Inmortalizar la belleza de las flores
Inmortalizar la belleza de las flores representaba para Dennis Stock, fotógrafo de la agencia Magnum, una evasión: el fotoperiodismo se había convertido en una rutina y necesitaba un espacio de experimentación. Además, en las plantas el estadounidense encontró un terreno fértil para dar rienda suelta a su vena pictórica. Sus instantáneas se inspiran en los lienzos impresionistas de Monet.
LAS ARTES ESTÁN entrelazadas y el fotógrafo debe estar constantemente atento a las ideas, las imágenes, los tonos y las relaciones del color, para abordarlo desde el punto de vista del pintor”. Son palabras de Dennis Stock (Nueva York, 1928-Sarasota, 2010), conocido por sus retratos de estrellas de Hollywood —su instantánea más emblemática es la de James Dean caminando bajo la lluvia en 1955, meses antes de su muerte—, músicos de jazz y la contracultura de los sesenta. Stock empezó a fotografiar flores en la década de los ochenta. A los 19 años había empezado a trabajar como aprendiz junto a Gjon Mili, célebre fotógrafo de la revista Life, y con tres décadas de oficio a sus espaldas necesitaba un cambio para “conservar la pasión” por la fotografía. El color y la naturaleza se convirtieron en obsesión y evasión frente a una profesión que le parecía demasiado utilitarista. Los lienzos impresionistas de Monet le sirvieron de inspiración, por eso Stock reconocía que el halago que más le gustaba oír a propósito de sus retratos de tulipanes, amapolas o campos de lavanda era que parecían auténticas pinturas.
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