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Seguir medicando a ancianos con dolencias leves puede ser nocivo

Los mayores que tienen tratamientos "agresivos" para la hipertensión y diabetes durante mucho tiempo pueden sufrir perjuicios a corto plazo, según dos nuevos estudios

Una farmacéutica sirve medicamentos a unos clientes en una botica de Barcelona.
Una farmacéutica sirve medicamentos a unos clientes en una botica de Barcelona. Massimiliano Minocri

Continuar medicando a los mayores de 70 años para reducir sus niveles de presión arterial y azúcar en sangre puede ser altamente contraproducente. Dos estudios nuevos publicados en JAMA Internal Medicine sugieren que mantener un tratamiento fuerte en los pacientes que llevan mucho tiempo tomando medicinas para la hipertensión y la diabetes podría producir en ellos el efecto contrario: que en algunos momentos su tensión y su azúcar bajen demasiado y sufran mareos, confusión o caídas.

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Tomar medicamentos que reducen el nivel de azúcar y bajan la tensión durante años puede ayudar a la gente a reducir a largo plazo su riesgo de sufrir problemas como el infarto cerebral, ataques al corazón, ceguera, amputaciones o insuficiencia renal. Y sin embargo, haber tenido ese nivel de medicación durante mucho tiempo puede producir, a corto plazo, prejuicios innecesarios en las personas mayores, asegura el estudio.

Los investigadores reivindican que es necesario encontrar un equilibrio para tratar la hipertensión y la diabetes a largo plazo y que la medicación no produzca a corto plazo efectos adversos. "Como médicos, queremos asegurarnos de que los pacientes tienen el cuidado que necesitan, pero también debemos evitar que un cuidado excesivo pueda dañarles", dice Eve Kerr, una de las autoras de ambos estudios y directora de uno de los centros de salud estadounidenses que cuida a veteranos de guerra. Y añade: "Si hay un tratamiento que ha dejado de beneficiarles demasiado y además podría traerles otros problemas, entonces debemos pensar en replanteárnoslo”.

Debemos evitar que un cuidado excesivo pueda dañar a los pacientes" Eve Kerr, autora del estudio

Los investigadores se centran sobre todo en aquellos pacientes muy mayores que además tienen otras dolencias. Para una persona de más de 70 años puede ser difícil reconocer las señales que indican que su nivel de azúcar está bajando, como la confusión; o de una tensión arterial demasiado baja, como los mareos. Y, además, "que continúen tomando varios medicamentos y comprobando diariamente el azúcar de su sangre puede suponerles una lucha constante. Reducir la intensidad de sus tratamientos puede ser muy a menudo un alivio", aseguran los investigadores.

En los últimos años, los expertos han comenzado a sugerir que los doctores suavicen la agresividad con la que recetan medicamentos para la hipertensión y la diabetes. Especialmente si los enfermos tienen otros condicionantes que limitan su esperanza de vida.

Un equipo de investigadores de la Universidad de Michigan y el centro de salud estadounidense que trata a veteranos de guerra, Ann Arbor Healthcare System, ha estudiado el tema utilizando datos de pacientes y también realizando una encuesta a proveedores de medicamentos de atención primaria. Los estudios recogieron datos de 211 667 pacientes mayores de 70 años con diabetes y tensión alta, que estaban recibiendo tratamiento.

Incluso aquellos pacientes con las dolencias más leves siguen teniendo tratamientos "agresivos"

Los autores del estudio recomendaron a los médicos que valorasen la opción de reducir la cantidad de medicamentos que tomaban sus pacientes. De los cerca de 400.000 pacientes que podrían haber elegido suavizar su tratamiento, solo uno de cada cuatro tenía su dosis cambiada unos meses después. Incluso aquellos con las dolencias más leves, o con solo unos cuantos años de esperanza de vida, seguían teniendo un tratamiento "agresivo".

Solo la mitad de los cerca de 600 doctores, enfermeras y asistentes físicos encuestados dijeron que ellos reducirían la intensidad del tratamiento en un paciente hipotético de 77 años con un nivel no muy alto de azúcar, lo que podría ponerle en riesgo de sufrir una bajada de azúcar grave.

Los investigadores son conscientes de que es difícil que los médicos se planteen reducir los tratamientos: "Están acostumbrados a pensar en cuándo y cómo tomar los medicamentos y, si el paciente no se queja y aparentemente le va bien, dejar o reducir las medicinas parece no ser la primera cosa que [los médicos] tienen en mente”, dice Tanner Caverly, autor principal de uno de los estudios.

Los investigadores recomiendan que los pacientes mayores con diabetes e hipertensión (y sus hijos, que a veces asisten con ellos al médico), deben hablar con sus equipos médicos sobre si la reducción del tratamiento es buena para ellos.

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