Europa endurece su posición contra Irán
La campaña de EE UU para aumentar las sanciones se fortalece con el apoyo de Rusia, Alemania y Francia - El ayatolá Jameneí dice que el islam prohíbe las armas atómicas
Irán desmintió ayer que esté tratando de obtener el arma nuclear. Nada menos que su líder supremo, el ayatolá Ali Jameneí, reiteró que el islam prohíbe las armas de destrucción masiva y aseguró que las acusaciones en ese sentido son fruto de la rabia. Pero sus palabras no disiparon la preocupación suscitada por el último informe del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA). Rusia, Alemania y Francia se sumaron a las advertencias de Estados Unidos, lo que parece indicar que su campaña para endurecer las sanciones contra Teherán gana terreno.
"Repetir palabras absurdas sobre la construcción de un arma nuclear en Irán muestra que los enemigos recurren de nuevo a la propaganda como resultado de su fracaso", declaró Jameneí durante la botadura del primer destructor de fabricación iraní. "Hemos dicho una y otra vez que nuestros principios y creencias religiosos consideran que tales armas son un símbolo de destrucción que está prohibido. Por ese motivo, no creemos en la bomba atómica y no la buscamos", subrayó la más alta autoridad política de Irán y, en calidad de tal, jefe supremo de sus Fuerzas Armadas.
El nuevo jefe del OEIA se muestra más directo que su antecesor, El Baradei
El último informe del OIEA, filtrado a la prensa el jueves en Viena, sede de ese organismo de la ONU, muestra la preocupación de su director, Yukiya Amano, "ante la potencial existencia de actividades secretas de Irán, pasadas o presentes, relacionadas con el desarrollo de una carga nuclear para un misil". Es la primera vez que el OIEA sugiere con tanta claridad que Irán está tratando de adquirir capacidad nuclear militar, lo que añade el peso de una evaluación independiente a las sospechas occidentales.
"Estamos muy alarmados y no podemos aceptar que Irán esté negándose a cooperar con el OIEA", advirtió el ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, en una entrevista de radio. Lavrov dio la impresión de que su país está perdiendo la paciencia. "Durante 20 años, los dirigentes iraníes han llevado a cabo su programa nuclear de forma clandestina, sin informar al OIEA. No entiendo a qué se debe ese secretismo", dijo.
El cambio de tono de Moscú es muy importante para el intento de EE UU de que el Consejo de Seguridad apruebe una nueva resolución sancionadora contra Irán. Rusia, que tiene derecho de veto, defendía que no había pruebas de que Teherán pretendiera hacerse con el arma atómica. Sin embargo, en las últimas semanas no sólo se ha mostrado más favorable a aumentar las sanciones ante la falta de cooperación, sino que ha vuelto a retrasar la entrega de cinco sistemas antimisiles S-300 que la República Islámica les compró en 2007. El viceministro de Exteriores, Serguéi Riabkov, precisó ayer que Moscú excluía las "sanciones paralizantes".
También Alemania, una de las seis potencias que han intentado negociar con Irán una salida a la crisis nuclear, se sumó a las presiones. "El continuo desafío a las resoluciones de la ONU y el mantenimiento de una política nuclear peligrosa están forzando a la comunidad nuclear a buscar una intensificación de las sanciones contra el régimen de Teherán", declaró el portavoz del Gobierno, Ulrico Wilhelm, citado por la agencia Reuters. Wilhem, que descartó una solución militar, también dijo que su país "aún extendía la mano" a Irán para lograr una solución negociada. El ministro de Exteriores, Guido Westerwelle, anunció que las capitales europeas coordinan una respuesta al informe del OIEA.
"Ese texto confirma con precisión las muy graves preocupaciones de la comunidad internacional. Muestra cuán urgente es actuar con determinación para responder a la falta de cooperación de Irán", declaró por su parte el portavoz de Exteriores francés, Bernard Valero.
El documento, el primero que lleva la firma de Amano, concluye que Irán ya dispone de experiencia con explosivos para la fabricación de un arma nuclear. Los observadores han notado un lenguaje más directo y claro que el de su predecesor, el egipcio Mohamed el Baradei. De hecho, y a pesar de las reservas, el informe transmite -como los inspectores del OIEA que visitan Irán vienen expresando en privado desde hace tiempo- que Irán no sólo hizo investigaciones sobre diseños de cabezas nucleares en el pasado, sino que continúa haciéndolo para llegar a utilizar con fines militares el enriquecimiento de uranio.
Es ahí donde su última hazaña, el enriquecimiento al 20%, despierta suspicacias. Aunque para el uso militar se precisa una pureza de entre el 80% y el 90%, el método es el mismo. Además, de nuevo hay cabos sueltos. Los inspectores han ratificado que la planta de Natanz ha empezado a obtener pequeñas cantidades enriquecidas al 19,8%, pero el proceso se inició con anterioridad a la comunicación oficial al OIEA.
Amano, que pide a Teherán que deje de marear a sus investigadores, también revela que los científicos iraníes han separado 1.950 kilos de uranio enriquecido al 3,5% para reenriquecerlo hasta el 20%, lo que según David Albright, del Institute for Science and International Security, es más de lo que necesitan para el reactor de investigación, al que sus portavoces aseguran que está destinado.
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