“Hay que dormir más y soñar menos”

Más información

La gobernanza del agua apunta a la colaboración entre el sector público y el privado

La OCDE alerta del alto desperdicio de agua en México

El lago de Chalco, pieza clave en la historia del cambio climático

Agua que cambia la vida

Pedro Tomás Delgado lleva dos años viviendo en Gambia, metiéndose literalmente en los pozos llenos de aguas residuales. El cofundador de Agua Inc. cree que establecerse en el terreno es lo que confiere credibilidad a su proyecto para la depuración ecológica, una solución a bajo coste sin apenas gasto energético que pretende transformar en belleza y oportunidad las aguas residuales.

Nacido en España hace 31 años, desde hace tres, Delgado se mueve entre EE UU y el país africano. La idea de construir parques en zonas de depuración de aguas no es nueva, ni las técnicas de utilización de plantas, sin embargo, su empresa va un paso más allá. “Ya en 2005, en mi anterior compañía, empezamos a poner las plantas en flotación —lo que incrementa de manera exponencial el área de contacto de las raíces con el agua y, en consecuencia, la cantidad de aire suministrada, el motor del proceso de depuración—. Pero esta no es la única novedad. También seleccionamos las especies vegetales, seguimos la producción desde los inicios, fusionamos distintos métodos, creamos un modelo industrial sostenible aplicable a un amplio número de personas, en el que abaratar el coste un 50% para los usuarios prima sobre el aspecto tecnológico”, explica el empresario desde la sede de Madrid de Teamlabs, un laboratorio de aprendizaje que imparte programas de emprendimiento e innovación. “¿De qué sirve disponer de una tecnología si no controlas el precio final de venta al cliente? Nosotros podríamos tener una metodología sexy, pero sin controlar la parte final, no estaríamos generando el impacto adecuado”, argumenta.

“Nuestra idea es todo lo contrario de lo que plantea la tecnología convencional. Además de abaratar los costes de operación, queremos simplificar la actividad diaria de mantenimiento de la depuradora. Cualquier persona involucrada debe tener también la posibilidad de formarse y crecer para que se sienta parte de este proyecto”, afirma, mientras trata de encontrar el término español para los vocablos ingleses en los que piensa.

Agua Inc. actualmente gestiona dos proyectos de referencia —en Gambia y República Dominicana—, al mismo tiempo que mantiene un pequeño plan piloto en EE UU y colaboraciones con universidades como la de Alicante. El éxito para adaptarse a contextos tan distintos, de acuerdo con el responsable de desarrollo de negocios del grupo, es tener buenos socios locales. “Somos de culturas distintas y esto es maravilloso. Es donde la magia ocurre”, dice.

“Me siento humildemente afortunado, pero no por generar un impacto, sino por hacer lo que me apasiona y con quien me gusta”, revela. “Me siento bien, pero lo que hemos hecho hasta ahora no es nada. En tres días, hablando metafóricamente, en 2050, poblaremos la Tierra 10.000 millones de habitantes y ahora que somos 7.000 millones ya hay 2.400 millones de personas que viven sin acceso a saneamiento mejorado. Nosotros solo lo hemos llevado a unas 500.000 en África y Latinoamérica. Está bien, pero hay que hacer más. Hay que levantarse por la mañana sabiendo que allí está el reto”.

En nuestro modelo de negocio, abaratar el coste un 50% para los usuarios prima sobre el aspecto tecnológico”

Para que la palabra impacto no se utilice de manera somera, insiste el empresario, es necesario que cada proyecto cumpla con resultados de sostenibilidad en el ámbito económico, social y medioambiental. “Esto es lo que hacemos: resolvemos un problema medioambiental, empleamos personal local y capacitamos a muchas personas, al mismo tiempo, trabajando para mejorar la salud de la población y ofreciendo un precio asequible para todos”, destaca.

Delgado dejó los estudios con apenas 17 años para dedicarse a los negocios. No sabía mucho de aguas residuales, pero se ilusionó y arrancó con una empresa de biotecnología. Sin embargo, nunca dejó de formarse y aún ahora sigue aprendiendo a través de cursos y de la confrontación con la gente que le rodea. Con el paso de los años, ha redimensionado su entrega total a la filosofía del topalantismo, como define la actitud de “echarse pa’alante”, de creer que se pueden superar todos los obstáculos con pasión, ganas y con mucho trabajo. Y afirma tajante: “Antes decía que había que dormir poco y soñar mucho, pero ahora opino que hay que dormir más y soñar menos. Cuando sueñas mucho, abres tu abanico de posibilidades sin centrarte en una concreta, encima estás cansado por el día. Hay que dormir ocho horas, concentrarse y respirar, bajar un poco el ritmo. Topalantismo sí, pero con reflexión consciente de cuál es la situación, pensando las cosas dos-tres veces, siempre consultando con tu gente”.

El agua necesita herramientas democráticas para que cualquiera pueda acceder a ella, por eso no puede basarse en tecnología convencional

El punto de inflexión en su desarrollo profesional llegó de la mano de Unreasonable, siendo el único emprendedor español que ha pasado por esta aceleradora de proyectos sociales en EE UU. “Ha sido una de las cosas más increíbles que me han ocurrido. Es formar parte de una tribu, de gente comprometida que quiere cambiar las cosas, emprendedores que te inspiran. Cuando aterricé en Unreasonable, acababa de empezar con el inglés. Me decían: ‘No entendemos lo que dices, pero, por cómo lo dices, lo compramos’. Esa es la idea”, recuerda. “Emprender es aprender a levantarse, ser humilde para entender que a veces necesitamos tiempo para identificar nuestras limitaciones y potencialidades. Hay que animar a la gente a que trabaje con tecnologías naturales, dar visibilidad a los nuevos proyectos y fomentar alianzas. Hay espacio para todos. Yo era muy escéptico también, pero me enseñaron a confiar”, añade.

La aceleradora celebrará por primera vez en España un programa de entrenamiento intensivo sobre preparación para la inversión dirigido a startups que tienen como objetivo resolver problemas sociales o medioambientales con los que pretendan mejorar el mundo. A lo largo de cinco días, del 13 al 17 de junio, 10 empresas seleccionadas se citarán en Madrid con inversores y mentores para recibir formación a través de talleres prácticos.

Delgado espera que muchos emprendedores españoles presenten sus candidaturas a través de la web de Unreasonable Institute antes de que acabe el plazo el 2 de mayo. “Estoy muy ilusionado con este experimento de Teamlabs y Unreasonable, porque es una combinación explosiva. La filosofía de este programa se inspira en una frase de George B. Shaw, quien creía que el hombre razonable se adapta al mundo, mientras el no razonable trata de adaptar el mundo a sí mismo. Y España está llena de ejemplos”.

El cofundador de Agua Inc. cree que la empresa social en estos momentos goza de buena salud, aunque tenga que enfrentarse al reto constante de la sostenibilidad económica. “Las concesiones a largo plazo son muy interesantes para nuestro modelo y nos ayudan a fortalecer los equipos”, reflexiona y subraya la importancia de la colaboración entre sector público y privado. “El agua es la base de la dignidad y la libertad de las personas; necesita herramientas democráticas para que cualquiera pueda acceder a ella, por eso no puede basarse en tecnología convencional”, dice.

Hay 2.400 millones de personas que viven sin acceso a saneamiento mejorado. Hay que levantarse por la mañana sabiendo que allí está el reto

Delgado sabe que no se trata exclusivamente de un problema de infraestructuras, sino también de gobernanza y considera que su empresa está ayudando a facilitar herramientas para mejorar la protección del medioambiente en zonas que a menudo carecen de normativa en este ámbito, aunque asegura que muchos países menos desarrollados e incluso empresas privadas están actuando en la correcta dirección.

“Son cada vez menos las empresas que no respetan las normativas internacionales, porque han nacido varios organismos de control. A veces no prestamos atención a la innovación que está ocurriendo en África. Sin embargo, te sorprendería mucho el grado de profesionalidad y de compromiso con sus países de gente que ama lo que está haciendo”, recalca.