Alarte, el candidato incansable

"Vosté és el d'Alaquàs", le dijo uno de los vendedores de Mercavalencia al reconocerlo. Y el candidato socialista a la presidencia de la Generalitat dibujó una amplia sonrisa de satisfacción, antes de entablar una animada charla. Un poco más adelante, alguien les ofreció a probar a él, al candidato a la alcaldía de Valencia, Joan Calabuig, y otros miembros de su candidatura, una jugosa sandía. Eran poco más de las cuatro de la madrugada de ayer, pasado el ecuador de la jornada electoral intensiva que Jorge Alarte organizó para recorrer el territorio valenciano a horas intempestivas y entrar en contacto con la gente que madruga o que trabaja de noche, lejos del escenario electoral.

El dirigente del PSPV disputó a Barberá el protagonismo en el Mercado Central

Guió a los socialistas entre el ajetreo del mercado de abastos su director gerente, José Joaquín García, y la comitiva pudo recoger quejas de agricultores por los precios de frutas y hortalizas, fue objeto de la recriminación de una vendedora porque "nos niegan el agua" o despertó el comentario sorprendido de dos mujeres que conducían con habilidad sendas carretillas: "Es el candidato a la presidencia del PSOE".

Alarte y lo suyos, en una pequeña caravana integrada por el coche del candidato y dos furgonetas electorales, venía de Elche, donde la víspera protagonizó un mitin con el vicepresidente Alfredo Pérez Rubalcaba ante más de 2.000 personas. Después, Alarte y el alcalde ilicitano, Alejandro Soler, cenaron en una hamburguesería con dos centenares de jóvenes socialistas, a cuya fiesta acudieron a continuación. A medianoche, Alarte se enfundó una de las prendas reflectantes de los empleados del servicio de recogida de basuras y, a bordo de uno de los camiones, el conductor le fue explicando en vivo cómo ejecuta su trabajo, mientras hablaban los dos de la crisis y sus penosas soluciones.

El viaje de Valencia a Nules fue un resumen de la actividad de Alarte, incansable mientras los integrantes de su equipo se esforzaban por vencer el sueño y el agotamiento. Como en todos los lugares que visitó en su periplo, cargos socialistas esperaban al secretario general. Así, a la puerta de la fábrica de cerámica de Keraben, la caravana se encontró con el cabeza de lista por Castellón, Francisco Toledo, el presidente del PSPV-PSOE, Óscar Tena, la diputada Clara Tirado y el alcalde de Faura, Toni Gaspar. Las instalaciones superautomatizadas del proceso de selección y prensado de esta industria de revestimientos de 700 empleados fueron mostradas a los visitantes por el director técnico, Vicente Marmaneu, y el jefe de producción, Juan Carlos Romero. Alarte comentó con ellos las posibilidades, todavía inciertas, de utilización de la cerámica en obra pública, por ejemplo en aceras o pasos de peatones. Cuando emprendieron el camino de regreso a Valencia por la autovía, estaba amaneciendo.

En el hospital Doctor Peset, en Valencia, esperaban a Alarte la secretaria provincial del PSPV-PSOE, Carmen Martínez, el diputado Ignacio Subías, el concejal Juan Soto y los miembros de la ejecutiva José Mayans y Pepe Ruiz. El candidato recorrió el centro hospitalario pero, sobre todo, habló en la cafetería con médicos y miembros del personal sanitario, aprovechando el cambio de turno. "Suele causar una buena impresión", reconoció uno de los presentes, que constató una vez más que el líder de los socialistas valencianos es bastante mejor en las distancias cortas que en las largas.

A las ocho y media de la mañana, en la estación de Torrent-Avinguda esperaban a Alarte el candidato socialista en la ciudad, Andrés Campos, uno de los jóvenes que se han situado al frente de las candidaturas en decenas de ciudades medias, junto a los diputados Francesc Signes y Cristina Moreno, Joan Calabuig y el secretario general del PSPV-PSOE en Valencia, Salvador Broseta. El trayecto en la línea 1 tenía un carácter simbólico que Alarte se encargó de explicar ante las cámaras de televisión que, a esas horas más amables de la mañana, ya formaban parte de la comitiva. "Nunca más ha de volver a repetirse que un presidente de la Generalitat se niegue a recibir a los familiares de las víctimas del accidente de metro del 3 de julio de 2006", dijo en las escaleras de la antigua estación de Jesús, donde murieron 43 personas.

Un receso para desayunar en la nueva estación Joaquín Sorolla, de donde sale el AVE, dio paso un acto sectorial sobre la Ley de Dependencia, organizado por el Centro Español de Representantes de Personas con Discapacidad (Cermi) en la sede de la ONCE. Y de allí, a mediodía, al Mercado Central, donde un nutrido grupo de socialistas le aclamó a la entrada y algunas seguidoras de la alcaldesa, Rita Barberá, le llamaron "payaso". Alarte se sumergió con determinación en un ambiente que Barberá domina de forma casi legendaria, y repartió rosas, discutió con compradoras, habló con vendedores y vendedoras y probó otra vez su eficacia en la distancia corta, entrenada en sus 10 años de alcalde en Alaquàs. La candidata del PP esperó a que el socialista entrara y sus recorridos no coincidieron.

Después, Alarte acudió a la redacción de EL PAÍS en Valencia, donde respondió a las preguntas de los lectores de la edición digital. Le quedó tiempo de comparecer en la sede socialista de la calle de Blanqueries, pasadas las dos de la tarde, para hacer balance. Parecía tan fresco. "Es incansable", repitió un dirigente socialista, que puntualizó: "Y no es solo una cualidad física sino también política".