Dennis Stock, fotógrafo estadounidense
Dennis Stock solía decir que su vida había sido la de un hombre privilegiado por haber visto el mundo a través de un objetivo, lo que literalmente "iluminó" su camino. Ante sus fotografías, sin embargo, ese privilegio se convierte en un rasgo universal. Una extraordinaria capacidad de transformar un puñado de instantes en algunas de las imágenes más representativas del siglo XX le sitúa entre los grandes de las cámaras, y su trayectoria da fe de ello.
Stock, fallecido el pasado lunes 11 de enero a los 81 años en Florida, trabajó durante más de 50 años para Magnum, la prestigiosa agencia de fotógrafos fundada en 1947 por Henri Cartier-Bresson y Robert Capa, entre otros. Estrellas de Hollywood y músicos de jazz como Sidney Bechet, Louis Armstrong o Miles Davis quedaron inmortalizados por su objetivo, aunque tal vez sus retratos más célebres se los debió a James Dean. La serie que realizó para la revista Life en 1955 contribuyó a afianzar la leyenda del actor, poco antes de su fallecimiento en un accidente de tráfico. En ella se le ve caminando bajo la lluvia por una calle de Manhattan, las manos en los bolsillos y un cigarrillo colgando de los labios. Dean en estado puro.
Nacido en Nueva York en 1928, Stock se fue de casa a los 17 años para enrolarse en la Marina cuando estaba a punto de terminar la II Guerra Mundial. Dos años más tarde empezó a trabajar como asistente de Gjon Mili, el reportero que por encargo de Life consiguió algunos de los retratos más hermosos de Pablo Picasso. Tras ingresar en la agencia Magnum, a finales de los cincuenta decidió centrar su trabajo en la escena jazz de Nueva Orleans. Los clubes, el genio y la desesperación de los músicos quedaron plasmados, junto a los rostros de Billie Holiday, Gene Krupa o Duke Ellington, en su libro Jazz street.
Dennis Stock, que también filmó algunos documentales producidos por su propia productora, supo evocar el espíritu de su tiempo en cada reportaje. En los sesenta, por ejemplo, se instaló en California para documentar las iniciativas de las comunas hippies que intentaban remodelar la sociedad. Después, vivió en Woodstock y en el sur de Francia, donde se interesó por la fotografía de paisajes y de naturaleza antes de volver a inmortalizar edificios y explorar espacios urbanos.
Las obras de Stock se han expuesto en el Art Institute de Chicago, el Centro Internacional de Fotografía de Nueva York o el Museo de Arte Moderno de París. En los últimos años su compromiso medioambiental le llevó a conocer, siempre cámara a cuestas, regiones y países especialmente expuestos al calentamiento global como Alaska, Japón o Hawai.
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