_
_
_
_
_

Por qué el pecho es lo primero que adelgazo y la papada lo último

La grasa parece comportarse de forma caprichosa

Al adelgazar de forma considerable, la grasa parece comportarse de manera caprichosa. Suele desaparecer más rápido de las zonas en las que quizás queremos que se quede, como el pecho, y permanecer más tiempo en otras de las que preferiríamos que desapareciera lo más rápido posible, como pueden ser la papada, las caderas o los muslos.

Con los planes de pérdida de grasa, indica la experta en nutrición clínica, Ángela Quintas, el organismo sufre un cambio importante ya que alteramos la ingesta de nutrientes. En el caso de las mujeres, lo habitual es que pierdan mayor porcentaje graso del tronco, aclara, porque ·tienen mayor predisposición genética a movilizar esta grasa". El pecho, en especial, indica Quintas, es casi en su mayoría un depósito graso. Por lo que "perderá el volumen con mayor facilidad que las caderas o muslos, regiones en las que también hay masa muscular y hueso del tejido graso".

Cuerpo de manzana o de pera

Quintas explica que se pueden identificar dos tipos de cuerpo relacionados con el sobrepeso según dónde se acumule la grasa. El primero, el cuerpo con forma de manzana o tipo androide. En él, la grasa se acumula en la zona abdominal y rodea los órganos, por lo que puede asociarse a patologías como diabetes tipo I o enfermedades cardiovasculares. Aunque es más habitual en hombres, puede darse en las mujeres por cambios hormonales.

El segundo tipo es el clásico cuerpo con forma de pera o tipo ginoide, más común en las mujeres. En este, la grasa se sitúa bajo la piel a modo de reserva en la zona periférica, sobre todo en las caderas y piernas. A pesar de tener menor riego cardiovascular, también puede ser causante de problemas circulatorios, varices, hinchazón o cansancio excesivo.

La edad es otro factor que influye. Debe tener en cuenta que conforme cumple años y se aproxima a la menopausia sus hormonas femeninas (estrógenos) van disminuyendo, lo que provoca un cambio en tendencia a la acumulación de grasa: "En lugar de hacerlo en el tronco inferior, empezará a concentrarse en el abdomen".

Huir de las dietas milagro

Para perder esta grasa, Quintas asegura que no debemos fiarnos de las dietas milagrosas que prometen ser específicas para una zona, puesto que el organismo de manera astuta "tirará" de donde sea menos necesario para otras funciones. "Nuestro cuerpo no es una máquina, que dando al botón correcto hace lo que nosotros queremos".

También desaconseja centrarse únicamente en los ejercicios localizados. Lo mejor es "un compendio entre una dieta equilibrada, romper nuestros hábitos sedentarios y aumentar la actividad física, combinando ejercicios cardiovasculares y de fuerza en el que se trabajen los principales grupos musculares". Y si con la dieta y el ejercicio nota que el pecho se le reduce demasiado, la experta recomienda ejercitar la musculatura y la zona del tórax para mantenerlo firme con entrenamientos como el de suspensión o las bandas elásticas.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_