Lista de la compra: leche entera fresca pasteurizada, té ecológico, boquerones, lechuga, tomate, aguacates, rulo de queso de cabra, calamar, arroz bomba, cebolla, naranjas, manzanas, habas, jamón ibérico, cerveza Alhambra, brócoli y huevos.
David Yáñez, investigador de la Estación Experimental del Zaidín (EEZ-CSIC), desayuna leche entera fresca por su buen sabor, pues en cuanto al proceso de esterilización apenas hay diferencia entre la huella de la pasteurización y el UHT. Según cuenta, conocer el impacto en CO2 y similares de cada producto es muy complicado. "Tesco, la cadena alimentaria de Reino Unido, intentó implantar un esquema de etiquetado de huella de carbono, pero lo retiró por la dificultad y el coste de calcularlo".
Por eso, él se decanta por seguir pautas muy sencillas, como elegir siempre la producción cercana, tanto para la fruta y verdura que consume a diario como para el queso de cabra que alegra sus ensaladas. "Por apoyar la economía local rural y garantizar menos emisiones de gases de efecto invernadero por el transporte". Y más importante: procura que sean de temporada. "Necesitan menos energía extra para producirse". De hecho, continúa, para un consumidor danés emite menos CO2 un tomate cultivado y transportado desde España que uno de su país, donde producirlo contamina siete veces más. Aun así, Yáñez reconoce que existen invernaderos que producen limpiamente. "Lo malo es que el frutero no sabrá distinguir de cuál viene su mercancía".
Los productos eco le gustan ("es el té que bebo"), porque aunque no siempre son menos contaminantes (los fungicidas de la agricultura convencional pueden acabar siendo más eficientes), "al menos sí garantizan un intento por manejar de forma eficaz materiales e insumos [elementos para producir otros bienes] y adaptarse a los ciclos naturales". Al supermercado lleva bolsas de tela y hace la compra "solo en aquellos en los que el frutero me da la pieza en la mano".
El gran potencial contaminador de la carne no aleja a David del jamón serrano, "queda riquísimo con las habas". Eso sí, se decanta por el ibérico, "cuyo modo de producción está más integrado en el medio, siempre que sea de bellota o de cebo en campo". Pero rompe una lanza a favor de la producción de cerdo blanco en España. "Programas como Salvados, que me encanta, dieron una visión sesgada, pues hay granjas que gestionan muy bien el problema del purín [residuo]". La paella de los domingos, con pescado de cercanía (David vive en Granada). "Aquí el problema no es de huella, sino de sobreexplotación, por lo que me dejo guiar por el pescadero, por temporada y cuota".
Y para beber, una cerveza Alhambra, que se fabrica en su tierra. "La artesana no es menos contaminante porque se produce un volumen pequeño y el coste energético por botella acaba siendo alto". Los huevos de la tortilla de la cena, de categoría 0 o 1, que indica que los animales han sido criados con salida al aire libre o en granjas ecológicas. "Los prefiero por el bienestar animal", arguye.