La cena de Acción de Gracias se abarata tras batir récords en 2022

Comerse el pavo es este año un poco más barato. La inflación da un respiro a los ciudadanos y concede una tregua a la fiesta más popular de Estados Unidos, la cena de Acción de Gracias. Tras dos años de subidas estratosféricas de precios hasta niveles récord, el menú se ha abaratado un 4,5% en la cena de 2023, la última antes de las elecciones presidenciales de 2024, en que la economía será uno de los factores clave para los electores.

La American Farm Bureau Federation (AFBF), que en realidad es una aseguradora del sector agrario, se ha convertido en la fuente de referencia a la hora de medir el coste de celebrar Acción de Gracias cada cuarto jueves de noviembre. Lleva desde 1986 midiendo el precio de los ingredientes de la tradicional cena. Incluye 12 ingredientes para la receta tradicional, empezando por el pavo y continuando con arándanos, guisantes, panecillos, nata, leche, patatas, ingredientes para el relleno y otros.

La 38ª encuesta anual de la AFBF sitúa el coste medio del clásico festín navideño de este año para 10 personas, con abundantes sobras, en 61,17 dólares o menos de 6,20 dólares por persona. Se trata de una disminución del 4,5% con respecto al récord de 2022 de 64,05 dólares. En todo caso, la cena de Acción de Gracias sigue siendo un 25% más cara de lo que era en 2019, lo que pone de relieve el impacto que los altos costos de suministro y la inflación han tenido en los precios de los alimentos desde antes de la pandemia.

El precio del pavo

La clave para que el precio se haya abaratado este año está en el ingrediente principal: el pavo. El precio medio de un pavo de 16 libras (7,25 kilogramos) se ha situado este año en 27,35 dólares, es decir, 1,71 dólares por libra, lo que supone un 5,6% menos que el año pasado.

El coste medio nacional se calculó utilizando 245 encuestas completadas con datos de precios de los 50 estados más Puerto Rico, tomando tanto precios en persona como a través de aplicaciones y sitios web de tiendas de comestibles. Los voluntarios de la organización buscaron los mejores precios posibles sin aprovechar cupones promocionales especiales ni ofertas de compra y tomaron los precios del 1 al 6 de noviembre, antes de que la mayoría de las cadenas de supermercados empezaran a ofrecer pavos enteros congelados a precios mucho más bajos. Según los datos Departamento de Agricultura, el precio medio por libra de pavo entero congelado bajó aún más durante la segunda semana de noviembre.

“Tradicionalmente, el pavo es el producto más caro en la mesa de la cena de Acción de Gracias”, dijo la economista principal de la AFBF Veronica Nigh a través de un comunicado. “Los precios del pavo han bajado gracias a una fuerte reducción de los casos de gripe aviar, que han permitido aumentar la producción a tiempo para la festividad”, añadió.

Según los datos recogidos, la mayoría de los ingredientes se han abaratado. El menú clásico se ha mantenido constante con sus 12 ingredientes desde 1986 para que los datos sean comparables. AFBF empezó a calcular un menú más moderno con jamón en lugar de pavo, patatas Russet y judías verdes congeladas, pero en este caso la serie se ha roto este año al pasar del jamón con hueso al deshuesado, que no son comparables. Esta versión actualizada es más cara, 84,75 dólares para 10 personas.

“Mientras que los compradores verán una ligera mejora en el costo de una cena de Acción de Gracias, la alta inflación sigue afectando a las familias de todo el país, incluidos los agricultores de la nación”, dijo el presidente de AFBF Zippy Duvall. “Cultivar los alimentos de los que dependen las familias es un reto constante para los agricultores debido a los altos costes del combustible, las semillas, los fertilizantes y el transporte, solo por nombrar algunos”, añadió. Duvall aprovecha el momento de gloria que le da cada año la publicación de la encuesta para reclamar una nueva ley agrícola que permita seguir teniendo un suministro asequible de alimentos.

Raíces históricas

El día de Acción de Gracias se ha convertido en parte de la mitología nacional estadounidense. Tiene su origen en los llamados padres peregrinos, el centenar de colonos que a bordo del Mayflower llegaron en 1620 a Plymouth, en la bahía de Massachusetts. Los colonos se dotaron de autogobierno y establecieron buenas relaciones con los indios wampanoag, que les instruyeron sobre los alimentos de la nueva tierra, como el maíz. La primera cena de Acción de Gracias celebraba la primera cosecha y la viabilidad y supervivencia de los colonos.

Fue en realidad una celebración que duró tres días y a la que asistieron unos 90 nativos wampanoag y 53 colonos, según los historiadores. En otras colonias hubo otras celebraciones similares, incluso antes de la de Plymouth, que es, sin embargo, la que se ha instalado en el ideario de unidad nacional estadounidense, aunque dejando a los nativos de lado. Ellos tienen poco que celebrar. Conmemoran el Día Nacional del Luto, el inicio de un genocidio que les relegó al olvido y les arrebató su forma de vida.

En su mensaje de proclamación del día de Acción de Gracias, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden se ha referido este miércoles a la evolución de la festividad: “A lo largo de la historia de nuestro país, esta época de reflexión y agradecimiento se produce tanto en los buenos tiempos como en los difíciles. Antes de que existieran los Estados Unidos de América, los peregrinos celebraban Acción de Gracias en honor a su primera cosecha exitosa y al apoyo y generosidad del pueblo wampanoag que la hizo posible”, ha indicado a través de un comunicado de la Casa Blanca. “En medio de la feroz batalla por la independencia de nuestra nación, el general George Washington y sus tropas celebraron Acción de Gracias de camino a Valley Forge. Durante la Guerra Civil, el presidente Abraham Lincoln proclamó Acción de Gracias como fiesta nacional para honrar las bendiciones de nuestro país, incluso mientras luchaba por preservar nuestra Unión”, añade.

Tras asentarse el mito en la segunda mitad del siglo XIX, el primer día de Acción de Gracias a nivel nacional lo proclamó el presidente George Washington en 1789 tras una petición del Congreso. Desde entonces se celebró de forma intermitente. Thomas Jefferson optó por no observar la festividad. Abraham Lincoln la proclamó en 1863 para el último jueves de noviembre y en 1970 el presidente Ulysses S. Grant firmó la Ley de Días Festivos que convirtió el día de Acción de Gracias en un día festivo federal anual en Washington. En 1885, una ley del Congreso lo convirtió en festivo federal pagado en todo el país. Franklin D. Roosevelt adelantó la fecha de celebración una semana entre 1939 y 1941, desatando una fuerte polémica. Desde 1942, el día Acción de Gracias se celebra el cuarto jueves de noviembre como fiesta federal por una ley del Congreso.

En su proclamación de la festividad de este año, Biden, amante de las coletillas, ha incluido algunas de las frases que con más frecuencia introduce en sus mítines, discursos y actos públicos: “En este Día de Acción de Gracias estamos agradecidos por nuestra Nación y por la increíble alma de Estados Unidos. Que todos recordemos que somos los Estados Unidos de América: no hay nada más allá de nuestra capacidad si lo hacemos juntos”.

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