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Si quiere un aumento de sueldo, depílese el entrecejo

Los guapos ganan más: lo corroboran varios estudios. Menos mal que también hay que ser simpático…

Si tiene usted la sospecha de que quienes gozan de más belleza física llegan más alto en el trabajo, cobran más y consiguen más ascensos, ha de saber que tiene razón. Lo dicen varios estudios. Uno de los primeros —y más prestigiosos—, es el realizado por el economista Daniel S. Hamermesh en 1993, La belleza y el mercado de trabajo. En 2010, un artículo de la revista Newsweek ponía nombre a esta circunstancia: beauty premium, o “suplemento de la belleza”. Incluso se ha llegado a hablar del efecto contrario, la penalización de la fealdad. Y se ha traducido a cifras: entre un 2% y un 11% más de sueldo para los más guapos.

Recientemente —el pasado mes de febrero—, Journal of Business and Psychology ha publicado un estudio que matiza y explica esta aceptada teoría. Según sus autores, Satoshi Kanazawa de la Escuela de Económicas y Ciencias Políticas del London School (Reino Unido) y Mary Still de la Universidad de Massachusetts, en Boston (EE UU), no es que los más bellos ganen más solo por esa virtud, porque además suelen ser “más saludables, inteligentes, extrovertidos, conscientes y menos neuróticos”.

El propio profesor Kanazawa publicó en 2010 un estudio con datos que refrendan la asociación entre belleza e inteligencia: según él, en Reino Unido, los hombres físicamente atractivos tienen de media un coeficiente intelectual 13,6 puntos más alto que los feos, y las mujeres físicamente atractivas, 11,4 puntos más que las menos agraciadas.

En el Reino Unido, los hombres físicamente atractivos tienen de media un coeficiente intelectual 13,6 puntos más alto que los feos, según un estudio

Y es que, al final, todas las virtudes son una, y se resumen en el atractivo. “En general, en nuestra sociedad occidental, las personas que muestran una apariencia sana y que se relacionan con los demás de forma extrovertida, simpática y cercana, son consideradas más atractivas”, describe Carlos Duarte, director del gabinete de psicología y coaching CommSense. Esto tiene sus consecuencias laborales: “Tales estrategias de relación facilitan el trabajo en equipo y la transmisión de las consignas, reglamentaciones y planes. De modo que la empresa procura contar con tales habilidades para los puestos o funciones relevantes en la organización”. Claro, hay casos en que la belleza y las habilidades sociales van en sentidos opuestos. “Quizás por eso sería más correcto hablar de ‘ser percibido (por los otros y por uno mismo) como atractivo’ antes que, simplemente, hablar de 'ser guapo”, concluye el psicólogo.

"El entorno laboral es muy darwiniano"

Carlos Utanda, headhunter y socio director de Ad Hoc Executive Search, corrobora esta teoría: “Los trabajadores somos de alguna manera embajadores de la empresa a la que representamos y el aspecto es importante. Pero en mi opinión y experiencia, a la hora de elegir a un trabajador, en primer lugar se tiene en cuenta el perfil técnico del candidato y sus competencias. Más que la belleza, es importante la energía y la actitud que se transmite durante la entrevista, factores intangibles pero realmente decisores”. No obstante, subraya la importancia de una buena imagen. “Solamente podemos dar una primera impresión y debe ser excelente. El entorno laboral es muy darwiniano, sobreviven los que se adaptan al medio”.

Eso no significa que los feos estén abocados a sueldos más bajos. Duarte apunta otro factor importante: “El empeño, siendo poco agraciado, en complementar mi falta de guapura con otros aspectos que, de ser necesarios, la compensen y que me muestren más atractivo. Ser encantador implica esfuerzo, seas o no guapo”. Probablemente, las personas que se esfuerzan por su aspecto también se empeñen en hacer bien su trabajo, según los expertos. Carlos Utanda apoya esta idea: “He tenido clientes que valoraban que la persona indicara en su CV que practicaba maratones o triatlón. No tanto por ser un hábito de vida saludable, sino por valores intrínsecos como la capacidad de superación”.

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