hoy comerán merluza en salsa verde. “No es una oficina al uso”, reconoce Quintero. En sus planes nunca estuvo fundar un negocio. Cuando estudiaba Ingeniería Informática consiguió una plaza como informático de los centros sanitarios de la zona. Proviene de una familia humilde, y su padre siempre quiso que su hijo entrase en la Administración. Durante 12 años, Quintero compaginaría su puesto de funcionario con su pasión por la ciberseguridad.

Todavía en la carrera, había empezado a colaborar con la revista PC Actual. “Le propuse al redactor jefe escribir una sección mensual de seguridad informática, pero me dijo que no había suficiente contenido”. No se conformó: creó una lista de correo llamada Una al día, a la que empezó a mandar una noticia diaria sobre el tema. Veinte años después, sigue activa. La lista fue creciendo y decidieron trasladarse a una web que llamaron hispasec.com. Pronto superaron los 20.000 suscriptores, y Ciberpaís, suplemento de tecnología de EL PAÍS, le hizo una entrevista en la que Quintero ya anticipaba la idea de VirusTotal. “El Ciberpaís lo leíamos todos los frikis de España. Podría haberme copiado cualquiera, lo cual demuestra que las ideas no son importantes: lo importante es dar el primer paso”.

En el año 2000 fundó con varios compañeros Hispasec Sistemas SL, una empresa de consultoría. Sus primeros clientes fueron bancos y empresas de telecomunicaciones. En una ocasión, Quintero encontró una vulnerabilidad en la pasarela de pago de un banco. Mandó una botella de buen vino y queso al director de tecnología de la compañía. Cuando este le escribió para darle las gracias, el ingeniero le dijo que no le habían costado un céntimo gracias al fallo de seguridad. Ese mismo día, el banco se convirtió en cliente de Hispasec.

Una mañana, Quintero entró en la oficina y anunció a sus compañeros: “Vamos a ser adquiridos por Google”

VirusTotal nació en 2004 como un proyecto independiente en la empresa. Se trata de un servicio que utiliza decenas de escáneres antivirus de distintas compañías para detectar archivos y URL comprometidos. Los primeros años no era rentable, pero eso no inquietaba a Quintero. “No puedes pervertir una idea para hacer negocio”. Lo que estaba pensado como una ayuda para el usuario de a pie resultó ser una herramienta imprescindible para los expertos en ciberseguridad. VirusTotal se convirtió en una impresionante base de datos sobre virus de todo el mundo. En 2009 lanzaron VirusTotal Intelligence, una versión de pago con herramientas que analizaban esa información para las empresas. Son ellas las que pagan por el servicio y permiten que siga siendo gratuito para el resto.

Las bases de datos de VirusTotal arrojaron luz sobre el ataque a las centrales de enriquecimiento de uranio iraníes con el virus Stuxnet en 2010 —un hito de la historia de la ciberseguridad por la sofisticación de la herramienta—. También ayudaron a resolver un grave incidente en la empresa de seguridad informática RSA: alguien había penetrado en su sistema y robado un algoritmo para generar contraseñas de un solo uso. Quintero descubrió que el origen estaba en China y alertó al FBI. “Hay una guerra de fondo a nivel geopolítico de la que la gente no es consciente. Pero me temo que tampoco son conscientes de que la seguridad informática les puede afectar a nivel personal”.

VirusTotal tiene su sede en un chalé de una urbanización malagueña.
VirusTotal tiene su sede en un chalé de una urbanización malagueña.Marcelo del Pozzo

El caso de RSA puso a VirusTotal en el mapa global. Llegaron las primeras ofertas de inversores interesados en el proyecto, pero también los problemas: cada vez recibían más ataques. “Teníamos a toda la industria del malware contra nosotros”. Necesitaban aliarse con una gran compañía para ser capaces de responder a unos asaltos que los desbordaban. Habían recibido ofertas de empresas de seguridad, pero optar por una de ellas supondría dejar de ser neutrales. Quintero dio con la solución: una mañana entró en la oficina y anunció: “Vamos a ser adquiridos por Google”. Todos se rieron de él. Apostaron una botella de whisky a que fracasaba.

Quintero se puso manos a la obra. Encontró el correo de un jefe de seguridad de la compañía en un artículo científico. Le explicó qué era VirusTotal y le dio las claves del sistema para que explorase. Este trabajador le puso en contacto con otro que se mostró muy interesado por la herramienta. Con el tiempo, la relación se intensificó. La noche que Quintero recibió por fin la ansiada oferta de Google no durmió.

En el chalé de VirusTotal hay barbacoa, jardín, piscina y unas inmejorables vistas de la ciudad. Desde hace algunos meses tienen también una cocinera.
En el chalé de VirusTotal hay barbacoa, jardín, piscina y unas inmejorables vistas de la ciudad. Desde hace algunos meses tienen también una cocinera.Marcelo del Pozo

Desde septiembre de 2012 VirusTotal forma parte de Google. Cuando le preguntan cómo logró que no los trasladasen a California, responde: “Quizá nadie se lo había pedido”. El experimento fue todo un éxito, el primer año duplicaron la productividad. Ahora solo visitan un par de veces al año las oficinas de EE UU. “Debería ir más. Pero también intentamos que ellos vengan a Málaga”, comenta mientras enseña una foto en la que se ve a un jefazo de Google disfrutando de unas gambas en un chiringuito.

El trabajo que Quintero y su equipo desarrollan bajo el amparo de la multinacional es en gran medida confidencial. En 2015 ingresaron en Google X, un laboratorio de investigación tecnológica cuyos proyectos son todo un misterio. Y a principios de este año se anunció la creación de la iniciativa de ciberseguridad Chronicle, del que VirusTotal es la única pieza visible. Mientras tanto, hay dos cosas que el ingeniero tiene claras: que su equipo va a seguir creciendo (hace poco se incorporó la primera mujer al proyecto) y que en Málaga se vive mejor que en ningún sitio. “Pero infinitamente mejor”.

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Sobre la firma

Mónica Luengo Montero
Redactora de la sección de última hora. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en el periódico. Antes trabajó en las revistas El País Semanal, ICON y Buenavida. También fue redactora en La Gaceta de Salamanca. Estudió periodismo en la Universidad Pontificia de Salamanca y Sciences Po, más tarde cursó el Máster de periodismo de EL PAÍS.

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