Sólo la mitad de la cosecha de la uva negra halla comprador

La calidad es "excelente"; la situación, "crítica". Ésta es la paradoja a la que se enfrenta el sector del vino catalán estos días, en el inicio de la vendimia. Las condiciones climatológicas vaticinan una de las mejores cosechas de los últimos años. Pero los excedentes de vino que aún quedan en los depósitos -140.000 hectolitros, según estimaciones del Instituto Catalán de la Viña y el Vino (Incavi), sobre una producción de tres millones al año- y la crisis económica atenazan a los agricultores, que venderán menos uva y a menos precio. Muchos viñedos se quedarán sin emplear sus frutos para la vendimia, coinciden bodegueros y payeses, a quienes no les salen a cuentas.

Torres, el principal elaborador catalán de vinos y uno de los primeros de España, ha comunicado a sus proveedores que les comprará hasta el 50% menos de algunas variedades de uva negra y hasta el 30% menos de blanca. "La producción ha crecido mucho en los últimos años y, en el caso de los tintos, cuesta hacer previsiones porque son a tres o cuatro años vista, que es lo que puede durar la vida de un vino. En los blancos es más fácil porque se consumen en un año", explica Miguel Torres, presidente del grupo, que mantendrá los mismos precios de compra que en la vendimia anterior: entre 65 y 71 céntimos el kilo para las variedades negras y entre 32 y 65 céntimos para las blancas.

El que sí ha bajado los precios de la uva blanca, según Unió de Pagesos (UP), es Freixenet, el mayor productor de cava. Lo ha hecho el 15%, al pasar de los 32 céntimos del año pasado a los 27 de éste, y lejos de los 40 céntimos que considera necesarios el sindicato para que los "payeses nos podamos ganar la vida", protesta el responsable del sector de la viña de UP, Joan Santó.

Ambas medidas han hecho tocar a rebato a los agricultores, que han convocado para el próximo sábado una tractorada en Vilafranca del Penedès, en la que reclamarán a las administraciones políticas que redunden en unos precios "justos".