¿Puede cualquiera correr un maratón, sin arriesgarse a lo peor?
En España no es necesario un chequeo médico para participar en estas carreras. Expertos debaten si se trata de un error
Los amantes del atletismo popular, runners que llenan calles y parques de colores fluorescentes, suelen quejarse, y no sin razón, de que las carreras rara vez son noticia. Salvo que alguien fallezca. La mala fortuna se confabulaba el pasado fin de semana con el Maratón de las Vías Verdes de Ojos Negros (Castellón). Dos participantes perdían la vida, uno durante el evento y otro poco después. Un hecho desgraciado que realimenta la polémica sobre si cualquiera puede meterse en el berenjenal de correr tantos kilómetros. O si se puede pasar de no hacer nada de deporte a ser finisher (denominación anglosajona para quienes cruzan la meta aunque no ganen) en menos de un mes.
“Deberían dejar de llamarse carreras populares. Algunos asumen que correr con facilidad 10 kilómetros te prepara para completar un maratón [42,195 kilómetros] o un ultra [de longitud mayor] sin problemas y no es así”, apunta Antonio López, entrenador personal en Saludando. “Cuando alguien me pide que le prepare para esta hazaña o viene buscando bajar mucho su marca personal, lo primero que hago es recordarle que va a someter su cuerpo a un estrés bárbaro. Los atletas también lo hacen, pero viven para ello", añade. Este profesional realiza a sus pacientes un cuestionario sobre hábitos de vida que mide su idoneidad para realizar este tipo de esfuerzos: "¿Puedes dormir una siesta diaria de hora y media para asimilar bien los entrenos?, ¿vas a poder pasar por el fisioterapeuta a descargar los músculos una vez cada quince días?, ¿vigilas la ingesta de vitaminas, proteínas de calidad y carbohidratos saludables?, ¿duermes 7 u 8 horas diarias por la noche y siempre a la misma hora? Si la respuesta es ‘no’, sugiero metas más accesibles: correr más tranquilo o abordar recorridos de menos kilómetros". El experto tampoco recomienda afrontar más de dos maratones al año y aconseja, en cualquier caso, una preparación previa de 3 o 4 meses: "Hacerlos como he visto en alguna ocasión con un mes de separación me parece una temeridad".
Comprobar el corazón puede salvarle la vida
Los profesionales de la salud son aún más tajantes. “En los últimos años se ha perdido mucho el respeto a las pruebas de larga distancia. Participa gente con poca preparación, lo que puede provocar alteraciones importantes del sistema renal, destrucción masiva de músculos o golpes de calor. Pero sobre todo se compromete el sistema cardiovascular”, advierte el doctor José Ramón Barral, especialista en Medicina del Deporte en el hospital HM Modelo de La Coruña. “Antes de empezar a hacer deporte de manera continua, todo el mundo debería hacerse un sencillo reconocimiento. De este modo, descartamos cualquier trastorno de la morfología y del funcionamiento del corazón en los jóvenes menores de 35 años, así como las cardiopatías isquémicas o coronarias en pacientes de mayor edad”, apunta su colega, la cardióloga Ángela López: “Solo con esto podríamos evitar el 90% de los casos de muerte súbita en deportistas”.
“Antes de empezar a hacer deporte de manera continua, todo el mundo debería hacerse un sencillo reconocimiento" (Ángela López)
Según los especialistas, esta clase de exámenes deben realizarse a atletas de todos los niveles: incluso antes de fichar a un jugador, por muy estrella que sea, su equipo le somete a una revisión médica. "En cardiología deportiva se revisa el historial clínico del paciente, sus antecedentes familiares y se realiza un electro y un ecocardiograma para descartar problemas cardíacos. A continuación, se efectúan una serie de pruebas de esfuerzo para determinar el límite de seguridad, es decir, la velocidad o nivel de esfuerzo máximo a la que los órganos funcionan correctamente", señala la experta.
El doctor Barral recuerda que en España “no todos los corredores lo hacen y tampoco hay una ley que prohíba participar en competiciones deportivas por causa médica”. Antes de pedir cita con su médico de familia le avisamos de que estos certificados no los cubre la sanidad pública. Desde la organización de la Behobia de San Sebastián (20 kilómetros pero sobradamente duros) recalcan que ni siquiera hay unanimidad entre todos los organismos médicos a la hora de determinar la conveniencia o no de realizar estos chequeos o de qué protocolos deben seguirse, ni un marco legal uniforme para indemnizarle en caso de ‘falsos positivos’ (que el certificado le señale como no apto por un error médico y eso le impida acumular medallas). Para más confusión, la polémica está servida desde que, a finales del pasado año 2015, el cardiólogo Benoit Gerardin publicó un artículo en la revista de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC, por sus siglas en inglés) en el que se analizaban los accidentes cardiacos registrados entre 2006 y 2012 durante las competiciones populares de la región de París, para cuya participación se exige el beneplácito facultativo. Los resultados revelaban que su número no distaba mucho de los encuentros donde este documento no es necesario.
Entonces, ¿es normal que la muerte se lleve por delante a deportistas experimentados y bien entrenados? En el caso del acontecimiento del pasado fin de semana, Francisco Amat, de 57 años, fallecido en el kilómetro 23, pertenecía al Club de Atletismo Correbiras de Alicante. No era un debutante: se trataba de su quinto maratón. Tampoco era un novato Juan Antonio Barros, de 45 años. Llevaba varias competiciones a sus espaldas, había formado parte del club de fondistas Penedès y hasta había sido el director técnico de la Media Maratón de l’Espirall. ¿Cómo puede fallar el corazón de un corredor avezado?
La clave podría estar en el ADN
“La genética puede predisponer a la aparición de arritmias y de muerte súbita” (Ramón Brugada)
Los genetistas recuerdan que, a veces, el enemigo no está en el asfalto, sino en nuestro código genético. Según un artículo publicado en la revista Apunts por el cardiólogo Ramón Brugada, del Centro de Genética Cardiovascular de la Universidad de Girona, “existen múltiples patologías cardíacas determinadas por el ADN que pueden predisponer a la aparición de arritmias y de muerte súbita”. La razón: una mala codificación de las proteínas responsables del funcionamiento del corazón. En otro artículo, el doctor Roberto Barriales recuerda que, hasta la fecha, “se han identificado más de 1.500 mutaciones relacionadas con la miocardiopatía hipertrófica (una de las posibles causas de muerte súbita)”.
Para los más recelosos, existe una forma de conocer de antemano sus credenciales genéticas. “Además de detectar la predisposición a ciertas cardiopatías responsables de muerte súbita, los genes nos informan de otras muchas cualidades del atleta. Se han identificado 200 de estas unidades de información que determinan la fuerza, la resistencia o la rapidez. Por ejemplo, la deficiencia del gen ACTN3 se correlaciona con una mejor capacidad de resistencia física. Esto es música celestial para los maratonianos pero negativo para los corredores de velocidad o para los futbolistas", señala el doctor José Ignacio Lao, experto en medicina genética en el centro Genomic Genetics. Eso sí: solo son pistas. El gen para correr maratones no existe. “Mi sugerencia a deportistas menores de 25 años, es acometer un buen estudio cardiológico junto a análisis genéticos para descartar mutaciones que predispongan a arritmias o a miocardiopatías hipertróficas. Para los mayores de 25 existen otros estudios de genes que ponen de relieve la predisposición a padecer enfermedad coronaria con riesgo a infarto de miocardio prematuro", prosigue el experto. Si los resultados no son óptimos, no hay que desalentarse: "En estos casos, la estrategia preventiva pasa por la intervención nutricional y por llevar a cabo de un plan de entrenamiento adecuado a sus capacidades”, concluye.
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