El conflicto de Oriente Próximo
Irán desmintió ayer que esté tratando de obtener el arma nuclear. Nada menos que su líder supremo, el ayatolá Ali Jameneí, reiteró que el islam prohíbe las armas de destrucción masiva y aseguró que las acusaciones en ese sentido son fruto de la rabia. Pero sus palabras no disiparon la preocupación suscitada por el último informe del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA).
Un agente del Mosad ha asegurado a fuentes de los servicios secretos británicos citados por el diario The Daily Mail que el MI6, la agencia de espionaje de Reino Unido para el exterior, conoció horas antes del asesinato de un agente de Hamás en un hotel de Dubai que en la operación se iban a utilizar pasaportes clonados de ciudadanos británicos.
El golpe de Estado en Níger añade, por lo menos en un primer momento, ciertas dosis de caos e inestabilidad en un país, e incluso en la región del Sahel, azotado por tensiones étnicas con los tuaregs, todo tipo de tráficos ilícitos y por el terrorismo de la rama magrebí de Al Qaeda.
Un tribunal de Bamako (Malí) impuso ayer una leve condena a cuatro islamistas que serán excarcelados en breve. Malí cede así a las exigencias de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), que reivindicaba la liberación de esos cuatros presos preventivos para liberar al rehén francés Pierre Camatte, de 61 años, secuestrado el 26 de noviembre.
Hubo protestas y advertencias antes del encuentro. Y las ha habido después. El Gobierno chino recrudeció ayer su retórica y aseguró que la reunión celebrada el jueves entre el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y el líder tibetano Dalai Lama "ha dañado gravemente" las relaciones entre los dos países.
La Habana fue escenario ayer de la segunda ronda de conversaciones migratorias Cuba-Estados Unidos de la era Obama. Los encuentros entre ambos países para hablar sobre temas migratorios, un asunto que Washington considera de seguridad nacional, se reanudaron en Nueva York el verano pasado después de cinco años de interrupción durante el Gobierno de George W.
Estimulada por la pujanza de un movimiento que en estos momentos domina la vida política en Estados Unidos, la extrema derecha norteamericana se reúne este fin de semana en Washington en una conferencia que pretende imponer el control sobre el Partido Republicano y decidir la suerte de las próximas elecciones.