Nuevas observaciones reducen de golpe el riesgo de impacto del asteroide 2024 YR4 contra la Tierra
Los datos del Telescopio Muy Grande rebajan del 3,1% al 1,5% las probabilidades de un choque con nuestro planeta en 2032. Hay un 0,8% de posibilidades de que caiga en la Luna
El riesgo de impacto del asteroide 2024 YR4 ha bajado drásticamente. La NASA calcula que la probabilidad de choque de este cuerpo el 22 de diciembre de 2032 es ahora del 1,5%. Es una caída considerable desde la posición de ayer, del 3,1%. Esa probabilidad convirtió a este asteroide en el de mayor riesgo de impacto desde que comenzaron los registros, en 2001. La Agencia Espacial Europea (ESA) también ha actualizado sus cálculos: la probabilidad de impacto cae al 1,38%.
Juan Luis Cano, coordinador de la Oficina de Defensa Planetaria de la ESA, explica a EL PAÍS la causa de estos nuevos cálculos. “Las medidas que se hicieron ayer desde el Telescopio Muy Grande [uno de los observatorios ópticos más grandes y precisos del mundo] han reducido más la incertidumbre y han movido la distribución un poco más lejos de la Tierra”. “Pensamos que es posible que se haya iniciado ya la reducción final de la probabilidad de impacto que esperábamos”, añade. Si la probabilidad sigue cayendo, la Tierra quedará fuera del corredor del asteroide.
Es lo mismo que ya sucedió con Apofis, una roca de más de 300 metros de diámetro que en 2004 llegó al 2,7% para luego desplomarse a cero. Ahora que los cielos están más oscuros después de una semana de visibilidad limitada alrededor de la luna llena, los astrónomos han reanudado las observaciones del asteroide 2024 YR4. Los telescopios terrestres requieren cielos oscuros para observar asteroides, que a menudo son muy tenues. Alrededor de la luna llena, como ha sucedido en los últimos días, el cielo se vuelve demasiado brillante para detectar estos débiles puntos de luz. Las nuevas observaciones han permitido afinar cuál es la órbita del 2024 YR4.
Además, también existe una posibilidad —mucho más baja— de que este asteroide pueda impactar la Luna. Los cálculos actuales estiman que la probabilidad de este impacto es del 0.8%. “El Centro de Estudios de Objetos Cercanos cada noche adicional de observaciones mejora nuestra comprensión de dónde podría estar el asteroide el 22 de diciembre de 2032 y subraya la importancia de recopilar suficientes datos para que nuestros expertos en defensa planetaria puedan determinar el riesgo futuro para la Tierra”, ha dicho el servicio de estudio de objetos cercanos a la Tierra de la NASA en su web.
Las observaciones del 2024 YR4 con telescopios terrestres y espaciales van a continuar hasta mayo, cuando se le perderá de vista hasta 2028. A principios de marzo, el Telescopio Espacial James Webb, que orbita a 1,2 millones de kilómetros de la Tierra, tiene previsto observar el asteroide y concretar su tamaño, que actualmente oscila entre 50 y 90 metros de diámetro. La ESA calcula que hay un 90% de probabilidades de descartar un impacto antes de que el asteroide quede fuera de vista a principios de mayo. Si no fuera así, habría que esperar hasta 2028, cuando ya se podrá determinar con total seguridad si habrá un choque en 2032.
El 2024 YR4 tiene un nivel de riesgo de impacto de tres en la escala de Turín, que clasifica las amenazas con un valor entre 0 y 10. Apofis llegó al nivel cuatro porque tenía un diámetro mucho mayor, de unos 375 metros. Por sus dimensiones, el 2024 YR4 no supone una amenaza existencial para la humanidad, pero sí podría destruir una ciudad si llegase a caer sobre una zona poblada. Gran parte de su impacto depende de factores aún desconocidos, como su composición y el ángulo de entrada en la atmósfera terrestre. Este cuerpo podría causar un impacto similar al del cráter Barringer, en Estados Unidos, y que exterminó toda forma de vida en un radio de cuatro kilómetros. También podría desintegrarse en el aire, lo que podría causar un desastre comparable al bólido de Tunguska (Rusia), que en 1908 arrasó la vegetación de una extensión similar a la isla de Gran Canaria.
Si finalmente se confirma un impacto, el corredor de riesgo seguirá una línea que va desde Colombia hasta la India, cruzando el Atlántico y África a la altura del golfo de Guinea. Dos grupos especializados de Naciones Unidas están estudiando la trayectoria de este cuerpo: la Red Internacional de Alerta de Asteroides, y el Grupo Asesor de Misiones Espaciales (SMPAG, en sus siglas en inglés). Estos dos organismos se crearon para coordinar la respuesta internacional ante una amenaza de este tipo. El SMPAG coordina el conocimiento técnico de las principales agencias espaciales, incluyendo la NASA estadounidense y la europea (ESA), que preside este grupo. Su función es recomendar una respuesta concreta ante asteroides peligrosos, incluido su estudio y la propuesta de medidas de mitigación o desvío, si fuese necesario. El organismo ha decidido reunirse en mayo si sigue existiendo una amenaza para proponer acciones de desvío.
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