Dolor y rabia contenida en el entierro de Ryan
700 personas arropan a la familia en la tumba de Dalila
Mohamed El Ouriachi recorrió ayer las calles de M'diq con un pequeño féretro blanco en sus brazos. En su interior, su hijo, el pequeño Ryan, víctima de una negligencia médica en el hospital Gregorio Marañón de Madrid. Los restos del pequeño quedaron sepultados junto a los de su madre, Dalila, la primera víctima de la gripe A en España. Se cerraba así para las familias de Mohamed y Dalila el mes de via crucis hospitalario que ha resultado en la muerte de una madre y su hijo. Nadie consigue explicarse en esta localidad costera del norte de Marruecos cómo en un hospital de referencia europeo se ha podido producir semejante cadena de desgracias.
Las familias de Mohamed y Dalila ponen en duda que la joven estuviera aquejada de gripe A cuando acudió al hospital por primera vez, el 10 de junio. No se explican cómo no transmitió la enfermedad a su hijo ni a nadie de su entorno. No se explican dónde pudo contraerla, como no fuera en alguna de sus cuatro visitas a los hospitales madrileños, el Gregorio Marañón y el de Fuenlabrada. "Dalila y Ryan son dos víctimas de la negligencia", asegura Mansouri Houcine, tío de Dalila. A las 12.49 partía de la mezquita de M'diq una comitiva de familiares, autoridades locales y vecinos en dirección al cementerio. Al frente, el padre de Ryan, Mohamed, cabizbajo, y su tío Abdellah Dadach. En torno a 500 personas acompañaron a los familiares del bebé en el tránsito en dirección al cementerio por las calles de M'diq, entonando salmos del Corán. A su paso por las calles, se iban sumando más vecinos que saludaban con cánticos la llegada del féretro. Unas 700 personas acabaron congregadas en torno a las tumbas de Dalila y Ryan.
Al término de la ceremonia fúnebre, los vecinos pasaron uno por uno a saludar a los miembros de ambas familias, encabezados por el gobernador de la zona, Mohamed Yakoubi. Bajo un sol que caía a plomo, Abdellah Dadach, tío de Mohamed, insistió en el trato recibido por Dalila en los hospitales madrileños. Reclamó que en sus tres primeras visitas no se la atendiera adecuadamente. "Cada vez que llegaba al hospital con fiebre le decían que tomara paracetamol y la mandaban para casa. En 10 días no le hicieron una radiografía. Mohamed les pedía a los médicos que hicieran algo, que se estaba ahogando. Pero para cuando le hicieron la radiografía, el pulmón ya estaba muy dañado. Pido a los médicos que reconozcan sus errores para que esto no se vuelva a repetir".
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