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Si el deporte previene enfermedades, ¿por qué tiene el mismo IVA que el tabaco?

La federación de instalaciones deportivas pide que se rebaje y propone la creación de una "receta deportiva"

¿Por qué, si hacer ejercicio físico beneficia a la salud —incluso más que mantenerse delgado—, se paga más IVA por utilizar instalaciones deportivas que por ir como espectador a los toros o a un concierto? Si los médicos prescriben la actividad física como prevención de enfermedades, ¿por qué los gimnasios tienen un impuesto de objeto de lujo? Este es el caballo de batalla de la Federación Nacional de Empresarios de Instalaciones Deportivas (FNEID), un sector que agrupa a 33.000 compañías, desde grandes cadenas de gimnasios a polideportivos locales.

Desde la última gran rebaja del IVA cultural del pasado mes de junio pasar por una sala exhibidora tiene el 10% de IVA. Lo mismo sucedía ya desde junio de 2017 con otros espectáculos como la música en directo, el teatro o el circo. Ver un partido de fútbol de caracter aficionado tiene un 10% de IVA, pero practicarlo, un 21%. "Resulta llamativo que ciertas actividades de ocio se graven con un tipo impositivo menor que acudir a una instalación deportiva a realizar una actividad física, cuando los resultados para la salud de la población son inmediatos y notables", denuncia Alberto García Chápuli, gerente de FNEID. Más paradójico aún es que por apuntarse a un gimnasio se pague el mismo IVA que por comprar tabaco o bebidas alcohólicas.

No es solo una cuestión económica, sino de salud pública: el 73% de los españoles aumenta el riesgo de enfermar por no realizar una actividad física mínima. Según el Termómetro del Sedentarismo en España, elaborado por la Fundación España Activa en 2017, la inactividad física es la responsable del 13,4% de las muertes al año en España. Esto supone 52.000 vidas anuales, con un coste para la sanidad pública de 1.500 millones de euros cada año.

La crisis de los gimnasios y otros centros deportivos llegó en 2012, cuando se incrementó en 13 puntos el impuesto de valor añadido, del 8% al 21%. García Chápuli aporta datos: "A finales de ese año, más de la mitad de las instalaciones deportivas redujo sus plantillas, y el 92% reconoce que vio peligrar su negocio. Una parte de ese descenso —claro— puede achacarse a la propia crisis económica. Los ciudadanos tuvieron que recortar sus gastos y la cuota del gimnasio o del polideportivo era un extra". Ahora, reducir el IVA y repercutirlo en las tarifas entienden que "animaría" al ciudadano a acercarse a los centros deportivos a sudar la camiseta. Un modelo en el que todos ganan: más negocio para el sector, menos enfermos para la sanidad pública que compensaría la pérdida de ingresos por vía de los impuestos.

Pero hasta la fecha, ha sido predicar en el desierto. Si en la anterior legislatura la Comisión de Educación y Deporte del Parlamento se cerraba a una Proposición no de Ley para aplicar un tipo reducido de IVA a los servicios deportivos, el nuevo Ejecutivo sí parece interesarse por esta línea de trabajo. Al menos buena voluntad refleja la presencia de la Secretaria de Estado para el Deporte y Presidenta del Consejo General de Deportes, María José Rienda, en la última Asamblea General de FNEID. Rienda avanzaba que el Gobierno de Pedro Sánchez está elaborando un nuevo marco normativo y se mostraba abierta a crear líneas de colaboración con los empresarios de las instalaciones deportivas.

Por qué se debería implicar al Ministerio de Sanidad

Pero bajar el IVA no obrará milagros. Que la entrada al polideportivo cueste menos no tiene fuerza suficiente como para levantar del sofá a quienes llevan toda la vida practicando el sillón ball. Hacen falta campañas institucionales a gran escala: que el ciudadano tome conciencia de que integrar el deporte en su rutina diaria va a mejorar su vida. Que le traerá salud. Algo similar a las campañas del uso del cinturón de seguridad o a los programas antitabaco: "Para cambiar los hábitos de las personas hacen falta dos vías: concienciar a través de campañas y promoción, y legislar con incentivos, como bajar los impuestos o beneficios fiscales vía desgravación. Estamos pidiendo un plan global que agrupe a todos los sectores implicados: legisladores, empresas del deporte y ámbito sanitario", apunta Chápuli.

En esta línea se mueve el trabajo parlamentario en la nueva Ley del Deporte, que FNEID sugiere que se llame Ley del Deporte y la Actividad Física. "El deporte engloba muchas actividades: desde el espectáculo al alto rendimiento o el deporte a nivel amateur. Pero no puede olvidarse su faceta de salud o de ocio activo saludable. Así se recalca desde la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria cuando se califica a la actividad física como una polipíldora 'capaz de prevenir las 26 patologías que más consultas generan en Atención Primaria, desde la obesidad e hipertensión a la depresión. El deporte no es ni debe ser un privilegio para los ciudadanos. Es un derecho adquirido y una necesidad para el sostenimiento de los sistemas nacionales sanitarios. De ahí la necesidad de un gran plan nacional que involucre no solo al Ministerio de Cultura, sino también al de Sanidad".

En Alemania se pueden desgravar hasta 450 euros del gimnasio

Los gimnasios lanzan el guante a las batas blancas. El objetivo: alcanzar una relación fluida entre los médicos que prescriben deporte para mejorar ciertas patologías —desde el endocrino o el cardiólogo que sugieren hacer ejercicio para aliviar unas arterias colapsadas por el colesterol, al psiquiatra que recomienda salir a correr para atemperar los síntomas de un proceso depresivo— y los profesionales de los gimnasios encargados de pautar programas de entrenamiento a personas con este tipo de dolencias. Desde FNEID se habla incluso de una "receta deportiva". "Defendemos la receta deportiva y una coordinación entre las partes implicadas. Los profesionales de nuestras instalaciones deportivas cuentan con formación necesaria para actuar según diferentes patologías de los usuarios".

Pero el sueño es mucho más ambicioso. ¿Y si entran en juego los departamentos de recursos humanos? ¿Y si se pudiera desgravar la cuota del gimnasio en la declaración de la renta? "En Alemania, la factura de los centros deportivos es desgravable hasta 450 euros. Tanto en EE UU como en otros países europeos hay iniciativas a favor del deporte desde el ámbito de la empresa para mejorar la salud de los empleados y su productividad", expone Chápuli.

En España cada vez más compañías lanzan iniciativas para fomentar la práctica deportiva entre sus trabajadores. "Desde planes de fomento de deporte, a dotar sus instalaciones con un gimnasio o subvencionar la actividad física mediante acuerdos con gimnasios cercanos", explica el gerente de FNEID. "Estas medidas no solo logran que el trabajador esté más motivado, también fortalecen la salud. Y esto se traduce en hasta un 80% menos de bajas laborales relacionadas con las patologías más comunes". Cabe destacar, además, que cada euro invertido en actividad física representa un ahorro de 2,9 euros en gasto público sanitario y farmacéutico, al reducirse el riesgo de padecer enfermedades, según un informe del Consejo Superior de Deportes".

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