¿Hasta qué parte de la espalda ha de llegar la mochila para evitar lesiones?
Normas que el portador de macutos debería grabarse a fuego para seguir caminando con sus libros a cuestas
Si uno hace una ronda de preguntas entre compañeros de trabajo, amigos y familiares, pocos son los que no se lamentan de padecer, de manera más o menos habitual, contracturas, pinzamientos o, sencillamente, dolor de espalda. Estas molestias se suelen asociar con una mala postura o una sobrecarga debido a un esfuerzo concreto, la tensión que produce el estrés e incluso el insomnio. Pero hay una causa que a menudo olvidamos: la mochila o bolso que llevamos cada día al trabajo abarrotados de documentos, aparatos electrónicos, el tupper con la comida, la ropa del gimnasio, etcétera. “Portar más peso del debido o cargarlo de manera inadecuada provoca un desbalance espinal en nuestro eje de gravedad, que es la columna. La principal afectada será nuestra columna lumbar baja. Además, provocará lesiones por sobrecarga en las articulaciones sobre las que los apoyemos, como el hombro, o un daño similar en las extremidades inferiores en los puntos de apoyo, como el pie, la rodilla o la cadera”, cuenta el doctor Ignasi Català, del Instituto Clavel.
¿Por delante o por detrás?
“El hecho de transportar algo de carga es inherente a nuestra vida”, añade Català. Por lo que la pregunta obligada es la siguiente: ¿cuál es la mejor opción para trasladar objetos en nuestro día a día? Óscar Campillo, experto de las clínicas de espalda Atlantotec, lo tiene claro: “La mochila en la espalda es la menos perjudicial de las opciones. Cuando nos cargamos con bolsas al hombro siempre obligamos al cuerpo a contrarrestar ese peso y tendemos a tirarnos hacia el lado contrario, por lo que causamos mayores daños”. Desde el Colegio de Fisioterapeutas de Madrid también advierten de que este gesto resiente la musculatura. Mientras que Maribel Corpa, masajista de El Templo del Masaje, aconseja colocarla por delante, "como algunas madres llevan a sus bebés". Sin embargo, aunque es cierto que este tipo de transporte es positivo en cuanto a la relación con el bebé, faltan estudios biomecánicos que demuestren que cargar con una simple mochila de objetos por delante sea más saludable que hacerlo a la espalda, según recalca Mario Gestoso, médico y director de la Escuela Española de la Espalda (EEDE). Ambos expertos sí que coinciden en lo siguiente: ya portemos la mochila por delante o por detrás, conviene acoplar a los hombros las dos asas del macuto.
Además, el doctor Català recomienda que la carga de peso no supere un 10% o 15% del peso de quien lo porta. En este sentido, Campillo ahonda: “Lo ideal es no llevar mucha carga. La mochila en sí no nos hace ningún daño: el problema es cuando pesa en exceso. Evitando esto, hay que colgarla en la zona dorsal, llegando hasta las lumbares, pero nunca colgando por debajo de estos segmentos de la columna vertebral”.
Son cuatro normas básicas: poco peso, mochila pegada al cuerpo, con las dos asas a los hombros y sin caer demasiado abajo. Catalá termina con un consejo: trabajarse una buena tonificación de la cintura escapular (hombros y cervicales) combinada con una rutina de estiramientos diaria, como esta que recomienda el entrenador personal Marcos Flórez.
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