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El arte de tirar la basura

Una guía para depositar los diferentes tipos de residuos en los contenedores apropiados

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Móviles con la pantalla rota, electrodomésticos desvencijados, ropa deshilachada, libros con el lomo colgando: nuestra bolsa de basura es tan diversa como tipos de seres humanos hay en el mundo. Y si el ser humano es un 70% agua, lo que tiramos al cubo también tiene una composición específica: 40% es materia orgánica; 20% envases comerciales; 13% enseres varios; 8% envases domésticos... Además de vidrio, textil, celulosa, madera y un largo etcétera de materiales difíciles de contabilizar. Según The Waste Atlas, cada español genera de media al año unos 450 kilos de desperdicios. Y ante tal universo de objetos de los que deshacernos conviene sacarse cuanto antes el título en basurología.

Aquí te indicamos cuál es el lugar correcto para cada residuo:

Vidrio

El vidrio, que no el cristal (la etiqueta del envase nos aclarará si es de un material u otro), tiene su lugar de vertido en los contenedores verdes, conocidos en sus inicios como iglús. De la gestión de este polivalente material se encarga Ecovidrio, que según sus últimos datos recuperó 724.000 toneladas de envases de este material en 2015.

Aceite industrial

Envases domésticos

Briks, botellas de agua, latas, cajas de cartón... Esta basura cotidiana tiene un destino conocido por casi todos: los contenedores amarillos (para los envases de plástico y metal) y los azules (para los de papel y cartón), habitantes frecuentes de las aceras de las ciudades españolas desde hace más de 15 años. De estos contenedores, unos 570.000 en 2015, se encarga la gestora Ecoembes. El año pasado se reciclaron 1,3 millones de toneladas de estos desperdicios, un 74,8% del total de envases. En ese mismo periodo, cada ciudadano aportó una media de 12,7 kilos de basura al contenedor amarillo y de 15,1 kilos al azul. Una partida de desechos que representa aproximadamente el 8% de nuestra bolsa de basura.

Uno de los líquidos más contaminantes para la flora y la fauna, y también uno de los menos solubles, cualidad que hace que perdure largo tiempo intoxicando los hábitats naturales. Aquellos que trabajen con aceites industriales (nada que ver con ese con el que aliñamos ensaladas) pueden ponerse en contacto con Sigaus, la organización que se encarga de la recogida selectiva y posterior gestión del líquido. Para el aceite de casa lo suyo es acumularlo en un recipiente y depositarlo una vez lleno en un punto limpio.

Teléfonos móviles

En 2016, el número de líneas móviles en España superaba los 56 millones: más de un teléfono por cada uno de los 46 millones de ciudadanos del país. Una proporción sorprendente aunque lejana todavía a la de, por ejemplo, Hong Kong, donde la media se sitúa en casi dos móviles por persona. Si queremos deshacernos de nuestro smartphone (algo habitual en el siglo de la obsolescencia programada), podemos depositarlo en cualquiera de los cerca de 1.000 contenedores distribuidos por Tragamóvil, una entidad que recoge y recicla el 90% de los componentes de los teléfonos.

Medicamentos

¿Cuántas veces hemos terminado un tratamiento con antibióticos y hemos dejado la caja medio vacía en el armario? Deposita los medicamentos sobrantes y sus envases en cualquiera de los puntos Sigre de las casi 1.500 farmacias que disponen de este servicio. Si la tuya no cuenta con uno de estos puntos, puedes encontrar la más cercana a tu domicilio en su página web.

Envases fitosanitarios

Los envases de sulfatos o insecticidas contienen frecuentemente productos de gran toxicidad. La gestora Sigfito organiza un sistema de recogida periódica de envases agrarios industriales (no domésticos, esos también van al contenedor amarillo) en todas las comunidades para darles un tratamiento medioambiental apropiado. En su página web hay más información.

Neumáticos

Si tienes la mala suerte de pinchar una rueda, no la abandones: llévala a Signus, una organización que trabaja con neumáticos usados y los reutiliza, además de extraer los diferentes materiales de su composición (caucho en su mayoría, fibra y acero). También tritura la mitad de las ruedas que le llegan, procesando un material con el que se pavimentan todo tipo de vías. Signus, además, garantiza la recogida gratuita de los neumáticos usados en cualquier taller de España que lo solicite.

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Pilas y baterías

Cada español consume de media unas 10 pilas al año, y en todo el país en conjunto gastamos la friolera de entre 400 y 500 millones de estos objetos fundamentales para que funcionen nuestros gadgets electrónicos. Ecopilas recoge las baterías usadas en Ayuntamientos y colegios para luego tratarlas en sus plantas y que otras industrias puedan reutilizar hasta el 75% de sus materiales, entre ellos el cadmio. También suele haber puntos de recogida en grandes superficies y algunas tiendas.

Bombillas y lámparas

Según Ambilamp, la gestora que se encarga de las bombillas fundidas, reciclar el vidrio de las aproximadamente 30 millones de lámparas que recogen al año evita la emisión de 300.000 toneladas de CO2 a la atmósfera. Otra equivalencia: cada bombilla reciclada evita la emisión de la misma cantidad de CO2 que emite un coche durante un día y medio.

Piezas electrónicas

Cámaras de vigilancia, instrumental médico, equipamiento deportivo... Dos gestoras, Ecoasimelec y Ecotic, ofrecen sus servicios de recogida a las empresas que generen residuos RAEE (Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos) para su correcto desmantelamiento y tratamiento.

Cada español genera al año unos 450 kilos de desperdicios de los que el 40% es materia orgánica

Ofimática

Impresoras, faxes y otros aparatos ofimáticos, tanto domésticos como profesionales, tienen su sitio en los contenedores de Ecofimática, una organización que recoge y recicla esta clase de maquinaria en más de 800 puntos de España.

Pequeños y grandes electrodomésticos

Neveras, lavadoras, lavavajillas: los habitantes estropeados de nuestras cocinas son recogidos y despiezados para recuperar sus partes por Ecolec, fundación que desde 2005 también se ocupa de acumuladores eléctricos, pilas y baterías.

Si dudas, punto limpio

Si no sabemos dónde tirar algún objeto la mejor opción es llevarlo a un punto limpio. Allí podemos depositar casi todo tipo de enseres (incluida la mayoría de los materiales listados anteriormente) e informarnos de qué gestor es el más adecuado para cada residuo. Las webs de los Ayuntamientos ofrecen un listado de puntos limpios. También la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) dispone de un buscador.

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