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Las alcaldías de Elche y Benidorm, fundamentalmente, se han convertido en epicentros de la batalla municipal que libran populares y socialistas en la Comunidad Valenciana. Sobre todo, cuando los pronósticos otorgan en las elecciones autonómicas una ventaja al PP, pese a los escándalos de corrupción, que pone muy difícil a los socialistas la posibilidad de gobernar.
Indignados protestan ante las puertas de un banco en Valencia / MÒNICA TORRES
A más gente, más diversidad, pura ley de la acción popular espontánea. La plaza del Ayuntamiento de Valencia, sede desde el lunes del Movimiento 15-M, acoge cada vez más diferencias, igual que la plaza de la Montañeta de Alicante. Ayer acudieron más padres y madres con sus hijos que el jueves, más corbatas, más jerséis al cuello, más canas, más rastas.
Las concentraciones de Valencia y Alicante podrán continuar durante todo el fin de semana. En la tarde de ayer, las subdelegaciones del Gobierno de ambas provincias contestaron a la petición planteada por los organizadores de las concentraciones de ambas ciudades y permitieron, en la práctica, mantener los actos durante el 21 y el 22 de mayo.
"Vosté és el d'Alaquàs", le dijo uno de los vendedores de Mercavalencia al reconocerlo. Y el candidato socialista a la presidencia de la Generalitat dibujó una amplia sonrisa de satisfacción, antes de entablar una animada charla. Un poco más adelante, alguien les ofreció a probar a él, al candidato a la alcaldía de Valencia, Joan Calabuig, una jugosa sandía.
El presidente de la Diputación de Castellón mantendrá chófer, coche oficial y guardaespaldas cuando deje la institución
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