Latinomérica crecerá más en 2018 gracias a Brasil y al mayor precio de las materias primas
La economía de la región se expandirá un 2,2%, nueve décimas más que este año, según las previsiones de la Cepal
La salida de la crisis de Brasil y el encarecimiento de las materias primas le sientan bien a América Latina y el Caribe. La economía de la región crecerá en 2018 a su ritmo más alto en casi un lustro, según las previsiones hechas públicas este jueves por la Cepal, el brazo de Naciones Unidas para el desarrollo económico en la zona. Tras dos años negativos en términos de desempleo, la desocupación en zonas urbanas también caerá –del 9,4% al 9,2%– en paralelo a la mayor actividad económica. Por países, Panamá será, un año más, la nota positiva con un crecimiento del 5,5%. En el lado contrario, Venezuela acumulará un lustro de decrecimiento ininterrumpido y cerrará 2018 con un desplome del 5,5% en su PIB. Ni siquiera la recuperación sostenida de los precios del petróleo le permitirá salir del hoyo y se convertirá, con casi total seguridad, en el único país de la región que cerrará el año con tasas negativas.
La economía latinoamericana tiene dos motores: México y Brasil. El primero carbura sin grandes problemas, aunque por debajo de su potencial (en 2018 crecerá un 2,4%, la tercera cifra más baja de los últimos siete ejercicios) y siempre pendiente de lo que ocurra con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC), amenazado por Trump y del que depende la cuarta parte de su PIB. El segundo empieza a despertarse de un largo letargo: tras la recesión de 2015 y 2016, que se comió casi un 7% de su riqueza, y la purga sus excesos en los años de vino y rosas, la mayor economía del subcontinente recupera poco a poco su tono y encadenará su segundo año consecutivo al alza. Si sus siempre convulsas aguas políticas lo permiten, Brasil crecerá en 2018 un 2% gracias a la recuperación de los precios de las materias primas en los mercados internacionales y la estabilización del consumo interno.
El cuadro regional lo completan Argentina y Colombia, tercera y cuarta economías de América Latina y el Caribe. El país austral dejará atrás un periodo en el que ha intercalado años de crecimiento con sonadas recesiones y encadenará dos años consecutivos de una nada despreciable expansión –con sendos crecimientos del 2,9% en 2017 y del 3% en 2018– gracias al tirón de Brasil, su socio comercial por excelencia, y la recuperación del consumo privado. Colombia, por su parte, recuperará vigor el año que entra –crecerá un 2,6%, ocho décimas más que en 2017– y encadenará así casi dos décadas de crecimiento ininterrumpido.
El contexto internacional, ha reconocido este jueves la secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena, es mucho más favorable para la región que en años anteriores. En 2018, la economía mundial crecerá casi un 3%, según las previsiones de la mayoría de organismos internacionales, cifra que desluce el 2,2% de Latinoamérica –una zona del mundo que debe crecer a un ritmo más rápido que el resto del mundo para acelerar su convergencia con sus pares más avanzados–.
La evolución de los precios de las materias primas —un factor “muy relevante para las economías de América Latina y el Caribe”, subraya la Cepal— seguirá su tendencia positiva en 2018. Tras caer un 4% hace dos años, en el ejercicio actual su cotización cerrará con un repunte superior al 10%. Las mayores alzas se registran en los productos energéticos (justamente los que en 2016 evidenciaron las caídas más pronunciadas) y en los metales y minerales. “De no mediar conflictos de carácter geopolítico, para 2018 se espera que los precios de los productos básicos permanezcan, en promedio, en niveles similares a los de este año”, agrega el organismo. Una condición sine qua non para la expansión de una región que sigue dependiendo en gran medida de la venta de commodities. En la esfera financiera, la Cepal subraya que América Latina y el Caribe se seguirán beneficiando de los bajos tipos de interés en Europa, Estados Unidos y Japón –pese a que la senda de normalización monetaria ya está en marcha–, de una menor volatilidad financiera y de un descenso en la percepción de riesgo.
Más y mejores políticas públicas
“Si bien el espacio fiscal es reducido, necesitamos impulsar políticas públicas activas para sostener el ciclo expansivo. Entre ellas, fortalecer la regulación, el desarrollo productivo, la recaudación y el comercio intrarregional”, ha subrayado Bárcena en la presentación del estudio. “Se debe priorizar un gasto con mayor impacto sobre el crecimiento y la desigualdad, y evitar fuertes ajustes en la inversión pública para proteger el crecimiento en el mediano plazo”. América Latina es la región más desigual del planeta.
En su balance preliminar del año, el brazo de la ONU en América Latina y el Caribe recomienda a los países de la región “ampliar” el espacio fiscal de acuerdo con su propia realidad. “Por ejemplo, en países con baja recaudación se puede mantener el activismo tributario, mientras que en todos se debe intentar reducir la elusión y evasión fiscal –que llegó a 340.000 millones de dólares en 2015, último año para el que se tienen datos–, fortaleciendo la administración tributaria”.
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