Un jarro de agua fría
El Gobierno debería revisar el cuadro macroeconómico y, a partir de ahí, los ingresos y los gastos
La Comisión Europea (CE) ha modificado el calendario de elaboración y publicación de sus previsiones económicas introduciendo un nuevo ejercicio de invierno, que se añade a los que venía realizando en primavera y otoño. En general, las nuevas previsiones son algo peores que las publicadas el pasado otoño por lo que respecta a la zona euro y a la UE. Para la primera, y para 2013, estima una caída del PIB del 0,3% (antes un crecimiento del 0,1%), y para la segunda, un aumento del 0,1% (antes 0,4%). La caída prevista para España es mucho mayor que la de nuestros socios monetarios en su conjunto, un 1,4%, pero al menos podemos consolarnos con el hecho de que esta cifra no varía respecto a la de otoño. Otras sí se ven revisadas. La más significativa es la del déficit público, que se eleva siete décimas del PIB, hasta el 6,7%. Ello significa que la CE apenas espera un avance respecto a la cifra de cierre de 2012, que, según lo anunciado por el presidente del Gobierno, se situó por debajo del 7% del PIB, unas décimas menos de lo que esperábamos los analistas. Es más, para 2014 la CE prevé que el déficit aumente hasta el 7,2%. Recordemos que los objetivos vigentes hasta ahora son un 4,5% para 2013 y un 3% para 2014.
En el debate parlamentario sobre el estado de la nación, el presidente del Gobierno nos vino a decir que el déficit, aunque haya sobrepasado el objetivo en 2012, que inicialmente era del 5,3% y luego se revisó al 6,3%, está controlado y ello permitirá cumplir con los objetivos para este y los próximos años sin tomar medidas tan duras como el pasado, especialmente sin subir más los impuestos. Al contrario, posiblemente, nos dicen, haya oportunidad de retocarlos a la baja al final de la legislatura. Las previsiones de la CE suponen un enorme jarro de agua fría a estos planteamientos. Vienen a decir que tal como se han diseñado los presupuestos para 2013 y teniendo en cuenta que la economía se va a comportar notablemente peor de lo que prevé el Gobierno, la desviación este año 2013 podría superar los dos puntos porcentuales del PIB, y que si no se toman medidas adicionales, en 2014 el déficit volvería a aumentar por encima del 7%. Las posiciones son muy diferentes y merecen que el Gobierno diga y, sobre todo, haga algo. Para empezar, debería revisar el cuadro macroeconómico, tan alejado del resto de organismos públicos y analistas privados, y a partir de ahí reconsiderar las cifras de ingresos y gastos públicos necesarios para que el tren del déficit no descarrile. Esto es fundamental si se quiere recuperar la confianza de los inversores y que la economía española tenga la financiación que necesita.
Las exportaciones no van tan bien como se dice, por la debilidad de los mercados exteriores
Los datos coyunturales más importantes de la semana fueron los del comercio exterior de mercancías de diciembre. Las exportaciones, corregidas de estacionalidad y a precios constantes, volvieron a disminuir significativamente, como ya ocurrió en noviembre. El conjunto del cuarto trimestre registró una tasa negativa respecto al trimestre anterior de -3% anualizada. No obstante, las importaciones disminuyeron aún más, un 15%, con lo que el saldo exterior volvió a contribuir fuertemente al crecimiento del PIB.
En el conjunto del año, el crecimiento de las exportaciones alcanzó un modesto 1,7% en términos reales, según los datos provisionales de Aduanas, tasa muy inferior al 15% de 2010 y al 8,5% de 2011. Las exportaciones no van tan bien como se dice, y ello se debe al debilitamiento de los mercados exteriores, que es la variable explicativa más significativa. No obstante, en función de otras variables, como la fuerte caída de la demanda interna y la mejora de la competitividad-precio, hubiera sido de esperar un crecimiento sensiblemente mayor. Por su parte, las importaciones reales cayeron en el año un 7%, reflejando el hundimiento del consumo e inversión internos.
Aunque la relación entre los precios de exportación y de importación fue desfavorable, debido al aumento de los del petróleo, la evolución señalada de los flujos comerciales a precios constantes permitió una reducción del 34% del déficit comercial respecto a 2011. Cabe destacar los superávits que registraron el saldo de la balanza no energética y, sobre todo, los intercambios con nuestros socios de la zona euro y con la UE en su conjunto.
Ángel Laborda es director de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas).
La reducción del déficit comercial
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